“Antes de poder ver bien, primero debemos derramar nuestras lágrimas para despejar el camino”. Libba Bray
“El amor es para darlo, no para pedirlo. No pida amor. Delo, si tiene. Y si no, pues no”. Fernando Vallejo
“No temas dejarme sola, estoy acostumbrada a desprenderme de cosas que imagino haber amado”. Emily Dickinson
“Sé humilde, sé simple. Inclínate ante la grandeza de una flor, de una nube, de un insecto. No seas nada. No seas nadie. Sé literalmente una nada. Y cuando estés completamente vacío, el recipiente se puede llenar de todo lo que realmente eres.¿Quién puede herir a un ego que ya está vacío?” Nikos Kazantzakis
“La alegría me había hecho fuerte, porque (…) me había enseñado que no existe trabajo, ni esfuerzo, ni culpa, ni problemas, ni pleitos, ni siquiera errores que no merezca la pena afrontar cuando la meta, al fin, es la alegría”. Almudena Grandes
“En la medida en que realmente pueda llegarse a “superar” el pasado, esa superación consistiría en narrar lo que sucedió.” Hannah Arendt
“Uno no puede sentarse a esperar el pasado. El tiempo y los ríos no corren para atrás”. Yasunari Kawabata
¡No deseo encajar entre el montón! En esto de encontrar caminos para uno mismo y aceptar que no se puede encontrar caminos para las personas a las que se les quiere y ama, esta el propio trayecto y la conciencia de ser y estar en el mundo, y estar para y con los demás, respetando la autonomía y la libertad de los que nos rodean.
Nada sencillo en un mundo que nos confunde y hace creer que podemos decirles a las personas que tienen que hacer, en qué tienen qué creer y pensar desde nuestra moral y desde nuestra mirada que poco o nada tiene que ver con lo que las otras personas piensan, sienten en su propia historia de vida y que tal vez lo único necesitan es tener espacios y tiempo para la introspección sería y honesta y en su caso pedir ayuda para pensar y ser escuchados en procesos de psicoterapia y en otros caso con ayuda de la psiquiatría.
Hoy se da por sentado que hay patrones de conducta que se deben seguir para tener éxito, para ser felices, para superar una tragedia, para elaborar los duelos. Hay cientos ya de libros y ahora de reels, tiktoks, videos, cursos virtuales, terapias alternativas que se encargan de poner señuelos, instrucciones, recetas, métodos infalibles y otras linduras junto otras tantas aberraciones y soluciones propias de la magia y el esoterismo, con la que crean sincretismos propios de la literatura fantástica anclada en la necesidad de creer, en la necesidad de encontrar respuestas fuera uno.
La tentación de la inocencia, es querer creer que no somos responsables de nosotros mismos, si bien, hay toda una cultura de la dominación y el control social que dicta lo que se tiene que hacer socialmente, también es cierto que todos los seres humanos tenemos la capacidad de conciencia y la posibilidad de ejercer la libertad, y hacer que la voluntad se el camino por el cual asumimos compromisos personales y tomamos las responsabilidad de ser uno, en el sentido de la autenticidad y de la autonomía de ser con los demás.
Herman Hesse escribió: “No soy un hombre que sabe. He sido un hombre que busca, y lo soy aún; pero no busco ya en las estrellas ni en los libros, comienzo a escuchar la enseñanza que mi sangre murmura en mí. Mi historia no es agradable, no es suave ni armoniosa, como las historias inventadas; sabe a insensatez, y a locura, y a ensueño, como la vida de todos los hombres que no quieren mentirse más a sí mismos.” Y Alejandro Magno “Conocerse a uno mismo es la tarea más difícil porque pone en juego directamente nuestra racionalidad, pero también nuestros miedos y pasiones. Si uno consigue conocerse a fondo a sí mismo, sabrá comprender a los demás y la realidad que lo rodea”.
Una vez que dejas de buscar, las cosas te encuentran. “Estoy mejor desde que hice el recuento. Es menos lo que me falta… que lo que tengo” acuñó Gloria Fuentes y Lig Anele dijo: “Lo que he sentido. Lo que ha latido. No necesito más certezas”.
A veces la conciencia de si mismo es lo que nos permite poner en perspectiva la vida como un todo, con sus dilemas, sus problemas, sus contradicciones, y sus vacíos. Recuperar lo que somos es hacernos cargo de nosotros mismos, y saber que vamos siendo los responsables de nuestra felicidad y de poder hacer de la voluntad un ejercicio de libertad. Saber estar con uno es poder intentar comprender nuestra historia y nuestra realidad, por dura, tristes y compleja que sea, pero que es única y es nuestra.
Maite Pardo Sánchez hizo un brindis que comparto a propósito del Año Nuevo, que es un ejercicio honesto de una mujer que se dio a la tarea de conocerse y creo viene bien en estos tiempos de nuevos comienzos:
“Hoy voy a hacer un brindis por mí, por lo que soy, por lo que valgo, por lo que tengo y por lo que no. Por aquellos amores que he disfrutado, por los que han quedado a mitad de camino, por lo que me enseñaron y no quiero. Por los que fueron cobardes y no se la jugaron por mí ni conmigo, y por las veces que yo lo fui. Por las grandes amistades que conservo desde hace años, por los que van llegando y van demostrando de que palo están hechos. Por los que demostraron que no sirven ni para vecinos, por todos y cada uno de ellos hoy brindo. Por quien me saca sonrisas a diario, por quien también me hace derramar lágrimas. Por quien enciende mi deseo, y hace sacar lo mejor de mí. Por aquellos que no me pueden ver ni en pintura, ni yo a ellos, por quien me ama, y por quien me odia. ¡Salud!
Habrá que tomar también las palabras de Gabriel García Márquez “Deja que el tiempo pase y ya veremos lo que trae” y las de Fabio Privitera “Se crece gracias a las lágrimas, se madura volviendo a reír”. Y las Ullie-Kaye pensando en buenos deseos para este año 2025:
“Desearía que el mundo fuera más amable. Un poco más suave con aquellos que están sanando, afligidos, esperando o que simplemente comienzan a comprender lo solitario que puede ser el camino. Que nos saludemos los unos a los otros con el mismo tipo de luz que nosotros mismos estamos buscando. El hecho de que nos veamos fuertes no significa que nos sintamos fuertes, simplemente llevamos bien las cosas pesadas”.
El ser humano tiene virtudes y capacidades porque “Nuestro corazón siempre nos trasciende” como dijo Rainer Maria Rilke y Fiorella Antonelli nos recordó que: “Hay días que me gusta el silencio, para escuchar mejor al corazón”.
Recuperar lo somos es un camino siempre dinámico, sin respuestas hechas, sin soluciones mágicas, que implica un esfuerzo constante por pensar y sentir, por sentir y pensar lo que hacemos, lo que somos, lo que reconocernos en los otros, y así, reconocer nuestros deseos y poder narrar quienes hemos sido, quienes somos y dejando abierta la posibilidad a todo lo inimaginable que la incertidumbre y la voluntad harán realidad. La voz de Clarice Lispector hecha poesía resume sin reservas y atajos el deseo de ser en ese proceso y recuperar quienes vamos siendo en esto que es vivir honrando la vida.
No me den fórmulas ciertas,
porque no espero acertar siempre.
No me muestren lo que esperan de mí
porque voy a seguir a mi corazón.
No me hagan ser lo que no soy,
no me inviten a ser igual,
porque sinceramente soy diferente.
No sé amar por la mitad,
no sé vivir de mentira,
no sé volar con los pies en la tierra.
Soy siempre yo misma,
pero con seguridad no seré
la misma para siempre.