Los escenarios de Verástegui

Francisco Meza es académico y analista de los tiempos. Es columnista en Platino News.

Una de las posibles novedades de la elección presidencial del 2024 es el registro de Eduardo Verástegui como candidato independiente. Encabeza el movimiento denominado Viva México y se le identifica como parte de la actuación de católicos en México.

No es una novedad ni es algo extraño porque en la política mexicana existen antecedentes importantes de la actuación política de los católicos y porque también a nivel mundial hay movimientos que han ido apareciendo.

En nuestro país la Iglesia Católica y/o los católicos tienen una importancia relevante por diferentes razones: es la religión de la mayor parte de los habitantes, ha tenido una aportación social y cultural significativa, ofrece elementos de identidad, entre otras cosas. En el aspecto político, en sus diferentes etapas, siempre ha tenido un protagonismo. En ocasiones, reconocido y destacado y en otras, cuestionado y rechazado. En épocas más recientes, sobre todo en la posrevolución, los católicos se han organizado de diferentes formas para intervenir en la política, desde los cristeros, a través de las armas, hasta el sinarquismo en la conciencia de las demandas sociocatólicas. Han aparecido partidos políticos denominados católicos: en 1911, se funda el Partido Católico Nacional bajo el lema: “Dios, Patria y Libertad”. En 1951 aparece el Partido Nacionalista Mexicano en donde participan católicos. El Partido Acción Nacional fundado en 1939, recoge algunos de los principios de la Doctrina Social de la Iglesia como: la persona, el bien común, la solidaridad y la subsidiaridad. También asume temas de la agenda de la Iglesia Católica como la familia, la defensa de la vida desde su concepción hasta su muerte natural, los derechos de la niñez, por mencionar algunos. De esta forma, no es extraño que aparezcan políticos que traten de empujar un proyecto en el que se vean representados los católicos mexicanos ante las nuevas realidades.

También en el mundo han ido apareciendo políticos y movimientos identificados como de derecha y que se oponen a los políticos de izquierda o a las políticas relacionadas con temas de género, a favor del aborto o la eutanasia. Ejemplos de estos políticos que han alcanzado relevancia e incluso han accedido el poder son: Donald Trump en Estados Unidos, que ganó las elecciones presidenciales en 2016 con los republicanos. Jair Bolsonaro que fue presidente de Brasil en el periodo de 2019 y 2023, alcanzando notoriedad por sus posiciones nacionalistas y en contra de la eutanasia, la legalización del aborto o el matrimonio entre homosexuales. Santiago Abascal, líder del partido Vox en España desde el 2014 que se ha caracterizado por su nacionalismo y por la defensa de la familia. Con estos políticos es con quien se relaciona a Eduardo Verástegui, incluso fue colaborador de Trump en Estados Unidos.

Con lo anterior, no es ninguna novedad que aparezca como una opción más en la carrera presidencial. Sobre todo, si consideramos que desde su diagnóstico los católicos no se ven representados con Xóchitl Gálvez que es promovida por el Partido Acción Nacional.

De esta forma, podemos considerar los posibles escenarios que tiene en este proceso electoral en el que participaría como candidato independiente.

SE QUEDA EN EL CAMINO

El primero escenario es que no logre formalizar su candidatura independiente, es decir, no consiga cumplir con los requisitos establecidos por la ley electoral. Por ejemplo, lo que tiene que ver con la recolección de firmas apoyando su candidatura. Tiene que reunir 961,405 firmas de ciudadanos inscritos en la lista nominal. Hasta el día 25 de septiembre había recopilado el 1.47%, aproximadamente poco más de 14 mil. Le quedan 14 semanas y le faltan más de 947 mil firmas. En otras palabras, tiene que reunir por semana alrededor de 68 mil firmas.  No es imposible, pero es complicado.

Este sería el escenario más adverso porque no llegaría ni a competir en las campañas electorales ni aparecería en la boleta.

CANDIDATO, PERO SIN FUERZA

El siguiente escenario sería donde consiga cumplir con los requisitos legales y formalice su candidatura independiente; sin embargo, no alcance a competir frente a los candidatos de las grandes alianzas. De hecho, en este momento las principales encuestas no lo contemplan.

Esto supondría que el electorado no lo consideraría un candidato viable para competir y decidiera su voto por alguno de las candidatas con posibilidades. Lo anterior, hace referencia al voto útil en donde electorado se inclina por no desperdiciar su voto. Desde esta perspectiva pesa mucho que los candidatos independientes no cuenten con una estructura partidista que en la competencia electoral sí marcan una diferencia.

ÉXITO RELATIVO

En el tercer escenario alcanza a ser candidato independiente y logra notoriedad en la competencia electoral arropado por católicos que es el sector al que principalmente se dirige. Desde esta perspectiva dividiría el voto de la derecha.

Si consideramos que las encuestas en estos momentos ponen por encima a la coalición de partidos: Morena, PT y PVEM con hasta un 59% y le siguen el FAM con aproximadamente 33%, le estaría restando votos a la segunda fuerza política y algo muy importante, no los estaría superando.

De esta manera, se podría afirmar que irrumpiría en la elección presidencial, pero lejos de las posibilidades. Estaríamos hablando de un éxito relativo. Este sería el escenario más optimista, pero con magros resultados.

CONCLUSIONES

¿Por qué no tendría posibilidades de ganar la elección? Aunque representa un proyecto político muy a fin a las ideas de los católicos que son mayoría en este país tiene los siguientes aspectos en contra:

  1. En la cultura política del mexicano está muy arraigada la separación de los temas de Iglesia y Estado. En los sectores más duros del catolicismo podrán existir matices, pero no consiguen ser una mayoría.
  2. Vivimos una época a favor de los derechos humanos y el electorado de centro coincide con estos temas. Algunos o la mayor parte de los temas promovidos por Viva México difícilmente van a ser aceptados por este sector del electorado de centro que suele ser moderado.
  3. Las generaciones jóvenes, en su mayoría, no coinciden con la agenda que defiende Viva México y su representante Eduardo Verástegui. Los jóvenes suelen colocarse en el lado opuesto de las propuestas.

Estos son los posibles escenarios, pero eso no quiere decir que esté determinado a eso. El movimiento de Eduardo Verástegui suele provocar simpatías entre los católicos y seguramente habrá movilización, pero también estará sujeto a la realidad política del país. Todavía falta una discusión de fondo de sus propuestas, pero esto queda sobre la mesa para poderlo discutir.