La socialización en la pandemia

Psic. Juan José Alvarado
Psic. Juan José Alvarado

El animal humano es un ser que se desarrolla más y mejor por medio de la socialización con otros seres humanos. Esto es definitivo para un sano crecimiento.

Ya bastante se ha visto contaminado el proceso de socialización con la proliferación de los dispositivos móviles: teléfonos, tabletas, computadoras y antes de esto, juguetes que han provocado la baja en la interacción psicosocial.

Desde la vida intrauterina, particularmente la madre se comunica con su bebe y cada día se enfatiza más que el padre y los demás miembros de la familia debieran también comunicarse con el futuro niño(a).

Cuando se nace, generalmente la familia, los amigos y demás personas, rodean al recién nacido de caricias, abrazos, besos y claro está, de comentarios y manifestaciones sociales que van moldeando a la criaturita para que se integre, poco a poco, a la dinámica familiar y a la dinámica social.

Es todo un proceso en el que día a día, se integran infinidad de códigos culturales que se han incorporado al desarrollo de cada uno se los humanos, con sus variables étnicas y culturales, pero, a fin de cuentas, todos compartimos un desarrollo psicosocial muy parecido, que nos permite, desarrollarnos sanamente y desenvolvernos en esta o cualquier comunidad social.

En muy pronto para decir lo que repercutirá en cuanto a interacción social en el futuro, pero es un hecho que la dinámica ha cambiado. Todos hemos bajado los niveles de socialización, tanto con muestra familia como con muestras amistades y en el trabajo, nos hemos hecho cautos y distantes, nos vemos menos y nos tocamos menos.

Marcamos distancia cuando alguien a nuestro alrededor toce o estornuda, pero, además, con los cubrebocas no vemos en plenitud las expresiones faciales y sabemos que hay mucho de comunicación en las expresiones del rostro.

Los contactos sociales no solo son menos frecuentes, son con cautela, tanto con conocidos y más con desconocidos y todo esto ha hecho que las relaciones se enfríen y en general, hay una baja en la calidez de los contactos con propios y extraños.

Algo está cambiando en la socialización y de todos depende que estos cambios sean para bien, para hacernos más humanos y sensibles.