Agencias.-Los cánones de belleza afectan a todos por igual, incluso cuando eres una bella y popular actriz, justo como Carmen Aub. La mujer de 31 años que apareció en “El señor de los cielos” anunció recientemente que se retiraría -por cuestiones de salud- los implantes de senos que tenía.
Esta decisión fue muy complicada para la actriz, puesto que tuvo estos silicones por al menos 10 años, pero la actriz que da vida a Rutila Casillas decidió que era momento de mostrarse sin algún otro “filtro”, más que su propia belleza y talento que le ha abierto muchas puertas.
Fue a finales de octubre cuando Carmen Aub decidió que se retiraría los implantes que la acompañaron durante toda una década, pero ahora está dispuesta a aceptar los riesgos y a aventurarse a que en los nuevos proyectos le den papeles por la mujer que es y no por su físico.
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En redes sociales muchos de sus seguidores la han felicitado por su decisión e incluso aseguran que no consideran que hay un cambio radical en su apariencia física, al grado de que aseguran que luce más bella que nunca con un físico envidiable y una actitud completamente segura de sí misma.
Carmen Aub se ha convertido en una activista de la aceptación de cuerpo
“Tu no eres tu cuerpo, cuídalo sin obsesionarte con la idea de perfección, mejor usa esa energía creando-TE”, escribió hace unos días la bella actriz en una foto donde mostró su escote al natural, ahora con una apariencia más apegada a su complexión, sin los implantes que poseía antes.
No cabe duda de que las experiencias personales cambian las percepciones de muchos, justo como ocurrió con Carmen Aub, quien al retirarse los implantes descubrió una nueva forma de quererse y de aceptar su cuerpo sin la intervención del bisturí.
Para celebrarlo, la bella actriz decidió posar frente a la cámara sin sostén, en unos ajustados leggings, con el cabello suelto y con una amplia sonrisa. Su mano cubría de forma delicada sus senos naturales, los cuales durante mucho tiempo ocultó detrás de una cirugía.
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La actriz compartió en sus redes lo complicado que fue para ella volver a comprar un brassiere, puesto que desconocía su talla, además de que en el lugar donde acudió a hacer sus compras no le ayudaron como debería ocurrir en este tipo de tiendas departamentales.
“Tuve que ir a la tienda a comprar tres copas diferentes porque, aunque me midieron, la señorita me dijo ‘es talla C’ y yo ‘no, lo dudo mucho’. Así que decidí comprar tres copas, tuve que írmelas a probar al baño del centro comercial, después de regresar las dos que no iba a usar”, dijo la actriz.
