Los Siete Pecados Capitales: LUJURIA

Juan José Alvarado, columnista en Platino News

Según la Real Academia Española de la Lengua RAE, la lujuria es: 1.- Un deseo excesivo de placer sexual. 2.- Exceso o demasía en algunas cosas.

Afecta a todo tipo de persona, sin distingo de edades, sexo, condición económica, política, cultural, religiosa, académica. Parece que ahora vivimos inmersos en una vorágine de la lujuria. Más placer, más placer: a cog… y a mam… que el mundo se va a acabar.

Siempre cabrá la pregunta sobre qué es lo excesivo y los defensores de los excesos siempre habrán de corregir y denostar a los más prudentes, tachándolos de anticuados, de temerosos, de poco osados.

Buscan los excesos del placer sexual hasta hacerse daño físico y psicológico. Los consultorios médicos cada día atienden a más hombres y mujeres con daños en las zonas genitales, pues dichos pacientes, en aras de tener y sentir más placer prueban de todo.

Pasa algo similar en los consultorios psicológicos, todo eso que el padre del psicoanálisis, Freud, califico como perversiones, ahora son prácticas en la cotidianeidad de las alcobas y no digo solo de hoteles y moteles, son ya las dinámicas sexuales comunes en las casas, con parejas formales e informales, pues los encuentros de ocasión se han multiplicado y las consultas psicológicas se llenan de hombres y mujeres dolidos por la frivolidad que han buscado, propiciado y, dicen, gozado.

La práctica del hedonismo a su máximo esplendor e insisto, no se trata de ser mocho o conservador, es un problema profundo de salud física y salud mental que trastoca diversos campos de la interacción psicosocial, no solamente lo psicosexual, pues la búsqueda irrestricta del placer sexual se pone por encima de la familia, de las amistades, del trabajo, de la universidad.

Claro que esto conlleva a profundas frustraciones pues no es posible tener más de lo que fisiológicamente se puede, hay cuerpos que no se pueden tener y cosas que no se pueden hacer.

La gente está malamente y altamente contaminada por el exceso de pornografía que consume -hombres y mujeres- pues la búsqueda incesante, rabiosa, compulsiva de la mujer y del hombre multiorgásmicos es un ideal inalcanzable para la gran mayoría.

Pero nadie experimenta en cabeza ajena, el ser humano parece estar condenado a tropezarse con la misma piedra y hay quienes buscan la piedra para tropezarse y luego llegar a los consultorios psicológicos a lamentarse por sus infortunios.