Los olvidados del sistema; el adulto mayor

Pero parece que como sociedad queremos llevar la vejez de manera patológica y no exitosa o satisfactoria

La vida humana se organiza y se construye en las relaciones interpersonales.

Decidí comenzar esta columna con esta frase, debido a que somos seres sociales y todos los días nos relacionamos entre nosotros mismos. Parte de nuestra personalidad la formamos y construimos con nuestro día a día, con las personas que nos acompañan, con los retos que se nos presentan, lo que estudiamos o aprendimos de nuestros trabajos, con nuestros hijos y con los amigos que hacemos.

¿Y a dónde se va todo esto cuando llegamos a la tercera edad, que hay en la sociedad para ellos? La vejez es una construcción personal en la que inciden factores biológicos, psicológicos, sociales, culturales e históricos, que puede llevarse en forma normal, patológica o exitosa.

Pero parece que como sociedad queremos llevar la vejez de manera patológica y no exitosa o satisfactoria, hay muy poca regulación en los albergues dirigidos para el adulto mayor, por lo mismo, no hay una aceptación de ellos y son necesarios para algunas familias.

Otros programas están solo dirigidos a cuestiones médicas, que son indispensables, pero que también mejorarían si pusiéramos atención en otras áreas fundamentales.

Y los programas que llevan un éxito, estan solo encargado en una sola institución Gubernamental, la cual no siempre esta al alcance de toda la población que la requiere, en muchas de las situaciones es por la ubicación de los centros.

Pero no solo se trata de crear centros con talleres de oficios o de cocina, sino de aprovechar sus aprendizajes, sus herramientas y sobretodo que esta etapa de la vida tambien sea igual de satisfactorias que las anteriores, pues todos vamos de camino a ella.

Así que bien, ¿Qué tenemos que hacer?  Comenzar con no tratarlos como si fueran de cristal, sino como las personas que son y que tienen la capacidad para seguir creandose y desarrollandose.

Nuestro foco también debe ser en seguir mejorando el proceso de jubilación, que sea un proceso paulatino y no tajante, pues las cifras de depresión después de la jubilación son alarmantes, y como no, si estamos quitando una parte de la rutina que por años han tenido las personas y no les ofrecemos nada más.

Debemos definir actividades de manera personal y no a nivel sociocultural. Se debe  analizar el entorno, la utilidad de las personas, aprovechar su conocimiento, sus herramientas, voltearlos a ver y no con lo básico, con lo de siempre, sino con innovación, con mejoras, con realidad; pues si lo hacemos en otras áreas con mayor razón en esta.

Nuestro futuro está en la innovación y tenemos un gran campo olvidado pero lleno de oportunidades, con personas talentosas, inteligentes y con ganas de más.