Guanajuato, Gto., 8 de mayo de 2024.- Para proteger la integridad física de clientes de establecimientos con venta de alcohol, se debe revocar el permiso o licencia a aquellos que vendan bebidas adulteradas o si personal a su servicio agrede a parroquianos, propuso la diputada Ruth Tiscareño.
Con ese propósito, presentó una iniciativa de reforma a la Ley de Bebidas Alcohólicas para adicionar dos supuestos bajo los cuales el Servicio de Administración Tributaria del Estado de Guanajuato (SATEG) podrá revocar licencia o permiso a ese tipo de negocios:
“En los casos en que personal que atiende al público o personal de seguridad dentro o en el acceso del establecimiento o evento, cause lesiones o el fallecimiento de personas”, y “cuando expendan bebidas alcohólicas adulteradas o cuando de su ingesta en el establecimiento o evento resulten personas intoxicadas”.
En su exposición de motivos, la legisladora del Grupo Parlamentario del PRI (GPPRI) afirmó que el consumo de bebidas alcohólicas adulteradas se considera un serio problema de salud pública, debido a su alta toxicidad y mortalidad.
Comentó que restricciones a la venta de alcohol durante la pandemia fomentaron la expansión de un mercado negro ya de por sí peligroso, y subrayó que se estima que, de cada 10 botellas en el mercado, cuatro son adulteradas y resultan atractivas al consumidor por su bajo precio, siendo ofrecidas comúnmente en bares y discotecas.
Al referirse a incidentes violentos en los que elementos de seguridad privada hacen uso excesivo de la fuerza o agreden a personas en estado alcoholizado, lo que evidencia falta de capacitación profesional de los guardias para lidiar con estas situaciones, citó un caso ocurrido recientemente en León.
Al que tuvo como escenario el Bar Chabola, de León, donde guardias de seguridad propinaron una golpiza a un joven en el exterior del negocio, hasta que uno de ellos lo dejó inconsciente de una patada en la cara.
“Con esta iniciativa se pretende poner atención a lo que se conoce como abuso de ‘cadeneros’ de los lugares o eventos donde hay venta de alcohol y que generalmente agreden a las personas causándoles lesiones o el fallecimiento”, dijo y subrayó que muchos casos no se denuncian y pasan a formar parte de una cifra negra.
También, agregó Tiscareño Agoitia, poner atención sobre las “las mafias ocultas” que por años, sin sanción alguna, han expendido alcohol adulterado y han causado intoxicaciones individuales o colectivas a las personas.