París bien vale una misa

Juan José Alvarado, columnista en Platino News

Otra lectura: una forma diferente de ver las cosas.
París bien vale una misa

Frase lapidaria de Napoleón, pero un hombre que hizo todo para tener el poder y ejercer de todo, una vez que lo tuvo. Que según me han dicho, la frase también se le atribuye a Francisco I y a Enrique IV, ambos de Francia.

Se coronó él mismo, pues: “a Napoleón solamente lo corona Napoleón”, con su esposa un poco más abajo y el cura obviamente también… Él en la cúspide.

Corrigió en varias ocasiones a Maquiavelo con notas al margen, como cuando el autor dice: “Mi Señor, busque a un culpable para castigarlo delante del pueblo” Napoleón anota: “si no encuentro un culpable… lo hago”

Pero la historia en general y los franceses en particular le han dado un lugar privilegiado, hay en París un monumento esplendoroso al Emperador Napoleón y los que visitan París lo tienen como ruta y destino obligado.

En general los políticos de nuestro país serían incapaces de “coronarse solos” o de anotar al margen la obra de Maquiavelo. vamos, ni leen y vaya que se les nota, pero ni se sonrojan por su plena ignorancia.

Pero en lo que sí emulan a Napoleón es en su falta de escrúpulos, en esa consigna maquiavélica de que el fin justifica los medios.

Muchos han dicho adiós a la ideología, a los principios políticos y partidistas, a los buenos modales, a guardar las formas, han hecho caso omiso de la frase de Reyes Heroles: en política la forma es fondo. Ahora se impone el “haiga sido como haiga sido” Así de elementales proliferan muchos.

No es que se muchos hayan hecho ramplones, así nacieron, así abrevaron de la ignorancia, de la traición, y recordemos que lo que natura no da, Salamanca no presta. No le podemos echar la culpa a su madre por lo haberlos abortado a tiempo, pero en muchos casos hubiese sido mejor.

Por lo pronto, el ciudadano de a pie, el común y corriente, el del montón, sufre y seguirá sufriendo de la degradación de la política en general y de muchos políticos en particular. Seguirá penando por las malas decisiones, condenados a vivir en un país que se resiste a morir.

Ya no se sabe si participar o evadirse. Ya no se sabe hasta donde alcancen las fuerzas para oponerse, para sumarse o de plano… hacer como que no pasa nada. Aunque el pasado, el presente y el futuro sean sombríos y no es una apreciación… es una descripción de nuestro México.