Luchamos contra gigantes… el miedo, la ignorancia y la injusticia

Policías logran detener a sujetos que hacían disparos en la vía pública.

La vida social económica y política del Estado de Guanajuato, hasta ahora sostenida por alfileres, pende de un hilo.

El gobernador,  Lic. Diego Sinhué,  selló un compromiso el 26 de Septiembre del 2018 al protestar y aceptar el cargo de Gobernador Constitucional de nuestro Estado y al dirigirse a sus conciudadanos enfáticamente expresó, en cuanto al tema de la segurida : “Recuperar la paz y la tranquilidad de las familias de Guanajuato será mi prioridad, nuestro Estado está viviendo las consecuencias de una crisis nacional de inseguridad y violencia” y luego, enfáticamente puntualizó: “pero eso, no será pretexto”.

La lectura que nos dejó esta afirmación fue con base a su plan sexenal de Gobierno y dentro de sus cinco ejes, a lo que le dio mayor cobertura e importancia y el primer lugar,  fue a regresar a las familias,  seguridad, paz y tranquilidad.

En este orden de ideas, ha pasado con exceso un tiempo razonable, para ahora cuestionarnos, si este compromiso público por parte del Ejecutivo Estatal se ha cumplido.

No voy a hacer el de la voz, quien califique o descalifique la actuación del primer líder de este Estado, sino que en esta ocasión me constriño a que no sean las palabras, sino los hechos, los que hablen.

En primer lugar, considero que realizar un estudio comparativo de los meses subsecuentes a la toma del poder sería complicado, toda vez que no me alcanzaría la tinta para sumar los hechos ilícitos que se han cometido en este lapso en nuestra entidad, por lo que les solicito que vayamos del más reciente que tengo registrado, en forma regresiva.

Bajo esta tesitura, antes de citar estos alarmantes hechos, diré lo siguiente: desgraciadamente no se ve, ni se siente que las autoridades tomen acciones preventivas para inhibir estos sucesos, que se dan a toda hora y en plena luz del día:  dentro de las orugas, asaltan a los usuarios,  a las mujeres las acosan y tocan sexualmente, los carteristas operan tranquila e impunemente, robando celulares, bolsas, relojes o carteras.

Cuando estoy escribiendo estas líneas se da a conocer del asesinato del salmantino, líder veterano de la petroquímica  del municipio de Salamanca, Gilberto Muñoz Mosqueda y solo por no dejar de lado el ataque al antro La Playa, cerca de 40  muertos; qué sigue ahora?

Así las cosas, situémonos en el próximo pasado viernes, en donde en el paradero de la oruga, frente al centro de salud, de la Avenida Miguel Alemán, robaron dicho lugar, rompiendo récord en el tiempo, no más de 20 minutos, los que permaneció el malhechor sin que fuera detenido.

Lo anterior, solo es un botón de muestra, de lo que los usuarios viven día a día, por la inseguridad que se sufre en los paraderos de las orugas, siendo un hecho público y notorio.

Hace apenas unos días, robaron la clínica de fisioterapia ENES de León, que pertenece a la UNAM. El botín: una caja de instrumentos de fisioterapia, entre otros objetos. De igual forma, también se escuchó el robo de un Mustang 2019 blindado.

Finalmente, traigo a colación el asalto millonario del Aeropuerto Internacional del Bajío por más de 40 millones. Es público que no hay distinción de clases sociales, ni lugares especiales, para ser víctimas.

Bajo esta mirada escudriñadora se observa cierto agotamiento, de parte de quienes tienen que explicar la razón, de que no se pueda combatir con más eficacia la ola de robos, luego entonces los pretextos son variados y de todos colores.

Habrá que establecer que existen tres órdenes de  gobierno, pero esto no es suficiente, que bajo el amparo de que ciertos delitos no son de su competencia, esto abone a la impunidad.

La seguridad pública, primero debe reconocer que ha fallado, en su estrategia de inteligencia para dar paso a articular políticas criminológicas más eficaces, como es el combate y desarticular las organizaciones criminales y recuperar la  alarmante pérdida de territorio, que ahora es controlada por pandillas.

En mi humilde opinión, el C. Gobernador podría pedir a los alcaldes o presidentes, que generen los cambios necesarios, para volver a tener calles seguras, donde se pueda caminar sin miedo ni terror.

Considero que aún es tiempo de recuperar las fuerzas pérdidas, que no le tiemble la mano para intentar modificaciones y cambios en las estructuras, se ocupa y preocupa, recuperar las instituciones encargadas de vigilar e inhibir las conductas antisociales.

Si bien es cierto que la responsabilidad es de todos, no podemos cerrar los ojos y hacer como que no escuchamos el clamor de una sociedad que no está conforme y ve que la respuesta ha sido derivar las culpas a otros.

Así las cosas, esto se vuelve insostenible, al tratar de mantener a quienes son buenos con los discursos pero no en la efectividad de los hechos, por lo que se vislumbra lo impostergable, hacer los movimientos de ajedrez que estamos esperando, para que hayan cambios y renovación en la operatividad.

De acuerdo a la lógica, sería injusto descargar en Usted Señor Gobernador toda la responsabilidad, porque no se puede multiplicar para estas tareas, pero si estamos seguro que puede fomentar una política pública, para que quienes demuestren efectividad y capacidad se queden, y los que no, que asuman otras responsabilidades, pero no la seguridad de este pujante Estado.

Ya no hay más tiempo, el momento es ahora y el lugar es aquí.

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