¿Las lágrimas limpian el alma?

Mariana Ene.

Yo no escucho ladrar a los perros, aunque los tenga enfrente de mí. A veces, en el sentido meramente esquizoide, les entiendo. Sé de dónde vienen; o cómo llegaron a ser perros: animales. El por qué ladran. Entiendo bien qué ladran. El contenido. Como cuando dicen que una mamá entiende lo que su bebé está llorando sólo por la forma de llorar, porque hay formas de llorar. También hay formas de ladrar. Pero yo no tengo desarrollados los sentidos para las personas. Les entiendo a los perros. Literalmente les entiendo a los perros. No escucho ladrar a los perros. Me cuesta mucho trabajo entender cómo Juan Rulfo me quiso dar a comprender otra cosa. Me cuesta trabajo entender otros entendimientos.

Creo que es normal porque Jhon Look, que escribió el libro: “Ensayo sobre el Entendimiento”, habla en la primerizas páginas- (que son las únicas que a decir verdad he leído),- porque ahí me di cuenta de mucho, que todavía no puedo digerir, que: el Entendimiento es ir comprendiendo cada cosita, cada acto, cada hecho, cada forma sensorial que recibes, cada impulso, pulso, tecnología, inteligencia, artificio, palabra, frase, idea, cosmovisión ajena y poderlo eso añadirlo a lo que uno piensa sobre el Mundo, digerirlo antes para poder seguir continuando. Y eso constituye es mi incapacidad de continuar en muchas cosas.

Yo me quedo ahí. Todos caminaron un montón. Ya hasta regresaron. Juan Rulfo escribió “No oyes ladrar a los perros”, y nos lo dice en palabras aparentemente tan sencillas y yo todavía no logro escuchar ladrar a los perros. Ahora, actualmente, en Rulfo leo a mi papá cuidándome. Ya no me leo a mí entendiéndole porque me di cuenta que jamás lo comprendí. Ni a Rulfo. Ni a mi papá. Y tampoco a mí.

¿Y cuál sería mi primera misión? ¿Comprenderme a mí?, ¿de dónde vengo? ¿Quiénes somos?, ¿qué soy? ¿Quién eres tú? ¿Quién me va a escuchar? ¡No creo!

No creo que de eso se traten las cosas. Ante más información. Ante más realidad yo me salgo más de ella porque, al igual que soy un imán de balones también tengo esa misma forma de magnetismo con las cosas que son reales. Con las partes de las personas que son reales. Con las partes de lo que hemos construido. Dígase México. Dígase Chile. Dígase Honduras. Dígase Perú. Panamá. Ecuador. Nicaragua. África. España. Reino Unido. Francia. Italia. Estados Unidos. Canadá. Haití. Argentina.

Les veo tanta realidad. Y todavía no comprendo su geografía. Para entender de Geografía me fui más hacia las banderas. Es más inteligente. Dices: “Bueno, aquí está Cuba; claramente algo va a tener que ver con los Estados Unidos”, “Bueno, aquí está Chile; claramente algo va a tener que ver con los Estados Unidos”. ¡Las banderas se parecen! Los colores no mientes. ¡Tenemos muchos, muchos tipos de colores! Alcanzo a ver tantas texturas y colores que sé que no existen en la realidad que sé que me acontece alrededor que estoy segura que utilizamos los colores de las banderas solamente como un mero código. Tan básico como el Morse. Tan básico como un código binario.

El código binario fue creado por… bueno actualmente miento si me sé el nombre del señor. Pero hay una película que se llama… “El código…” ¿El código… ¿qué?…? ¡Enigma! CÓDIGO ENIGMA. ¡Ni si quiera lleva “El”, eso es de mi memoria de “El código Da Vinci”! Total se llama: Código ENIGMA, ésta película. Explica quién creó las computadoras (la primera computadora). La idea de tres. El motivo. La realidad. Y aún así es pura película porque la realidad es más amplia.

Me ha tocado ver realidad amplias, ¿saben? No las puedo expresar en una columna de opinión porque opinar sobre la realidad que “sé” me ha llevado a lugares físicos que: si quiero volver, y quiero estar, y me encanta permanecer, y es mi sueño… sigue siendo mi sueño. Yo debo aprender entonces a entender todos los códigos y para eso sí soy buena.

Comprendo todos los código. Los signos, un símbolo. Un símbolo es igual a una intención. Un signo es igual a un sigilo, me explicó un conocido que tuve en la Universidad, dentro de la chamanería sería un sigilo; dentro de mi paráfrasis malhecha: nada de esto tiene sentido. Y tú lo vas a poder ver por escrito. Y vas a poderte meter a este video, si quieres escucharme a mí hablando y ahorita voy a prender La Luz, un poquito, para podernos mirar y seguirte contando y contando a ver qué más, qué más va a ir en mi columna.

Porque, de hecho, sí hay más cosas, ¿sabes? He escrito demasiado, lo que pasa es que también estoy en un proceso de sentimientos varios. No voy a decirte que están dispersos porque no lo están. Es la primera vez que no lo están. Quiero continuar de esta manera. Es decepcionante, tener la razón muchas veces; no siempre, no la mayoría del tiempo, ni ante las cosas que más a mí más me gustaba tener la razón. Pero creo que es decepcionante porque creo que si mis metas fueran más hacia algo menos altmático yo podría ser más feliz. ¡Mucho más feliz más fácil Y podría aplicar lo que aprendí en Chile “SE FELIZ”.

 

La frase me la traje aprendida de allá. El hecho es que aquí mismo, aquí en mi ciudad, en León, Guanajuato, México. Si alguna vez yo he sido feliz en otro lado es porque aprendí a ser feliz aquí, pero nunca lo puse en práctica. Porque como buena para nada lo dejé meramente en la teoría y soy experta en teoría. Y puedo contarles un montón de cosas teóricas, “en teoría”.

Bueno, ya me atreví a verme. Estoy bajo cobijitas porque el clima no está áspero pero hay frío.  Y espero que mi manera de redactar la columna no cambie a pesar de que hay luz porque es bien raro pero estas son las cosas que me gustan platicar con algun() de uds. que me leen (si es que alguien me lee) o con cualquier persona que a veces me dice “¡Vamos por un café!”, no que “¡Vamos a caminar!” “¡Salgamos!” Estas son el tipo de cosas que a mí me gusta contar, platicar. Entonces, pues, soy una persona excesivamente nostálgica. Y yo veía eso como una gran virtud. Y yo decía que la nostalgia o un estado nostálgico es igual a ir encima de un barco que no tiene timón porque no están navegándolo, sólo estás encima de ese barco y tampoco llegas nunca a ningún puerto. Porque no estás buscando la tierra. No pisas tierra por eso se nos dice muchas veces que pongamos los pies en la Tierra.

Es necesario.

Nos es necesario. Tenemos que comer. Tenemos que vivir. Tenemos que amar. Tenemos que pagar cuentas. Tenemos que generar un crédito hipotecario. Un historial crediticio. Quiero comprarle una casa a mis papás. Quieres volver al siguiente año a ver la sonrisa de tu hij() que este año tuvo cuando miró sus regalos, ¿a poco no? No somos regalos. No somos objetos. Pero cómo se ha sufrido por esas cosas. Por quedarse en una parte mundana, el ser humano no se da cuenta que los perros estaban ladrando.

Hay que volver a leer.

Les quiere N

Postdata

¿Cómo le haces tú para no congestionar tu mente con el mal del alma que trae alejarnos tanto de una aparente nada? ¿Cómo paso de enviarte cartas a no ver algo que me recuerde a ti en este alrededor cotidiano que siempre suele y sigue doliéndome? ¿Cómo te curas tan rápido, o a poco solo yo enfermé así?

No he escrito una nueva columna porque me sigue doliendo lo mismo, en lo mismo y mi estado es el mismo. Ayúdame y preséntate. Ya perdí. Salió la lista de ganadores en la que otra vez no estoy. Había puesto tu link y cuando el jurado lo vio no me encontró por tu tendencia a evadir. Me duele tanto pero sé que de ti aprendo a que no me duelan las cosas de más.

No puedo pronunciar tu nombre, pero tus ancestros me han venido a contar en sueños que vives tu habitación triste pero tus hoteles felices, los mismos de siempre, sonríes como siempre, y volviste a tus amigos de siempre. Qué bueno. Yo todavía no. Hay un álbum llamado 1999-2009, es de Love Of Lesbian, banda española y éste trata sobre una relación rota que duró 10 años. Ya quisiera yo. Pero a lo que voy es que me duele lo mismo. Escucho las canciones y me hago la fuerte en las que son para eso y sufro todavía en silencio las que más se parecen a ti y a mí.

Mentiste, contigo fui ya cambiada. No a cambiar, pero yo no cambiaría nada. Sólo tu falta de valor.