Las protestas en el sexenio de López Obrador

Francisco Meza es académico y analista de los tiempos. Es columnista en Platino News.

Con la llegada de Andrés Manuel a la Presidencia de la República la política mexicana ha tenido cambios significativos, no solamente de estilo sino también de fondo de los que seguramente se hablará de un antes y un después.

Si esto lo estuviéramos platicando, con usted estimado lector, seguramente nos extenderíamos largas horas discutiéndolo con varios aspectos en los que estaríamos de acuerdo y muchos más en desacuerdo, pero ese no es el punto ahora.

Entre las novedades que han venido apareciendo está el tratamiento que ha tenido a las protestas llevadas a cabo por diferentes actores, entre los que podemos mencionar a las mujeres y recientemente a los ciudadanos y opositores a su propuesta de reforma electoral que han llevado a cabo dos marchas en la Ciudad de México y en diferentes ciudades.

Mítines, marchas y protestas sociales se han tenido a lo largo de la historia política de nuestro país. También existen en la competencia electoral en donde cada fuerza política busca mostrar su músculo político. Durante este sexenio no han faltado, pero no nos había tocado vivir una situación en donde la oposición organiza una marcha por ciertos temas y el gobierno responde con la realización de otra marcha.

Existe un análisis oportuno de Margarita Favela (2010) sobre el sistema político y la protesta social donde revisa esta relación en dos contextos diferentes: durante el autoritarismo mexicano y la pluralidad política a través de las características del sistema político, los rasgos de la protesta social y la naturaleza de la respuesta gubernamental. Conviene que de manera muy sencilla retomemos esta estructura para hacer una revisión de las protestas sociales que se han presentado durante el gobierno del presidente López Obrador para resaltar sus propias características. No sería un análisis que agote el tema porque seguramente seguirán apareciendo elementos y también se puede enriquecer con otras evaluaciones; no obstante, lo dejamos sobre la mesa. Lo haremos en dos entregas: en la primera abarcaremos las características del sistema político y en la segunda, la próxima semana, con los rasgos de la protesta social y la naturaleza de la respuesta gubernamental.

SISTEMA POLÍTICO

Lo primero es revisar las características a partir de cuatro subsistemas para establecer las posibilidades para la participación de la población en la toma de decisiones.

El primer subsistema se refiere a las Relaciones entre poderes y niveles de gobierno: este gobierno se caracteriza por centralizar el poder y ejercer presión sobre los otros poderes y gobiernos locales para que se definan a favor de su gobierno o en contra del mismo. Actualmente realiza presión sobre la nueva presidenta de la SCJN, lo hizo en su momento a legisladores del PRI. Sus nuevos aliados, en este caso, legisladores del PVEM se ajustan completamente a sus iniciativas. Podemos retomar de ejemplo cuando el presidente pidió a sus legisladores que no le modificaran ni una coma a su propuesta de reforma energética.

Respecto a los gobiernos locales se ha tratado de una relación de encuentros y desencuentros. La mayor parte de los gobiernos priístas han tenido un acercamiento que hasta fueron señalados de traicionar a su partido. Con los gobernadores panistas ha tenido cierto acercamiento, pero luego viene el distanciamiento durante sus conferencias. La CONAGO estuvo durante cierto tiempo sin funcionar por las diferencias entre los gobernadores de oposición y los oficialistas.

 

Sistema electoral y de partidos.

Uno de los grandes cambios que se vino con la elección de 2018 fue el sistema de partidos pues entró en una etapa de redefinición, por decir lo menos. Durante la primera mitad del sexenio los partidos aliados del presidente se hicieron de la mayoría calificada en la cámara de diputados y eso le permitió no tener la necesidad de negociar nada con otras fuerzas políticas. Llevaron a cabo sus iniciativas con algunos obstáculos en el senado, pero terminaron por aprobar sus reformas constitucionales.

La relación de fuerzas se modificó con la elección intermedia de 2021 donde perdieron la mayoría calificada en la cámara baja, pero mantuvieron la mayoría absoluta en ambas cámaras. Eso le impidió que avanzaran sus reformas constitucionales, pero podía seguir impulsando el presupuesto y modificaciones a las leyes secundarias.

En este sentido, se puede afirmar que la pluralidad se redujo y la negociación entre fuerzas políticas si no se está dentro del proyecto político del presidente.

El siguiente subsistema se refiere a la representación de intereses de las organizaciones de masas. En materia laboral realizó una reforma importante sobre los sindicatos con el objetivo de democratizarlos. Revirtió la reforma educativa impulsada en el gobierno anterior y consiguió el respaldo del sindicato de maestros. El sindicato de mineros con la integración de Gómez Urrutia como legislador también se integró al gobierno del presidente López Obrador. Apareció una nueva central obrera como alternativa a la CTM. El mismo presidente anunció que el líder sindical Romero Deschamps renunció a ser trabajador activo de PEMEX por voluntad propia y un exhorto que le hicieron. Durante los primeros años del sexenio el gobierno hizo gala de que no se habían dado huelgas.

Vino, entonces, con el presidente Andrés Manuel una renovación en los liderazgos del anterior corporativismo.

Finalmente, el subsistema de seguridad pública en donde existen características contradictorias. Este gobierno disolvió el cuerpo de granaderos con el propósito de enviar un mensaje de que no se reprimiría a nadie. Por otra parte, asumiría el primer Fiscal General de la República que se trataría de Alejandro Gertz Manero al que se le ha cuestionado su autonomía por su cercanía con el presidente.

El presidente ha garantizado en diferentes ocasiones la libertad de expresión y de manifestación. También ha insistido en que no criminalizarían las protestas. En donde han existido señalamientos es que algunos opositores han acusado persecución política como ha sido el caso de Ricardo Anaya, Rosario Robles o Francisco García Cabeza de Vaca. Este aspecto sigue abierto a la discusión.

 

RASGOS DE LA PROTESTA SOCIAL

Pasemos ahora a revisar los principales rasgos de las protestas sociales durante el presente gobierno a partir de tres aspectos que señala Margarita Favela: su frecuencia, sus motivaciones y las formas de acción.

Sobre la frecuencia podemos observar que no se han dado un número alto de protestas. En el inicio porque se trató de un gobierno de alternancia con expectativas muy altas. Es durante su desarrollo cuando han ido apareciendo. En primer término, las protestas de padres de familia de niños enfermos de cáncer por el desabasto de medicamentos que se fue prolongando a lo largo de los primeros años del sexenio.

También aparecen las marchas de mujeres con quienes el gobierno ha tenido poca empatía y dichas protestas se han intensificado.

Ya más recientemente aparecen las protestas ciudadanas y de la oposición sobre el desacuerdo de la reforma electoral que ha registrado ya dos eventos.

En relación a las motivaciones se observa una diversidad de demandas que tienen contextos diferentes.

Está la demanda por medicamentos en el contexto de una política de austeridad y de lucha contra la corrupción que de forma insólita afecta directamente a los niños con cáncer. Los padres de familia han declarado a diferentes medios que habían recurrido a diferentes vías para hacer llegar sus demandas.

En el caso de las marchas de las mujeres, sus protestas no aparecen en esta administración sino desde sexenios anteriores por la impunidad y pocas soluciones a los problemas de feminicidios, desapariciones y violencia contra las mujeres. No obstante, se intensificaron cuando el presidente señaló que eran manipuladas por sus opositores.

Por último, las motivaciones políticas condujeron a la movilización por las reformas electorales planteadas por el presidente, considerando que afectan instituciones como el INE que han sido parte de la democracia mexicana en los últimos años. Su planteamiento y la posterior aprobación llevaron a miles de ciudadanos a las plazas públicas.

Respecto a las formas de acción se ha acudido a diferentes instancias entre las que destaca el Poder Judicial como parte del desarrollo que han tenido las instituciones como contrapeso al poder político.

No han faltado las manifestaciones como parte de la libertad de expresión exigiendo el cumplimiento de sus demandas sin violentar alguna norma. La mayor parte de las marchas han transcurrido de esta forma.

También han existido algunos bloqueos a las vías de comunicación, sobre todo por parte de los padres de familia de niños con cáncer al no ver respuesta por parte de las autoridades.

Una mención especial merece las protestas feministas donde algunos grupos han asumido formas de acción alternativas realizando pintas o afectando monumentos o edificios como parte de sus exigencias. Sus protestas han alcanzado notoriedad y, por lo tanto, algunos sectores la desaprueban mientras otros las respaldan.

 

CUALIDADES DE LA RESPUESTA GUBERNAMENTAL

Pasando a la respuesta gubernamental, lo primero a considerar es el rasgo general de este gobierno que al llegar a la presidencia se asume con un alto nivel de legitimidad por los votos recibidos y su alta aprobación; por lo que, sus decisiones y las transformaciones representan el sentir del pueblo.

En ese sentido, las demandas expresadas fuera de su proyecto no se identifican con las del pueblo y representan otros intereses.

Con lo anterior, podemos considerar que la respuesta gubernamental se caracteriza por una desacreditación de las protestas sociales y una escasa respuesta a las demandas.

El común denominador a todas las protestas es que en primer término se busca desacreditarlas declarando que son manipuladas por otros intereses, que intentan regresar al régimen anterior, que son parte de un complot contra su gobierno y sus políticas, entre otras explicaciones. De esta forma, intenta desproveer estas protestas de su legitimidad política y social.

Finalmente, no se observa una respuesta ni apertura a las demandas. La que más respuesta ha tenido ha sido la de los niños con cáncer pues se ha reducido su movilización. En cambio, respecto a las protestas feministas no ha aparecido alguna política que ofrezca un giro ni adecuaciones graduales.

En donde menos se aprecia una apertura es sobre las protestas políticas. No hay búsqueda de consensos ni negociación. Incluso, rivaliza promoviendo sus propias marchas como muestra de que tiene el respaldo de la sociedad. Al final, será el Poder Judicial que resolverá sobre los cambios a las leyes, pero eso no terminará con el distanciamiento entre presidente y los que encabezan dichas protestas.

 

CONCLUSIONES

De esta forma, como podemos observar se presentan características contradictorias; por un lado, la centralización del poder y una reducida respuesta a las protestas sociales. Por otro lado, una renovación importante en la vida sindical, respeto a la libertad de expresión y asumirse como un gobierno representante del pueblo.

Con lo anterior, se podría afirmar que este nuevo régimen político vive una paradoja en donde la participación de la oposición y de la sociedad si no compagina con su proyecto de gobierno no tiene cabida.

Eso supondría una continuidad de las protestas y más aún, una competencia en la movilización. Eso no nos pone en un sistema político más democrático sino en un sistema político que rivaliza con los movimientos sociales y eso no es muy alentador.