“Las consecuencias son inevitables, tuyo es, solo, lo que no tiene dueño”.
Hoy comienzo con esta frase de una canción de Enrique Bunbury; la cual nos muestra la paradoja de nuestros actos.
Culturalmente nos excusamos cuando el resultado de nuestras acciones no son lo que esperábamos, justificamos y culpamos a otros, esto lo vemos en todas partes, en canciones como ésta, en novelas, en historias que se convirtieron en chiste para poderlas subir a internet, en noticias y en la vida misma.
¿Cuántos problemas has tenido porque la otra persona te hace responsable de todo? o, ¿cuántas veces hemos tenido pruebas y las negamos con excusas y culpas? Puedo asegurar que te ha pasado por lo menos una vez en la vida, ya sea porque eres tú el que confronta o el que se deslinda.
La razón en primera instancia es el miedo, esta emoción que contiene demasiada carga afectiva por la activación y la producción de neurolépticos (receptores celulares, localizados en membranas del cerebro), que al activarse trasmiten un mensaje al interior, teniendo la capacidad de alterarnos, y despertar un sentimiento de desesperación, soledad y frustración.
Como sociedad tenemos mal visto estar solo, señalamos y castigamos severamente a quien se ha equivocado, tendemos a juzgar y reprochar las acciones erróneas de otros y eso nos lleva a huir de nuestras responsabilidades, de nuestros actos, porque pareciera que premiamos la perfección; una perfección errónea, ilusamente creemos que ser perfectos es no cometer errores, que admitir que nos equivocamos nos hace más frágiles, que reconocer nos alejará de las personas que amamos, que ser honestos con nosotros mismos nos cerrará puertas y oportunidades. Sin embargo, todas estas acciones y miedos, son lo que realmente nos alejan del éxito que buscamos todos.
La vida trae consigo sus propias complicaciones y siempre nos presentará grandes retos, pero admitir y trabajar para mejorar en nuestras áreas de oportunidad nos brindará siempre una mejor calidad de vida y de relaciones. La claridad de nuestras acciones, siempre nos abrirá puertas y sinceridad con las personas que nos acompañan y las consecuencias de nuestros actos cada día serán menos conflictivas.
Y tú, ¿quieres avanzar o seguir en la comodidad, adjudicando tus actos a otros?







