León, Gto., 23 de diciembre.- Ser policía en León no es tener un oficio, es contar con una profesión que se adquiere en la Academia Metropolitana de Policía. Aquí en este lugar, se les prepara a los miembros del cuerpo de seguridad y vialidad del municipio, a que tengan conocimiento y habilidades para trabajar a favor de la ciudadanía.
Son 22 semanas de preparación las que tiene que cursar un académico y casi mil horas en las aulas con materias como Teoría del Derecho, Ética Policial, Perspectiva de Género, Derechos Humanos, Taller de Juicios Orales, Justicia para el Adolescente, Nuevo Sistema Penal Acusatorio, Cadena de Custodia, entre otros.
para un académico; una conexión entre la teoría y la práctica que se logra pasando casi mil horas en la academia entre materias como Teoría del Derecho, Ética Policial, Perspectiva de Género, Taller de Juicios Orales y el acondicionamiento físico.
Aarón Ramírez Vargas, director académico de este centro de formación policíaca lo define de manera llana: “el policía tiene que saber cómo actuar, en ese orden, primero saber y luego actuar”.
Hace 22 años que Ramírez Vargas egresó de la academia de policía. A lo largo de ese tiempo, siguió con su trabajo como elemento de la corporación de policía y la universidad. Se graduó como licenciado en Formación Policial. Luego regresó a este lugar, ahora como director académico.
Sabedor de lo que se requiere como policía y de que no todo es músculo y fuerza, ha trabajado con su director, Fernando Rodríguez, para que cada generación de académicos, egrese con “con un mejor equilibrio, entre la operatividad y la inteligencia. Si no van de la mano, entonces no podemos dar los mejores policías a la sociedad”.
Y así es como se convierte en un reto.
DE INGENIERO INDUSTRIAL A POLICÍA
José Manuel Razo Pérez es ingeniero industrial por la Universidad de León. Ha trabajado en la industria zapatera y, con un título bajo el brazo, alcanzó buenos estándares dentro de la industria. Como vendedor, fue contratado por firmas importantes en la ciudad. Pero él quiere ser policía.
A sus 42 años de edad va por su segunda carrera, una formación para la que se ha preparado en su vida “entré a trabajar a mi empresa cuando tenía la secundaria. Luego pedí una beca para estudiar la preparatoria y con ellos terminé la universidad como ingeniero industrial. Sí, estoy titulado y ahora quiero ser policía”.
Primero lo ve como un reto persona. Uno de sus hijos le comentó que los policías son malos y, de un linaje en la corporación, el académico Razo Pérez quiere dar una muestra que no es así. Dejó su trabajo e ingresó a la academia de policía.
Por cierto, aquí se le ofrecen alimentos balanceados, uniformes y un apoyo de hasta 8 mil pesos mensuales para que estudie; a diferencia de cuando estudió ingeniería, ahora le pagan por estudiar.
Formado a partir de retos, el académico eligió uno más en su vida: “quiero servir al municipio y quiero ayudar a que la corporación, sea de las mejores en el país”.
SER POLICÍA ES TENER VOCACIÓN
El próximo seis de diciembre Karla Ivonne Ledezma Martínez egresará de la Academia Metropolitana de Policía. Es casada y, para llegar a este punto, contó con el respaldo de su esposo “me ha apoyado porque, para mí, ser policía es tener una vocación de servir, es una de mis pasiones”.
Desde hace cuatro meses acude a las aulas donde ha aprendido más sobre el marco deontológico y axiológico de la formación policial, ética policial, teoría y práctica del Nuevo Sistema de Justicia, Informe Policial Homologado, Cadena de Custodia, Puesta a Disposición ante una autoridad Judicial, entre otras asignaturas.
“Estoy aquí porque es algo que me gusta” y sí pues, cuando ella egrese, formará parte del operativo Guadalupe-Reyes en plena temporada de servicio. Se dice lista pues ha trabajado su mente y ha fortalecido su cuerpo.
“Aquí nos forman en valores y principios, sobre todo porque nos forman para ayudar y proteger a los ciudadanos. De pronto sentimos nostalgia por lo que pueda pasar a nuestros compañeros, pero eso nos motiva para seguir adelante. Por eso somos policías y por eso queremos servir”, dice.
Hoy está dispuesta a formar parte del Cuerpo de Seguridad Pública de León “aunque ya hemos hecho prácticas, lo que queremos es ya estar en activo. Yo estoy preparada para servir”.
DE POLICÍA A FUTUROS POLICÍAS
En las aulas de la academia se observa disciplina. Atención a lo que dicen los profesores y, en las prácticas, lo mismo. Hay una razón: los instructores son elementos de seguridad pública que han pasado un proceso para compartir conocimientos y enseñar a las futuras generaciones.
Jesús Miguel Muñoz Martínez es uno de los profesores que está a cargo de la formación de los próximos policías. Imparte clases como armamento y tiro, detención y conducción de personas y movimientos con el bastón policial táctico.
Para llegar a ese momento, dice el policía “se tiene que pasar por una formación ética policial”. Atrás, dice, quedó el tiempo que los policías se formaban con rudeza o excesos “en esta academia se forma con base a un programa pedagógico, ya no es si es más fuerte es más apto, ahora queremos policías inteligentes y capaces al mismo tiempo”.
Cada policía que pasa cerca de sus maestros, realizan un saludo marcial, es la disciplina que aprenden en la cadena de mando y que, de esa manera, se conducen en el campo. Es una disciplina que nace con responsabilidad.
QUEREMOS SERVIDORES PÚBLICOS QUE TRABAJEN POR LA SOCIEDAD
Fernando Rodríguez Hernández, director de la Academia Metropolitana de Formación Policial en León, dice que el propósito del gobierno actual es “formar ciudadanos para los demás, que tengan lo mejor en cuanto a formación académica y física, porque solo así, vamos a construir una mejor ciudad. Queremos policías de primera, para ciudadanos de primera”.
