Todos los días hábiles durante varias horas el Presidente de México, haciendo uso de recursos púbicos, en ejercicio de sus funciones da un mensaje a la ciudadanía en el cual habla de los temas que a él le resultan de interés, a través de este ejercicio va marcando la agenda nacional, y si alguien propone un tema distinto o le muestra inconformidad con las exposiciones y respuestas puede generar un fuerte enojo que se derive en ataques mediáticos intensos contra quien tuvo la valentía de manifestarse.
El problema no es la gran cantidad de tiempo y recursos que se utilizan desde el más alto nivel de gobierno para hacer propaganda y campaña política más que gobernar, el real y verdadero problema que nos debe preocupar es la cantidad de mentiras, imprecisiones y engaños que se generan y difunden desde ese espacio a diario.
La organización no gubernamental “Artículo 19” se dio a la tarea de solicitar información pública sobre 34 declaraciones que fueron hechas por el Ejecutivo desde las mañaneras, sus hallazgos son escalofriantes, de las 34 declaraciones revisadas, 9 son falsas, 20 no tienen datos para ser comprobadas, 2 tienen información engañosa, 1 es verificable pero fuera de contexto y solamente 2 afirmaciones de 34 tienen un respaldo con información pública. Es decir que menos del 6% de lo afirmado puede ser considerado cierto de manera contundente.
Si tienes un amigo que el 94% de las veces te dice mentiras, te engaña, te manipula lo que dice o no puede comprobar sus afirmaciones, no hay manera de que lo tomes en serio; así estamos con nuestro presidente, las cosas que dice en las mañanas cada vez son menos tomadas en cuenta, habla por hablar, porque le gusta hacer el show, se pelea con todos, se victimiza y utiliza el discurso del resentimiento para buscar aprobación caracterizándose como el héroe imaginario que lucha contra las desigualdades sociales y la pobreza, no importando que en la realidad nada de esto sea cierto porque tal como lo muestra “Artículo 19” solo no consta la verdad de menos del 6% de lo dicho.
Contar mentiras no es transparencia, manipular información no es rendir cuentas, y la manera que tenemos los ciudadanos para estar atentos y conocer las verdades del gobierno es a través del recurrir al Instituto Nacional de Acceso a la Información (INAI) el cual tiene las facultades Constitucionales para obligar al Gobierno a transparentar sus verdaderos datos.
Esto no le gusta al gobierno, y es por eso por lo que ha emprendido una cruzada mortal contra el INAI, el Pleno del Instituto se encuentra integrado por 7 comisionados, para funcionar necesita al menos 5, tenemos ahora que por omisión en las designaciones, al terminar este mes de marzo quedarán solo 4 comisionados, lo que limitará en gran medida el alcance de su funcionamiento.
El senado se tardó más de un año en nombrar a los comisionados vacantes, después nombró atendiendo cuotas y cuates, luego el presidente vetó ese nombramiento y al final lo que obtenemos es que no tenemos INAI y si tenemos líos políticos que entrampan la transparencia y les permite seguirnos mintiendo todas las mañanas sin consecuencia alguna.
