México era considerado como uno de los países que tenían los salarios más bajos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico de América Latina, a fines del año 2000. En un esfuerzo por parte de la República, históricamente el salario mínimo recibe un incremento del 20%, por lo que en teoría éste debería de mejorar las condiciones sociales y económicas de los más de 50 millones de personas que viven en la pobreza.
En este orden de ideas, considero pertinente que demos una explicación de algo que debería ser del conocimiento del común denominador de los mexicanos, el artículo 90º de la nueva Ley Federal del Trabajo que establece:
“Salario mínimo es la cantidad menor que debe recibir en efectivo el trabajador por los servicios prestados en una jornada de trabajo. El salario mínimo deberá ser suficiente para satisfacer las necesidades normales de un jefe de familia en el orden material, social y cultural, y para proveer a la educación obligatoria de los hijos. Se considera de utilidad social el establecimiento de instituciones y medidas que protejan la capacidad adquisitiva del salario y faciliten el acceso de los trabajadores a la obtención de satisfactores. “
Este aumento trajo algunas sonrisas y un aparente respiro para las familias de los trabajadores, pero poquitito nos duró el gusto porque casi paralelamente, la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC), anuncia que una empresa mexicana que siempre había dado de que hablar en forma positiva, como lo es BIMBO, ahora anuncia que aumentará $2 pesos en sus productos de caja en todas sus versiones, y a esto se suma otras empresas como GAMESA, MODELO, BARCEL, NESTLE, LALA, ALPURA, MARINELA, TÍA ROSA, etc., quienes también hicieron ajustes a sus precios. Sería comprensible el aumento en cuanto a los cigarros como a los vinos , pero en donde con toda seguridad le pega nuevamente a la economía y a las precarias finanzas de los trabajadores, es el aumento que están sufriendo los precios en los productos de la canasta básica, que hasta hace unos cuantos días estaban considerados en 23 y subieron a 40 productos. Invariablemente que también habrá un aumento en los servicios como son hospedajes y aumento en los impuestos del PREDIAL que se cobran a los propietarios de éstos. En suma, estos incrementos traen como consecuencia lógica la pulverización consistente en el aumento del 20% al salario mínimo que me ocupé al inicio de la columna.
En este sentido, el poder adquisitivo de los mexicanos volverá a irse en declive, por ende los bienes y servicios con sus incrementos afectarán la economía de la población. Será importante, indispensable y necesario que las Instituciones gubernamentales como lo son la Procuraduría Federal del Consumidor (PROFECO) o la SECOFI, toda vez que es el órgano que se encarga de formular y conducir las políticas generales de comercio exterior e interior y regula y estimula las medidas de protección al consumidor, etc. Así mismo deberá de intervenir contra la reacción de los especuladores quienes están ávidos de aprovechar el aumento de los salarios porque están trayendo a la economía una regla general no escrita, en donde cada fin de año, tratan de subir los precios a como dé lugar de los bienes y servicios, y obviamente a quien le pegan más estos incrementos es a la clase más vulnerable, quienes son los pobres de México y por ende a la clase trabajadora y a sus familias.
El no controlar a los especuladores y hambreadores, puede traer como consecuencia que haya una inflación en el año 2020, puesto que a pesar del aumento al salario mínimo, el poder adquisitivo de las familias mexicanas se verá menguado, puesto que este aumento que en teoría debería darle tranquilidad a un jefe de familia, pero estos aumentos que se han obsequiado los especuladores sólo beneficiarán sus arcas e irá en detrimento del consumidor. Por lo que estas instituciones gubernamentales deberán de trabajar inmediatamente, sancionando a aquellos comerciantes que traten de aprovechar esta circunstancia porque los aumentos que se están dando, no se encuentran justificados y solamente harán más pobre al de por si pobre; de igual forma, la manera de detener a los acaparadores y especuladores será denunciándoles para evitar que desestabilicen la economía de nuestro país, en el México del siglo XXI.