Lo que esperamos de una gobernadora en Guanajuato

Jorge Marcelino Trejo. Foto: Archivo

No es inventar el hilo negro; desde ahora los problemas principales que enfrenta Guanajuato son la inseguridad y la violencia, el tema de la falta de agua por la crisis hídrica de años, y la falta de una mejor justicia laboral a través de empleos bien remunerados.

Esos, considero, son los primordiales y torales retos que enfrentará quien será, por primera vez en la historia del estado, una gobernadora. Por lo pronto, dejamos las figuras paternas y pondremos la esperanza en una figura materna, en sentido figurado, claro.

Obviamente la sociedad no debe esperar todo de una mujer gobernadora con una visión maternalista, sino que ahora más que nunca la participación social, el activismo ciudadano, deberán ser contrapesos a los órdenes de gobierno.

Por ahora, lo que esperamos de las tres candidatas (y una cuarta virtual candidata) son campañas distintas a las de los hombres, queremos una inventiva femenina alejada del enfrentamiento, esperamos propuestas de solución y no más embrollos.

Terminan las precampañas “sui generis” que lindaron más en la ilegalidad que en el derecho, porque si eran mensajes dirigidos a militantes, simpatizantes y dirigencias, entonces no tendrían que haber sido públicas sino internas.

Pero bueno, todo el país se vio invadido de publicidad camuflada desde hace dos años por lo menos, con bardas, lonas e impresos con la promoción de libros, portadas de revistas y premios de fundaciones y organismos fantasma.

Falta mucho por recorrer, pero si en Guanajuato fueran hoy las elecciones a gobernador, el PAN (Libia García) gana porque el Morena (Alma Alcaraz) está perdido, por la guerra de tribus antropófagas; Movimiento Ciudadano (Yulma Rocha) no muestra nada “nuevo”, mientras que el Verde se decidirá cuando todo haya terminado.

Si retomamos la problemática de nuestra entidad, hay una que nos asfixia y nos lacera como sociedad y es la que provoca la delincuencia organizada y a la que se suma la delincuencia común que cada vez se organiza más.

La mujer que gobernará Guanajuato deberá romper con las obvias ataduras de sus dirigencias para conservar o poner funcionarios, porque se deberá correr a los ineptos y contratar a los más aptos (la honestidad está en automático y prevista por las leyes).

No le deberá temblar la mano para hacer cambios de personas y estrategias a fin de establecer la seguridad pública y la paz social, porque de ahí parte la confianza ciudadana y el verdadero desarrollo social y económico.

Una mujer también gobernará el país, por primera vez en el devenir de la Nación, así que deberán demostrar que entre mujeres existe verdadera sororidad, por encima de ideologías y nefastos partidismos.

Para esa paz social anhelada, cada orden de gobierno deberá cumplir con su mandato constitucional y legal, pero no solo eso, se deberá dar una coordinación interinstitucional como no ha habido antes, de lo contrario, sucumbiremos ante el crimen organizado como ahora está ocurriendo.

En materia hídrica, será momento de emprender acciones que sean un parteaguas porque el destino nos está alcanzando y el día “cero” está a la vuelta de la esquina.

Hay muchos más temas, pero entre todos el de la justicia laboral debe ser otra prioridad y no depende del Gobierno sino de una sinergia con las empresas para cumplir con acuerdos internacionales, lo que permitirá un mejor desarrollo social y económico, evitando así la generación de mayor pobreza y pobreza extrema.