Es realmente tan bonito cuando hay un acontecimiento grato y vemos como se vuelcan las manifestaciones de apoyo, de gozo, de alegría.
También es realmente conmovedor cuando en situaciones adversas se dan las muestras de solidaridad, de empatía, de apoyo. Cuando se señala a los malos y todas las redes sociales se llenan con la indignación que causa el daño a los dolidos.
De inmediato, ciudadanos de a pie, Juan Pueblo, los desposeídos y los potentados, se mueven al unísono en pos del dañado, del agredido, del dolido y se levantan cientos de dedos flamígeros pidiendo justicia. Condenando las atrocidades de los malos.
No nos confundamos, ni se mal interpreten mis palabras. Esto no es en pro o defensa de los malos, de los violentos, de los abusivos.
Pero ahí están los periódicos, las revistas, las redes sociales algunos ayeres para que quien lo dude, lo verifique, que no necesariamente crea en mis palabras y revise las nulas manifestaciones de las agrupaciones religiosas (iglesias, comunidad judía, católicos, etc.) en defensa de los miles de mujeres violadas, asesinadas, golpeadas, humilladas y engañadas. Aunque les dicen en privado que esa es la cruz que tienen que cargar.
La mayoría que hoy se solidariza con dos jesuitas asesinados, han guardado un discreto y casi un cómplice silencio cuando se trata de lo que menciono en el párrafo inmediato superior, pero sobre todo cuando se trata de abusos de clérigos, monjas o religiosos perpetrados contra niños y niñas dentro de colegios, iglesias, seminarios.
Quizá yo también tenga que guardar silencio, pues esto les incomoda a algunos de mis amables lectores y seguidores.
Claro que me duele lo que pasa, pero más lastima la doble moral de los que hoy hablan de un estado fallido y piden toda la fuerza del Estado, cuando han guardado un cobarde silencio ante miles de familias dolidas por que se violó a un niño o una niña.
Queremos que nos protejan de los malos que tanto daño hacen, pero ¿quién nos protege de “los buenos”? (esos y esas a las que las familias les tienen confianza) que han violado, matado, golpeado, lastimado, abusado.
Ojalá y todos esos que hoy se manifiestan, por fin se pronuncien y se solidaricen con todos los casos de violentados y violentadas que se han vuelto parte de lo cotidiano.
