Nos detuvimos, pero seguimos

Juan José Alvarado, columnista en Platino News

Han pasado tres años desde que el mundo se detuvo, desde esa gran pausa, desde la incertidumbre, desde la incredulidad, desde la conspiración, desde el miedo, desde las contradicciones, desde las críticas, desde las soluciones mágicas, desde las enfermedades, desde las muertes, desde las compras excesivas y compulsivas, desde los rezos, desde las declaraciones, desde el cúmulo de contradicciones que envolvieron al mundo.

A tres años, hubo decisiones que fueron bien tomadas, pero otras que no dieron resultados, lo cierto, como dijo una persona muy cercana ¿y el FODA?

No hubo FODA porque nadie quiere hablar ni planear situaciones difíciles o catastróficas, porque lo cierto es que los gobiernos, los que dirigen el mundo nos engañan y sólo se plantean escenarios factibles, realizables, controlables.

Así como dice la canción, “de nada sirvieron las monjas, ni los caprichos, ni lisonjas” ninguna solución mágica dio resultado, las plegarias, los rezos, no fueron escuchados, la gente por miles y miles murieron alrededor del mundo, aunque no devastó a África. Pero si golpeó a las economías más “sólidas y desarrolladas”

A tres años no sabemos quien o quienes lo provocaron y quizá nunca tendremos la certidumbre, lo cierto es que los ricos se hicieron más ricos y los pobres más pobres.

Indiscutiblemente siguen las secuelas en salud, económicas, psicológicas, políticas, sociales, ya que aún no nos libramos ni con las vacunas que comprometieron la economía de decenas de países y engrosaron los bolsillos de unos cuantos y las vacunas… no nos han protegido del todo.

No regresaremos jamás a la normalidad, es una nueva normalidad, llena de amenazas e incertidumbres, así nos quieren tener, asustados, azorados, pendientes de esta situación y de otras que vendrán, de un lugar saldrán y a millones nos habrán de afectar más y más.

Vivimos tan tranquilos en una especie de inocencia, ni en plena guerra fría estuvimos tan asustados, con la espada de Damocles pendiente sobre toda la humanidad.

Los ciudadanos de a pie, la mayoría de los humanos, tenemos que seguir y salir adelante, pese a todo lo que ha sucedido, lo que sucede y lo que está por venir.

Nos tenemos que adaptar, no resignar, a los nuevos tiempos. Tendremos que volver a lo básico, ahí está la respuesta.