Los 3 Reyes Magos

El estadio León.

Como se debía, por el plazo legal, ayer se hizo entrega de la propiedad del Estadio León, las oficinas y el estacionamiento, al dueño de éstos predios; Roberto Zermeño.

Era definitiva la resolución, se perdieron todos los juicios por todas las vías posibles. Por lo tanto, ya nada había que hacer en ese tenor. Lo único que queda, es el hacer un análisis post mortem del proceso y castigar a los culpables de todo esto.

Quienes, por cierto, parece no pagarán de su bolsa, ni un peso por los severos daños causados y la pérdida de la “propiedad”; que, conservadoramente hablando, al hacer el cálculo de 60,000 metros cuadrados a un precio de $10,000 pesos, nos arroja un valor de al menos 600 millones de pesos.

La primera pregunta que debe hacerse de este estudio político/legal forense, es ¿Quiénes son realmente los implicados? Ellos son en primer lugar José Carlos Obregón ex Presidente Municipal, Jesús López Gómez quien era Secretario del Ayuntamiento y quién ocupa el mismo puesto hoy en día. El tercer responsable, Esteban Ramírez, director jurídico del municipio en aquel entonces y hoy responsable jurídico en la Secretaría de Gobierno del Estado.

Ellos 3 son los que diseñaron, crearon, aceptaron y firmaron el fideicomiso. Ellos 3 son quienes saben el por qué se permitió que la propiedad no se trasmitiera al municipio, por qué tendría una duración de 10 años y el por qué, al término de éste, la “propiedad” regresaría a Zermeño.

Debemos preguntarnos, el porqué de todo esto. Lo que lleva a 2 hipótesis; la primera, se buscó un capital político por la crisis en la ciudad, por la venta de la franquicia al Puebla. La segunda, Roberto Zermeño enfrentaba una situación fiscal contra el SAT, que lo llevaría varios años a la cárcel, por lo que una figura para poner a salvo su propiedad de ser confiscada y rematada para el pago, era vía un fideicomiso por tiempo determinado.

En ambos casos, se juntó el “hambre con las ganas de comer”. Era un ganar-ganar, y por qué no, quizá ganar ¡un poquito más cada quien!

Pero lo que preocupa de ésta autopsia, es saber dónde estaba el cáncer que mató al enfermo y por qué no se actúa en consecuencia.

¿Por qué sí, ellos sabían, que no se tenía la “propiedad”, no evitaron los costosos juicios y las posibles (hoy seguras) consecuencias por perderlos? ¿Pudo más el costo político que el erario público?

Por qué Alejandra Gutiérrez, la Presidente de la Comisión de Hacienda del Congreso, y aliada política de Héctor López Santillana, desestima la auditoría para investigar el caso. Sí, éste, terminó ayer con la entrega, no en el 2008 cuando se origina ¿Protege algo?

¿Por qué entregar el Estadio León en lo oscurito? ¿Qué se acordó entre el municipio/Zermeño/Grupo Pachuca?

¿Por qué pagará la renta el Municipio a Zermeño y de cuánto será? (al ser dinero público debemos saberlo) ¿Por qué no lo hace con cualquier empresario que se lo solicite? ¿A cambio de qué se respetó el contrato de renta? Digamos ¿El “uso de suelo” habría sido tema en la negociación?

Pero lo más inquietante, sin lugar a dudas es, ¿Por qué Héctor López Santillana, no exhibe y protege toda esta maraña? Él debería procurar que los culpables, esos “3 reyes magos”, paguen por esos “errores” que provocan un gran daño al municipio o ¿Será que le saben algo?