Las Fuerzas Armadas en el ojo del huracán

Francisco Meza
Francisco Meza pluma Platino News

Nadie imaginó que el presidente López Obrador marcaría su sexenio por el protagonismo de las Fuerzas Armadas Mexicanas. Así es y de esta forma terminará un sexenio que sentará un precedente muy importante para los próximos años.

Las Fuerzas Armadas Mexicanas están comprendidas por tres instituciones militares, a saber: el Ejército Mexicano, la Fuerza Aérea Mexicana y la Armada de México. Durante el gobierno del presidente Andrés Manuel, han visto multiplicadas sus actividades en varios ámbitos de la vida del país y en la mayoría se ha dado un intenso debate.

NUEVAS TAREAS PARA LAS FUERZAS ARMADAS

De acuerdo con el Inventario Nacional de lo Militarizado, elaborado por el CIDE, entre 2018 y 2021 se asignaron 75 nuevas responsabilidades a los militares que debieron realizar otras dependencias federales y a nivel local, fueron 42. Algunas de estas nuevas responsabilidades han tenido mucha notoriedad como las siguientes:

– Participan en las tareas de seguridad interior, ahora hasta el año 2028 de acuerdo con la reforma aprobada por el Congreso de la Unión. Dicha participación ha sido cuestionada por los partidos de oposición por considerar que deben ser tareas llevadas a cabo por civiles y el gobierno federal no se ha comprometido en crear y capacitar estas policías. También la Guardia Nacional ha pasado al control administrativo y operativo de la Secretaría de la Defensa Nacional.

– La construcción y operación del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles como parte de la solución al problema del tránsito aéreo en México. Más aún, crearán una nueva aerolínea y la operación de otros seis aeropuertos a pesar de los impedimentos legales.

– Se le entregó el control de los puertos y aduanas del país a la Marina desde el año 2021; con ello, se unificó la Marina Mercante y la Marina Armada de México con el propósito de combatir la delincuencia organizada.

– El ejército operará el Tren Maya a través de la empresa Olmeca-Maya-Mexica, cuyas ganancias serán para el pago de las pensiones de los integrantes de la Secretaría de la Defensa Nacional y de la Secretaría de Marina.

– Las Fuerzas Armadas Mexicanas también participaron en la aplicación de las vacunas contra covid durante este periodo de inoculación.

EL DEBATE

El argumento principal del presidente para estas nuevas tareas estriba en que se trata de instituciones disciplinadas y leales que no se corromperán; por lo tanto, se asegura que los proyectos no se desviarán con el paso del tiempo.

No existen pronunciamientos de los integrantes de las Fuerzas Armadas Mexicanas; sin embargo, hay discursos que muestran su parecer. Tal es el caso de las palabras del general Luis Cresencio Sandoval en febrero de este año: “Es justo y oportuno en este día, en el marco del 109 aniversario de la creación del Ejército mexicano, expresar la lealtad y gratitud por la confianza depositada en los soldados de tierra y aire al asignarnos tareas trascendentales”. Y recientemente realizó la siguiente crítica: “Quienes integramos las instituciones tenemos el compromiso de velar por la unión nacional y debemos discernir de aquellos que, con comentarios tendenciosos generados por sus intereses y ambiciones personales, antes que intereses nacionales, pretenden apartar a las Fuerzas Armadas de la confianza y respeto que deposita la ciudadanía”. Con lo cual, es evidente que están de acuerdo con estas nuevas tareas asignadas por el presidente.

Los partidos y políticos de oposición muestran su desacuerdo con la participación de las Fuerzas Armadas en funciones de carácter civil y acusan un proceso de militarización. Los principales argumentos se refieren a que las tareas asignadas se alejan de la naturaleza de las Fuerzas Armadas, que se le expone a un desgaste innecesario y que tanto poder acumulado será complicado de revertir en el corto plazo.

Las organizaciones de la sociedad civil han ido fijando su posición de acuerdo a su área de acción y por lo general, consideran un problema la intervención de las Fuerzas Armadas. El ejemplo más claro lo encontramos en los temas de seguridad donde consideran que la militarización no resuelve el problema de fondo. En el caso de los grandes proyectos, se hacen cuestionamientos de carácter económico como: las ganancias serán para las pensiones, pero ¿quién pagará las pérdidas?

Este parte del debate que lleva a las Fuerzas Armadas a encontrase en el ojo del huracán en esta etapa de la vida política del país.

CONSIDERACIONES IMPORTANTES

El crecimiento de la participación de las Fuerzas Armadas en tareas civiles es inminente que se mantendrá durante este sexenio; por lo que, será necesario analizar sus posibles consecuencias.

Es importante señalar que este proceso no ha sido exclusivo de este sexenio, pues de acuerdo con el Inventario Nacional de lo Militarizado se ha dado desde el año 2006, pero sin duda ha sido más claro con el presidente López Obrador.

También, cabe señalar que las instituciones de las Fuerzas Armadas son ampliamente respetadas; por esa razón, los políticos y partidos de oposición no fustigan a los militares ni lo harán. Por el contrario, reconocerán su servicio a la patria y más bien, señalarán al presidente como responsable.

Y ciertamente es inevitable porque es quien toma las decisiones; además de que, se observa una deformación que podría afectar la vida democrática de México como reconocen algunos periodistas que simpatizan con el propio gobierno del presidente Andrés Manuel, como Hernán Gómez: “De todo esto es responsable, en muy buena medida, el propio presidente de la República porque ha venido creando un Frankenstein: un monstruo que parece haber cobrado vida propia. Por eso debe ponerle un hasta aquí a las Fuerzas Armadas. Ojalá no sea demasiado tarde”.

Es verdad que las Fuerzas Armadas en muchos aspectos se caracterizan por su lealtad y disciplina, pero también tienen sus propias historias de exceso y corrupción que no podemos dejar pasar; por otra parte, ejemplos sobran en la historia del país y de otras naciones donde los militares implicados demasiado en la vida política deciden intervenir en la forma en que mejor saben hacerlo, por la fuerza.  Esto es inevitable de considerar, revisar, analizar y evaluar por parte de los que siguen el desarrollo político del país, activistas, periodistas, analistas e investigadores porque no es cualquier cosa.