Libia Dennise y el PAN: un conflicto ideológico en Guanajuato

Iovana Rocha Cano.
El origen y la disputa

El nuevo eslogan del Partido Acción Nacional (PAN) es “Patria, Familia y Libertad”, bajo el liderazgo de Jorge Romero Herrera, quien busca que el partido regrese a sus orígenes ideológicos. Este eslogan refleja la apuesta del PAN por valores tradicionales y conservadores. Un partido fundado hace casi 100 años (1939) que pretende hacer un viaje en el tiempo, no importando el tipo de sociedad que tenga en frente.

Partido político que se fundamenta en la doctrina social de la Iglesia Católica y el humanismo cristiano, defendiendo la familia tradicional, la heteronormatividad y roles de género conservadores, además de oponerse al aborto bajo el lema de ‘defensores de la vida’.

La apuesta de Romero Herrera es tan dogmática como riesgosa. Por un lado, reconoce que en México existe una base social que continúa abrazando lo viejo en sustitución a lo nuevo. Sin embargo, esta mirada clientelar para quienes abrazan con nostalgia el modelo de familia tradicional, el nacionalismo asociado al catolicismo y la libertad, en singular, puede ser problemática. Ha habido y hay votantes que reciben con entusiasmo la férrea defensa que ha anunciado Romero Herrera, pero la dirigencia nacional debió hacer números, sumas y restas, para convencerse de la pertinencia de regresar a los orígenes.

Los principios de ‘Familia y Libertad’ parecen anular la diversidad y las alternativas, imponiendo una visión única y excluyente de la sociedad y la política. Esta perspectiva, que recuerda a la simplicidad de la ética nicomáquea entre lo blanco y lo negro, se traduce en una forma de gobernanza que restringe las libertades individuales y colectivas, reduciendo la complejidad de la realidad a una serie de dogmas inflexibles.

Con el regreso a los orígenes la decisión de ir sin alianzas presenta un optimismo cercano a la ingenuidad sobre la lectura de datos de la dirigencia nacional, o en su defecto, una sobrada soberbia. Las siguientes elecciones darán algunas respuestas.

Un cálculo político arriesgado

De los orígenes del PAN a la fecha han pasado casi cien años. Un partido puede establecer a raja tabla la verticalidad de sus principios a la militancia, pero en la sociedad no funciona de la misma forma. En este sentido, la apuesta del PAN es riesgosa, sobre todo en un gobierno panista como el de Libia Dennise en Guanajuato, donde se ha promovido la agenda de la diversidad sexual.

El dirigente nacional del PAN ha apropiado el término familia de manera excluyente, lo que puede ser problemático. Mientras tanto, la gobernadora Dennise ha sido una figura clave en la promoción de la agenda de la diversidad sexual y ha creado la Subsecretaria de Diversidad Sexual, un paso importante en la lucha por los derechos de la comunidad LGBTQ+. Esto plantea un desafío interesante para el PAN, que ha visibilizado a la gobernadora como una figura política para el escenario nacional en el 2030.

Un contraste con la gobernadora de Guanajuato 

El llamado del dirigente nacional parece ignorar por completo los esfuerzos que la gobernadora ha liderado en torno a la agenda de diversidad sexual. Al inicio de su mandato, amplió el área de atención específica dentro de la estructura gubernamental para implementar políticas públicas, un paso sin precedentes en la historia de los gobiernos anteriores. Además, Libia Dennise ha sido una defensora constante del matrimonio igualitario, pronunciándose a favor de esta causa en múltiples ocasiones.

En el marco del impulso, una de sus últimas declaraciones muestra su posición frente a lo postulado por su dirigencia nacional: “Por primera vez en la historia de Guanajuato tenemos una subsecretaría que atiende a las personas de la diversidad sexual y de género y eso es fundamental para mí, eso es una visión que tiene esta administración no solo a través de la parte administrativa yo creo que es importante que hoy (…) se reviste este tema en la legislación y se garanticen los derechos para todos. Aquí no hay ciudadanos de primera ni de segunda y creemos que todos deben gozar de los mismos derechos.”

En un intento por suavizar las tensiones, la gobernadora había declarado previamente que las diferencias de opinión eran parte natural del debate legislativo, destacando la importancia de considerar ‘las diferentes formas de pensar y distintos argumentos’.

La disputa entre la gobernadora y la dirigencia nacional del PAN parece cada vez más profunda. Es evidente que la gobernadora se encuentra frente a disyuntivas para los siguientes años que versan entre su rentabilidad partidista y su promoción personal como una mujer panista progresista, adjetivos que después de lo anunciado el pasado sábado en las instalaciones del Frontón México se vuelven incompatibles.

Hasta antes del anunciado relanzamiento Libia podía gobernar y decidir con las libertades limitadas de tener militancia panista rodeándola en el gobierno del nuevo comienzo, y otra tanta con la atenta mirada de la militancia de elite, que se reúne en el boulevard José María Morelos #2055, esquina con la Diócesis de la misma ciudad.

La gobernadora había logrado administrar con habilidad los cuestionamientos de la militancia local sobre sus decisiones progre, que en realidad se trataban de derechos humanos elementales. Sin embargo, parte de su estrategia política incluyó el retraerse de la despenalización del aborto, a pesar de haber adelantado postura pública a favor sobre ello durante su campaña. Al parecer, según fuentes cercanas al partido, la dirigencia nacional consideró que la despenalización del aborto tendría un impacto negativo mayor en la rentabilidad electoral del PAN que el avance de la agenda de la diversidad sexual, por lo que optó por priorizar esta última.

A pocos días del anuncio de Romero Herrera, la situación política se vuelve más compleja. La gobernadora se enfrenta ahora a una mirada nacional que impone una serie de elecciones difíciles de compatibilizar con su proyecto político. Esto supone un desafío importante para su liderazgo y su capacidad para navegar en un entorno político cada vez más polarizado

El contraste entre la postura del PAN y la gobernadora es evidente. Mientras que el partido busca regresar a valores tradicionales, la gobernadora apuesta por la inclusión. Esto plantea un desafío para Libia Dennise, quien debe equilibrar su lealtad al partido con su compromiso con la agenda de la diversidad sexual. A este ejercicio de consciencia deberá sumar otros pendientes a los que se comprometió durante su campaña y trayectoria política, la despenalización del aborto, por ejemplo.