La reciente confrontación entre el Canciller, Marcelo Ebrard y la exembajadora de México en Estados Unidos, Martha Bárcena nos permite abordar el tema de la política exterior de nuestro país durante el gobierno del presidente López Obrador.
Dicha política desde el 2018 se ha basado, entre otros principios, en que la mejor política exterior es la interior de acuerdo con lo declarado por el propio presidente. Además, se aplica el principio de no intervención, autodeterminación, cooperación para el desarrollo, solución pacífica de las controversias y el ideal universal de la fraternidad universal.
Como toda política pública presenta logros y reveses, aspectos destacables e incongruencias que es lo que pretendemos abordar a continuación:
CON ESTADOS UNIDOS
Nuestra vecindad geográfica y nuestras múltiples implicaciones nos llevan a considerar primeramente nuestras relaciones con Estados Unidos.
Se tendría que señalar es con quien se presentan más contradicciones. Por un lado, mostraron una cercanía irreconocible con el presidente Trump de derecha y de los nuevos liderazgos considerados como populistas; por otro, una cierta frialdad con Biden que aparentemente mostraba más cercanía.
Aparecen acuerdos y cooperación en temas migratorios y comerciales, pero discrepancias en el tema de la seguridad, energéticos y de alimentos.
Se muestran como amigos y socios junto con Canadá y al poco tiempo expresan todo el respaldo a Cuba descalificando el embargo de Estados Unidos.
Lo más rescatable es el acuerdo por el que se renovó el Tratado de Libre Comercio, pero no deja de ser paradójico que sea uno de los principales legados de los gobiernos neoliberales.
Entre lo más cuestionable está precisamente el tema de fondo en la discusión del canciller y la ex embajadora: los migrantes y el tercer país seguro. Marcelo Ebrard señala que México no acepto la solicitud de Estados Unidos de convertirse en tercer país seguro, pero en los hechos observamos a miles de migrantes agolpados en nuestro país esperando poder ingresar a los Estados Unidos.
CON LATINOAMÉRICA Y EL CARIBE
Con Latinoamérica y el Caribe con quienes compartimos lengua y cultura también se observan situaciones dispares.
Por su orientación política hay una proximidad con los gobiernos de Cuba, Honduras, Nicaragua, Colombia, Venezuela, Perú, Bolivia, Brasil, Chile y Argentina. No obstante, no son un bloque homogéneo pues aparecen diferencias sobre la interpretación de los problemas como ocurre con Gabriel Boric o con el mismo Lula Da Silva.
Ejemplo, de lo anterior, son las distintas lecturas sobre la situación que se vive en Cuba, Nicaragua, Venezuela y Perú. Algunos presidentes reconocen que hay aspectos que no son compatibles con la democracia como los presos políticos y la reducida libertad de expresión.
Nuestro país aparece como no intervencionista cuando se trata de Cuba, Nicaragua o Venezuela, pero no se detiene en pronunciarse sobre los problemas políticos de Bolivia y Perú. Más aún, entrega la máxima condecoración mexicana al presidente cubano que no fue electo bajo los lineamientos más elementales de las democracias más reconocidas.
EUROPA Y UCRANIA
En relación con Europa han existido momentos álgidos como las cartas enviadas al gobierno de España o al Parlamento Europeo normalmente haciendo alusión a la época de la conquista.
Una mención especial merece el conflicto de la invasión de Rusia a Ucrania en donde nuestro país ha llamado a la solución pacífica e incluso propuso un plan de paz. En ciertos momentos, muestra mayor cercanía con Rusia que con Ucrania que es la nación invadida.
Llama mucho la atención porque no pide para Ucrania lo que pide para Cuba y hasta la propia embajada rusa emite mensajes en tuiter reconociendo al gobierno mexicano.
ASIA Y EL RESTO DEL MUNDO
Respecto a Asia se propuso desde el inicio del sexenio fortalecer los lazos comerciales, pero la situación económica lo lleva a fortalecer la integración con Norteamérica. De esta forma, recientemente han acordado sustituir el 25% de las importaciones provenientes de Asia.
NUEVA POLÍTICA EXTERIOR
Efectivamente, el presidente Andrés Manuel ha dado un viraje a la política exterior como lo ha hecho en la mayor parte de sus políticas.
Sin embargo, algunos aspectos permanecen de lo que se denomina el neoliberalismo como lo es el libre comercio principalmente con Estados Unidos, del que se sabe depende mucho nuestro crecimiento económico.
También es de destacar la ambigüedad con la que se aplica el principio de no intervención respecto a las problemáticas políticas sobre todo en Latinoamérica: Nicaragua, Venezuela, Bolivia o Perú.
La labor del secretario de Relaciones Exteriores ha aparecido muy activa consiguiendo soluciones las vacunas contra el covid, proponiendo medidas contra el tráfico de armas y señalando la capacidad de México para hablar con todos los países y de todos los conflictos. Ahora también han aparecido los aspectos cuestionables como la publicación de Mike Pompeo quien asegura que le pidió ocultar que el gobierno mexicano había aceptado el programa “Quédate en México” y la guerra de acusaciones con la ex embajadora Martha Bárcena. Eso lo mermará en su carrera por la candidatura presidencial, pero no lo bajará.
Al final, la política exterior no será tan brillante como la presenta el presidente y será más bien de claroscuros con algunos pendientes que seguirán hacia adelante.
