Párroco de Salamanca llama a frenar la violencia en la comunidad

Salamanca ha sido escenario de dos ataques contra la población civil mientras se encontraban en parques públicos.

Sergio González López, párroco del Templo de Señor del Hospital en Salamanca. Foto: Especial

Salamanca, Gto., 15 de abril de 2025.- En el marco del 465 aniversario de la llegada del Cristo Negro al Santuario Diocesano del Señor del Hospital en Salamanca, el párroco y rector, Sergio González López, pidió a los feligreses estar en contacto con Dios para abonar en la disminución de la violencia.

’ “El mensaje es que a través de estos signos que percibimos con nuestros sentidos y que entran al corazón, son los que utiliza Dios para manifestarse y tendríamos que estar todos muy atentos (…) para ese contacto con Dios que tanto nos hace falta en nuestros días para bajar la violencia”, dijo.

Durante una procesión por las calles del centro para venerar al Cristo, el párroco, dijo que la sociedad debe estar unida sin importar partidos políticos, ya que así se puede avanzar de manera significativa.

“El señor Dios nos une independientemente de grupos o de partidos, gente que se dispersa , ahorita es un signo para todo en nuestra comunidad, ya hecha una ciudad y que nos falta crecer como hermanos oriundos de esta tierra para lograr muchas cosas”, agregó.

Por primera ocasión, el grupo cultural La Catrina Salmantina realizó un tapete de aserrín en el andador Revolución por donde caminó un grupo de sacerdotes que cargaron al Cristo Negro.

El Cristo Negro de Salamanca fue tallado en 1543. Foto: Christian Rendón.

De acuerdo con las autoridades eclesiásticas a esta celebración anual entran a la parroquia más de 120 mil personas, aunque el municipio ha contabilizado hasta 180 mil.

Parte de la historia religiosa cuenta que la imagen fue tallada de caña de maíz en 1543 en Pátzcuaro, Michoacán y cambió su tono original para no caer en manos de los españoles.

Mide 1.80 metros, pesa 13 kilos y representa al Cristo muerto en la cruz. La imagen ha sido venerada por más de cuatro siglos y medio por creyentes de Salmanca y comunidades aledañas.