No es lo mismo grillar, que gobernar

Jorge Marcelino Trejo Ortiz.

La grandilocuencia que marcó la segunda mitad de su sexenio contrasta con el silencio que ha provocado una andanada de dudas sobre su persona y su actuación en el gobierno de Guanajuato.

Diego Sinhue Rodríguez Vallejo, el quinto gobernador al hilo que el PAN ha impulsado para gobernar la entidad, echó por borda su capital político al darse más tiempo en la grilla que en establecer una política pública que afianzara a su partido en la única isla que, hasta hace poco, se mantenía firme para el blaquiazul.

Producto de un enroque en la Secretaría de Desarrollo Social y Humano, el joven Diego llegó en lugar del doctor Éctor Jaime Ramírez Barba en el primer trimestre del 2015. Así se despejaba una pugna por la alcaldía de León cuya candidatura recayó en Héctor López Santillana.

Diego Sihué, sin experiencia en la administración pública, dejaba el Palacio Legislativo de San Lázaro donde sumó otra hoja curricular en su haber político que fue más robusto que su paso por la iniciativa privada y ausente en la administración pública.

Su llegada a la SEDESHU fue, más bien, la plataforma desde donde construyó una plataforma social para su proyecto. Desde ahí comenzó la visita a los municipios donde, visitó los comités municipales del PAN, visitó a los liderazgos de su partido y, de paso, repartía los programas sociales de manera clientelar.

De hecho, fueron más de siete meses que Diego Sinhue siguió administrando una secretaría diseñada por Arturo Nuñez Serrano, en tiempos de Juan Carlos Romero, para atender de manera integral a la población más vulnerable.

Pero se le fue el tiempo en grillar. Eventos masivos para la entrega masiva de implementos para aminorar la pobreza eran, más bien, una evidencia de las necesidades que afloraban por los 46 municipios. Ya la grilla estaba afianzada.

El mismo platicó que, en una cabalgata junto al entonces gobernador Miguel Márquez Márquez, lo convenció que diera la venia para ser el candidato y, así ocurrió.

Para entonces, el Secretario de Desarrollo Social y Humano, ya fortalecía la grilla intrapartidista para elegir a quienes le acompañarían en la elección. Desde prospectos a alcaldes, diputados locales, regidores y hasta a algunos directores en municipios.

¿Y la administración pública? Siguió en automático un camino que dejó un sinfín de temas abiertos.

Enfundado ya como gobernador, Diego Sinhue transitó de manera natural en el ecosistema de la grilla política, grilla partidista, grilla empresarial, grilla deportiva, grilla social que, sin embargo, le hizo desatender la administración pública.

Entonces, designó a un jefe de gabinete, un cuasigobernador, para que resolviera los temas prioritarios en la entidad. Nada se movía sin la venia del ingeniero Carlos Alcántara, parte del grupo cero del gobernador desde hace décadas.

El gobernador perdió así tres años hasta que, llegó la pandemia. Entonces fue como un respiro que permitió a Diego Sihue volver a tomar temas prioritarios. Sentar cabeza, pues, dada la restricción de las reuniones multitudinarias.

Pero el hilo político no conoce de restricciones. Entonces ya se escuchaban los tambores de guerra para la elegir a su sucesor. Grillar, sin gobernar y, hoy vemos esos resultados.

Sin embargo, Libia Dennise García Muñoz Ledo, sucesora de Diego Sinhue, ha dado ese nuevo comienzo pues, se le ha dado más tiempo a la construcción de acuerdos, a la reconstrucción de relaciones políticas y, sobre todo, a una nueva era con el Gobierno de la República.

Más allá de las grillas, Libia Dennise se ha dedicado a gobernar. Ha logrado una construcción al más alto nivel que ha permitido distender la relación entre la Presidencia de la República y Guanajuato.

No hay más pleito, hay acuerdos, diálogo e, incluso, entendimiento y colaboración. Fueron seis años de grilla en las que no hubo una administración de los bienes públicos. Ya el tiempo y las auditorías habrán de dar las respuestas que el silencio no ofrece.

Hoy tenemos a una gobernadora con alta expectativa de mantener acuerdos y, generar empatías con sectores sociales. No con grilla, sino con una buena cátedra de gobernanza.

Quedó claro, el sexenio pasado no fue lo mismo grillar que gobernar.