Prepárate, se avecina un cierre de año complicado

María Ordoñez Molina, especialista en finanzas personales y columnista Platino News.

No se necesita ser economista para intuir que este año no será sencillo para nuestros bolsillos. Las señales están ahí: una inflación que no cede del todo, tasas de interés que se mantienen altas, un dólar inestable y, por si fuera poco, una incertidumbre política y económica que crece conforme se acercan los cambios de gobierno.

Como coach en finanzas personales, no pretendo alarmarte, pero sí invitarte a hacer algo que, aunque poco popular, es profundamente necesario: anticiparse.

¿Qué podemos esperar?

Los pronósticos para México hablan de un crecimiento económico moderado —algunos dirían que mediocre—, presionado por factores globales como el estancamiento en Estados Unidos o el precio del petróleo. Además, la deuda pública sigue en aumento y el gasto social, aunque bien intencionado, no alcanza para compensar la pérdida de poder adquisitivo de la clase media.

Eso se traduce en una sola cosa: tendremos que hacer más con menos.

¿Qué significa esto en la vida real?

Que la despensa podría costarte más. Que los créditos serán más caros. Que ahorrar no sólo será recomendable, sino urgente. Y que postergar decisiones financieras importantes —como cambiar de auto o mudarte— puede ser más prudente que impulsivo.

¿Qué puedes hacer desde hoy?

Aquí no hay recetas mágicas, pero sí estrategias que han probado su efectividad:

  1. Haz una revisión honesta de tus gastos. No se trata de castigarte, sino de identificar fugas. A veces, un café diario representa al mes el equivalente a un recibo de luz.

  2. Ten un fondo de emergencia. Idealmente, que cubra de tres a seis meses de tus gastos fijos. No es un lujo, es una necesidad en tiempos inciertos.

  3. Evita deudas de consumo. Las tarjetas de crédito son útiles si se manejan bien, pero en contextos complicados pueden ser una trampa. Mejor usarlas como medio de pago, no como extensión de tu sueldo.

  4. Diversifica tus ingresos. Si tienes habilidades que puedes monetizar (dar clases, vender productos, hacer consultoría), este es el momento de explorarlas.

  5. Edúcate financieramente. Entender conceptos básicos como inflación, tasas de interés o inversiones puede marcar la diferencia entre sobrevivir o prosperar.

Sí, el panorama económico es retador. Pero los retos también son oportunidades para mejorar nuestra relación con el dinero, hacernos más conscientes y tomar el control. En lugar de esperar a que “las cosas mejoren”, hagamos nuestra parte para estar preparados. Porque cuando la tormenta llegue —y todo indica que lo hará—, quienes hayan reforzado su techo serán los que puedan dormir tranquilos.