En octubre de 2005, 2011 y 2017 la CIRT (Cámara Nacional de la Industria de Radio y TV) organizó su famosa semana de la radiodifusión. Eran los años previos a las elecciones federales. Y como siempre, los concesionarios le abrieron los micrófonos a los precandidatos presidenciales.
Siempre ha sido un foro fabuloso para los que aspiran a la primera magistratura del país, pues saludan a los inversionistas en medios electrónicos (reunidos casi siempre en la capital mexicana) por un lado, y por la otra, porque se benefician por su gran cobertura informativa.
El Consejo Directivo me designó para recibir a López Obrador en las tres ocasiones; otros compañeros radiodifusores hicieron lo propio con Madrazo, Calderón, Patricia Mercado, Roberto Campa, Enrique Peña, Josefina Vázquez Mota, Gabriel Quadri, Ricardo Anaya, José Antonio Meade y Jaime Rodríguez Calderón.
En esas tres ocasiones habló de ofrecer libertad de expresión total; y que abogaría, en caso de llegar a la Presidencia de la República, para que Emilio Azcárraga Jean entrara de lleno al internet y a la telefonía, y Carlos Slim a la televisión.
Pero más allá de esos recuerdos empresariales, en esas tres fechas históricas, el candidato de izquierda se hizo acompañar de Ricardo Monreal Ávila. En una de ellas, también fue Martí Batres (en el hotel Camino Real de Polanco). Este concesionario siempre los recibió en su auto compacto (color blanco), y los despidió en los motor lobbys para abordar ese mismo auto, en medio siempre de un tsunami de reporteros.
Es más, Monreal en dos ocasiones me buscó previamente para consultarme cuáles eran los temas que le interesaban a los industriales. Las famosas combos (el traslado de las AMs a FMs), la explosión de las emisoras piratas y otros peligros que ponían en riesgo a nuestra querida industria, le respondí.
Y efectivamente, tocaba muy rápido esos temas AMLO, porque se concentraba más en su plan de gobierno, en caso de llegar a Palacio Nacional.
Ricardo Monreal se perfilaba desde esa época, desde la óptica de los radiodifusores, como el Secretario de Gobernación o presidente del Congreso. No nos equivocamos, el ideólogo, se convirtió en 2018 como líder de la bancada mayoritaria en el Senado.
Se pelearon porque el titular del Ejecutivo no lo enlistó en las “corcholatas”, pero el legislador se deja cobijar con la oposición. ¿De verdad se fichará en Va por México? Pamplinas.
Eso de que podría ser candidato de la oposición en 2024 es más lejano a que algún día ganemos un Mundial de Football o que le pegue usted, caro lector, al gordo de la Lotería Nacional.
Si se va Monreal de Morena cavaría la tumba de toda una familia: se llevaría de corbata a su hermano Saúl (presidente municipal de Fresnillo) y a su hermano David, gobernador de Zacatecas.
Nadie niega la capacidad, lealtad, inteligencia y ayuda prestada durante más de 26 años del ahora senador, al ahora Presidente; pero eso de que es librepensador, de que estará en la boleta y de que coqueteando con la oposición doblará a Morena, está muy lejos de conseguirlo.
Acepto apuestas. El zacatecano no se irá, ni mucho menos se afiliará a los partidos anti AMLO. Y es más, será fundamental en 2024, y acompañará a la Semana de la Radio y la TV, en octubre de 2023 al “gallo o gallina” del tabasqueño.