Durante esta semana uno de los principales temas ha sido el primer año cumplido del gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum y con justa razón, al considerar que se trata de la primera mujer en la presidencia y el segundo gobierno de la 4T
Algunos de los aspectos más sobresalientes que podemos analizar de este primer año, son los siguientes:
ALTA APROBACIÓN
Después de un año en el gobierno la aprobación de la presidenta es del 73 por ciento, es una aprobación alta y mejor que la de los presidentes anteriores, incluso mejor que López Obrador, de acuerdo con la encuesta del periódico El Financiero.
En México es frecuente que el presidente tenga una aprobación positiva, pero no los aspectos del gobierno y eso mismo le sucede a la presidenta. Al preguntar de manera específica sobre ciertos aspectos, los siguientes tienen una desaprobación: corrupción, seguridad pública y crimen organizado. El aspecto que tiene una ligera aprobación es la economía en donde el 53 por ciento considera que va bien y el 43 por ciento que va mal. El aspecto mejor evaluado son los apoyos sociales.
Así que podemos concluir que la persona de la presidenta tiene una aprobación positiva por parte de los mexicanos, pero no reconocen positivamente avances en corrupción, seguridad y combate al crimen organizado.
CONTUNUIDAD
Una de las preguntas principales sobre el gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum es si continuaría bajo la línea del presidente López Obrador o su gobierno tendría una identidad propia.
Existen diferentes formas de plantear esta pregunta y también son interesantes. Algunos planteamientos se refieren a ella como una mujer títere del verdadero poder que se enconde en una hacienda de Chiapas. Sus simpatizantes se oponen férreamente a esta descripción y la presentan como una mujer autónoma, científica y con determinación. Ahí quedan los planteamientos, en este espacio no alcanzaremos a clarificarlos y tampoco no es algo que se busque en primera instancia, pero hay que tomarlos en cuenta.
A un año y todavía faltando cosas por ver predomina la continuidad por las siguientes razones:
Primero, porque así se asume con la idea del segundo piso de la 4T y por las referencias a su antecesor que son en todo momento de reconocimiento. No hay ruptura, giro ni es visto como una segunda parte sino prácticamente como continuidad.
Segundo, existe una continuidad de las principales políticas públicas, como son la comunicación política, la austeridad, programas sociales, infraestructura (ferrocarriles), apropiación de instituciones, entre otras. También existe continuidad en políticas públicas que no fueron prioritarias en el sexenio anterior como lo fueron la salud, educación, política exterior, cultura, turismo, entre otras.
Tercero, también existe continuidad en el manejo de las finanzas públicas, es decir, mantiene a grandes rasgos el mismo esquema: no crea nuevos impuestos, pero presionan en la recaudación y en el aumento de impuestos a ciertos bienes. El gasto aumenta año con año y se continúa contratando deuda. Una medida que también continúa realizando es reasignando el gasto: quita recursos a ciertas secretarías o instituciones y las lleva a otras instancias donde están sus objetivos.
Esta continuidad será objeto de estudio en la historia política de nuestro país porque no encontramos un caso semejante ni en la etapa del PRI hegemónico porque desde que se destapaba al candidato la figura del presidente comenzaba a menguar. En los gobiernos de la alternancia se daba con más claridad la diferencia entre gobiernos.
MATICES
La presidenta mantiene una continuidad, pero le ha dado sus propios matices. Podemos destacar dos: el feminismo y un gobierno más metódico.
El primero, obviamente viene por ser mujer y muchos aspectos de su gobierno están enmarcados por la reivindicación y aportación de las mujeres mexicanas. Su frase: “No llego sola, llegamos todas” señala esta característica de su gobierno y al mismo tiempo, es objeto de cuestionamientos sobre sus políticas públicas.
El segundo se debe a su formación académica que le permite ser más metódica, formal y consecuente. Es decir, a diferencia de su antecesor se detiene a analizar ciertos problemas, busca evidencias y presenta soluciones más estructuradas. El ejemplo más claro en esto es la política de seguridad en donde ha presentado una estrategia con más estructura y coordinación a través de una persona especialista en este tema. No podemos concluir, por el momento, que ha sido exitosa, pero hay una diferencia a declarar solamente que se reúnen a primeras horas del día para atender este problema y quedarse con eso.
Estos matices pueden darle para más a la presidenta, pero no los podemos dar por hecho hasta que no se traduzcan en avances.
LA IMPORTANCIA DEL PRIMER AÑO
Los primeros años de un sexenio son importantes porque marcan la ruta del nuevo gobierno y porque generalmente tienen el beneficio de la duda de los ciudadanos.
Se ha cumplido el primero año de la presidenta Claudia Sheinbaum y en este espacio podemos señalar que ha tenido aprobación, pero con observaciones en corrupción y seguridad y con un perfil muy claro de continuidad.
Podemos discutirlo y eso sería lo importante porque seguramente no todo está dicho de este primer año del sexenio de la presidenta Claudia Sheinbaum.