AGENCIAS.- Los ataques cibernéticos en los próximos años prometen contar con tal agresividad que utilizarán diversas vías que no necesariamente responden a smartphones o computadoras. Internet de las Cosas, autos conectados y la protección de datos personales, son algunas fuentes que los criminales buscarán para defraudar y consolidar sus ilícitos.
En sus predicciones para el siguiente año, la compañía IXIA detalla que la “superficie de ataque” se expandirá al mundo automotor de la mano de la creciente preocupación por posibles ataques cibernéticos dirigidos a los autos conectados.
La principal preocupación de los usuarios ya no será el miedo a sufrir un ataque cibernético que se apodere del vehículo y ocasione un accidente catastrófico; ahora, los usuarios tendrán que preocuparse por cuestiones más básicas relacionadas con los ataques a las cuentas personales, como las violaciones al sistema de monitoreo del automóvil, al historial de navegación y a los sistemas de peajes.
El monitoreo continuo del rendimiento y la validación de sistema cobrarán una nueva importancia en el próximo año a medida que los proveedores de servicios automotores compitan por resolver estos riesgos que van en aumento.
En este sentido, Jeff Harris, Gerente de Marketing en Ixia, apuntó que IHS Markit prevé que, para el 2023, las ventas globales de autos conectados alcanzarán las 72.5 millones de unidades, lo que representa un gran crecimiento en comparación con las 24 millones de unidades vendidas en 2015. Eso significa que, en poco más de ocho años, casi el 69 % de los vehículos de pasajeros vendidos estará intercambiando datos con fuentes externas, lo que transforma al automóvil en una red avanzada. El próximo año, el auto pasará de ser un simple medio de transporte a un núcleo de información conectada.
Sobre los riesgos del Internet de las Cosas y el robo de datos
A medida que crece la adopción de la Internet de las Cosas (IoT), también aumentan los esfuerzos de monitoreo y los posibles peligros que representa tener cientos o incluso miles de dispositivos conectados que podrían sufrir un ataque y convertirse en bots. Estos riesgos y la falta generalizada de protección de las redes de Wi-Fi generan un flujo continuo de vulnerabilidades, que posiblemente deban reevaluarse.
Es importante tener en cuenta que la expansión de la superficie de ataque plantea nuevos riesgos para su red empresarial. Si trabaja de forma remota a través de una red pública no protegida, está poniendo a toda su organización en riesgo, ya sea comprometiendo sus datos o incorporando —sin saberlo— a su dispositivo a una botnet.
El pánico se está apoderando de las empresas que trabajan con datos, dado que existe una gran preocupación por el potencial incumplimiento del nuevo Reglamento General de Protección de Datos (GDPR) de Europa, que entrará en vigencia el 25 de mayo de 2018. Esto generará un nuevo furor por la privacidad de los datos.