Los sonidos del Cervantino

Juancarlos Porras y Manrique
Juancarlos Porras y Manrique, analista, promotor cultural y columnista Platino.

Dos factores, la personalidad de los hombres y de los pueblos, definen la fuerza de proyección en una dinámica ideal y materialmente creadora. Para facilitar explicaciones ocurren dos factores también: el geográfico y el histórico que es la voz y el recuerdo de las naciones y cuyas resonancias recónditas vibran en las más íntimas fibras del ser. (Raúl Noriega, dixit). Nuestro Festival Internacional Cervantino, FIC entonces congrega diversas formas artísticas y culturales no sólo decorativas sino utilitarias.

Una de ellas es el sonido que las más de las veces proviene del más perfecto de los sonidos humanos como es la palabra. Y la literatura es a su vez la forma más perfecta de la palabra. Como ejemplo tenemos la magistral obra El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha de Miguel de Cervantes Saavedra donde la oliva, imaginemos la asonancia, se hace rajas. Pues dichas astillas punzantes si se clavan en algún lindo antes de arder, seguro dispararán el dolor a la luz del mundo.

Pues bien, desde que Apolo fue Apolo y las Musas Musas, y los poetas poetas los retumbos en el tiempo nos han llenado de alegría la vida… y en los últimos cincuenta años en esta Capital Cervantina de América qué no hemos oído. Allí tenemos a don Quijote que levanta su voz y con ademán arrogante dice: ―“Todo el mundo se tenga, si todo el mundo no confiesa que no hay en el mundo todo, doncella más hermosa que la emperatriz de la Mancha, la sin par Dulcinea del Toboso”.

Esta muestra del gran liróforo “que siempre se gloria / de hablar el castellano” ante la gente descomunal y soberbia del ahora lenguaje inclusivo, ofrece, a los de vuestra ralea, la lanza baja de la poesía contra su blasfemia de moda. Aunque sabemos que su embate incluyentista llegará como tempestad de palos, y en verdad lo molerán como cibera, nuestro caballero andante saldrá victorioso aun con la bruma que le provoquen.

Y para satisfacción del Emperante que gusta de liar las mesmas palabras, con aquellos cuentos acomodados a sus sucesos y muy de priesa nos dice que apretará el punzón rojo, sepa vuestra merced, que su dicha larga arenga: “es una pose vana / en el umbral fatal de bombas suspendidas en el cielo. / Es vergonzoso ser libre en este siglo, / cien veces más vergonzoso que ser esclavo. / En millones de rostros está mi destino y mi drama, / en millones de manos golpea mi pulso personal”.

Nuestro cantor Yevgueni Yevtushenko es querido por el pueblo, resonó su voz, como la del señor Quijana, en el Auditorio de Relaciones Industriales de la UG en el Cervantino de 1998. Con Adiós, bandera roja (FCE) donde nos previno de la macdonalización de la cultura, así como del establishment que vivimos por aquellos y estos días.