Luego de casi dos años de la llegada de la pandemia a la entidad y de que los estudiantes de la Universidad de Guanajuato estén recibiendo clases virtuales como medida de salud, el 2022 regresarán a las aulas y será un año de recuperación académica.
Esta información la dio a conocer el rector de la máxima casa de estudios, Luis Felipe Guerrero Agripino, quien dijo que tienen que optimizar la experiencia obtenida durante este tiempo, aprovechar ya los espacios físicos, pero también los virtuales.
“Yo creo que el 2022 lo considero un año de transición en todos los sentidos porque prácticamente estamos todavía en pandemia, esperemos que las condiciones, las circunstancias sean más favorables como todo parece indicar y ojalá así sea, pero indudablemente el próximo año va a significar un proceso por un año de recuperación en muchos sentidos tanto económica como académica hay que decirlo”, comentó.
Dijo que se trata de una transición por parte de los estudiantes, académicos y administrativos, que en total son unas 50 mil personas, ante una nueva realidad después de la llegada del covid-19.
El rector dijo que en esta nueva etapa se tiene que asimilar todo lo sucedido, diversificar la nueva forma de emplear las actividades académicas y continuar generando el máximo aprovechamiento institucional que tenga que ver con el proyecto de cada persona en la universidad tanto para la comunidad estudiantil y el personal académico.
Comentó que otro de los retos es ver cómo la universidad con su competitividad académica puede y debe incidir en la construcción de un mejor entorno social.
“También debe ser un año de la máxima optimización de la experiencia y hemos obtenido lo que va a ser dos años de la pandemia, la institución, la casa de estudios estamos haciendo un gran esfuerzo para que esa transición a una nueva realidad por el hecho de que las actividades vayan a suceder de manera presencial, serán de manera presencial, pero ante una nueva realidad”, agregó.
En cuanto a los estudiantes, que son más de 46 mil, aseguró que los retos son es que cada uno de ellos debe involucrarse a la nueva realidad, por ejemplo, los que en este proceso fueron de nuevo ingreso y que no se han podido sumar a las clases presenciales, pues ni siquiera han conocido las instalaciones que son un aproximado de 10 mil estudiantes.
Además de generar nuevas pautas de interacción entre la propia comunidad estudiantil y la dinámica que conllevan los traslados de un lugar a otro como parte de los protocolos de salud.
En lo que se refiere al personal académico, dijo que deben continuar con sus proyectos de cómo orientar la docencia y sus investigaciones ante estos escenarios distintos de hace dos años.