Narraciones

“Las locuras que más se lamentan en la vida son las que no se cometieron cuando se tuvo la oportunidad.” Helen Rowland

 

“Entre mis pensamientos encontré, un laberinto que me llevó hacia otro lugar para no marchitar.” Carolina Pavía
“No siempre necesitas un plan A veces solo necesitas respirar, confiar, dejar fluir y ver lo que sucede. ” Mandy Hale

 

“Algunas personas sienten las cosas más profundamente que otras, y algunas personas sienten cosas que el resto de nosotros no sentimos. Esto es lo que provoca la sensación de estar aparte, diferente.” Patricia Cornwell
“Solo si escuchamos podremos aprender. Y escuchar es un acto de silencio; solo una mente serena pero extraordinariamente activa puede aprender.” Krisnamurti
“El amor es libre, nosotros somos la jaula.” Sara Búho
“Hay sueños que deben permanecer en los cajones, en las cajas fuertes, encerrados hasta nuestro final. Y así pueden ser soñados para siempre.” Hilda Hilst
“La felicidad que se vive, deriva del amor que se da”. Isabel Allende
“Aquí está la verdad sobre la vida: cada uno de nosotros está solo. Nacemos solos, morimos solos y en el intervalo, si somos lo suficientemente valientes, vivimos solos también.” Gertrude Stein
“No fue un martillo lo que hizo las rocas tan perfectas, sino el agua, con su dulzura, su danza y su sonido. Donde la fuerza sólo puede destruir, la bondad puede esculpir.” Tagore

 

“Cuando la luz vive en tu interior…La oscuridad sólo es parte del paisaje…” Lia Risco
“Escucha tú propia voz, tú propia alma. Hay demasiadas personas que escuchan el ruido del mundo en lugar de escucharse a sí mismas.” Leon Brown
“El miedo solo sirve para perderlo todo.” Manuel Belgrano
“Cuando las probabilidades son imposibles, cuando todo parece perdido, ese es el tiempo para estar en calma.” Ian Fleming

La narrativa es uno de los géneros literarios que ha estado presente a lo largo de los siglos en distintas culturas y ámbitos. Tanto la narrativa oral como la escrita son parte constitutiva de la civilización humana y responden a la necesidad de contar historias. Una de las formas que tomó la cultura fue la de hacer relatos, con la figura del narrador o narradora como rasgo principal. La narrativa adopta múltiples formatos y estilos, desde el cuento hasta la novela, incluyendo la crónica.

Narrar es un arte: el arte de contar historias, sean reales o ficticias. Implica la construcción de un relato que incluye personajes, acciones, contextos, situaciones y escenarios, con un tema central como eje. Todo esto depende de la habilidad y competencias de quien narra. Se busca captar el interés del lector o del espectador, ya que el cine, la televisión y el cómic también utilizan imágenes como formas de lenguaje. La narrativa transmite historias, conceptos, ideas, emociones, sentimientos y valores desde una perspectiva subjetiva.

Hoy se habla del término “narrativa” en otras áreas del conocimiento, como la antropología, la sociología, la filosofía y la política, para referirse al conjunto de ideas, valores y relaciones que se proponen desde una concepción teórica o de país. Estas narrativas parten de una relación contextual y temporal que busca vincular el pasado con el futuro, es decir, hacen historia, incluso desde relatos ficticios, porque lo real está determinado por el pensamiento y las formas de representación del mundo que construimos.

Narrar historias es un ejercicio que nos implica y compromete en una relación dual: tanto del que narra como del que escucha, lee o ve. En una época como la actual, las narrativas se multiplican, el universo de las historias se ha diversificado y también fragmentado. La globalización nos ha llevado a considerar otras visiones de la vida.

En “El peligro de una sola historia”, Chimamanda Ngozi Adichie —disponible en YouTube como charla TED— reflexiona sobre cómo las historias moldean nuestra percepción del mundo y de los demás. Expone el concepto del “peligro de una sola historia”, que ocurre cuando se reduce a una persona, cultura o país a una única narrativa, generalmente estereotipada. Ella comparte experiencias personales, como su infancia en Nigeria leyendo literatura británica y estadounidense, lo que la llevó a escribir historias con personajes que no se parecían a ella. También relata cómo sus compañeros en Estados Unidos tenían una visión limitada de África, basada en pobreza y guerra, ignorando su diversidad y riqueza cultural. Las historias únicas despojan a las personas de su dignidad, y contar historias conlleva una gran responsabilidad. Cuando solo se escucha una versión, se pierde la complejidad de la realidad.

Chimamanda aboga por la multiplicidad de voces y narrativas para combatir prejuicios y fomentar una comprensión más profunda y humana en un mundo global. Lo importante es aceptar que solo tenemos una parte de la realidad y que muchas narrativas se construyen desde el poder hegemónico. De lo que se trata es de buscar y compartir diversas versiones e historias para evitar caer en posturas reduccionistas, fundamentalistas o sectarias que perpetúan la ignorancia y el desequilibrio de poder.

Hoy, la sobreexposición mediática nos pone en verdaderas encrucijadas. No solo se trata de conocer las narrativas diversas sobre un tema, sino también de validar los hechos: verificar lo real y comprender que las opiniones son juicios de valor que responden a lógicas, intereses, creencias e ideologías. Estas promueven contenidos que muchas veces poco tienen que ver con los sucesos reales ni con el pensamiento crítico.

Lo mismo ocurre en el campo social, en las interpretaciones de la vida cotidiana, las relaciones interpersonales y la forma en que justificamos nuestro actuar ante los demás.

La narrativa que asumimos es parte del sistema mundo en el que nos desenvolvemos, pero requiere un proceso mínimo —y necesario— de “darnos cuenta” para entender la realidad como una interpretación. Esta es una construcción social en la que la verdad se esconde, se encubre, se vuelve brumosa y se llena de galimatías. Se utilizan gurús, influencers, medios de comunicación, redes sociales, líderes de “opinión” y charlatanes carismáticos para fundar postulados que están fuera de la razón y se sostienen con ideas y creencias que no admiten el diálogo, el debate, las evidencias ni los argumentos. Son narrativas que se convierten en dogmas y estereotipos, que se absolutizan, crean conflictos y utilizan información falsa: narrativas creadas a modo para sostener y reproducir los desequilibrios que genera la desigualdad social.

Comprender las narrativas que vamos oyendo, viendo y experimentando es hacer un ejercicio reflexivo desde el pensamiento crítico. Es mantener la curiosidad de preguntarnos sobre lo que dicen otros. Isaac Asimov escribió: “La ciencia avanza a pasos de gigante, pero la ignorancia corre más rápido”. Por eso, se trata de deconstruir lo que se nos presenta como real. Deconstruir es revisar, por ejemplo, la información que escuchamos o vemos con criticidad, usando un sistema de preguntas para formarnos un criterio sólido, contextualizado y más cercano a la realidad. Algunas preguntas útiles podrían ser:

¿Quién dice esto?

¿Desde qué posición de poder lo hace?

¿Para qué lo está diciendo de esa manera?

¿Qué fuentes de argumentación tiene?

¿Qué busca provocar?

¿Cómo se presenta ante las audiencias?

¿Es verificable lo que se dice?

¿Apela a creencias o religiones?

¿Refuerza estereotipos sociales?

¿Se presenta como una verdad absoluta?

¿Invita al diálogo, al debate, a buscar más información?

Jean-Paul Sartre escribió: “El hombre es siempre un narrador de historias; vive rodeado de sus historias y de las ajenas, ve a través de ellas todo lo que le sucede y trata de vivir su vida como si la contara. Pero hay que escoger: o vivir o contar.”

*https://pjenlinea3.poder-judicial.go.cr/biblioteca/uploads/Archivos/Libro/29%20El%20peligro%20de%20la%20historia%20%C3%BAnica.pdf