La salud mental en esta época

Psic. Juan José Alvarado
Psic. Juan José Alvarado

Hace años, leí que un delincuente fue aconsejado por su abogado para poderlo declarar un enfermo mental y así fuera inimputable, pero el delincuente le dijo: Soy un delincuente, no un loco.

En esta época, aún persiste el estigma de reconocerse como enfermo mental y solamente hablo de cuestiones como el estrés, la ansiedad, la depresión, mismas que se han intensificado en estos dos años de “cuarentena”

No ha sido fácil la adaptación a la “nueva normalidad” la cual no ha terminado de ser una realidad, pues constantemente se nos sigue dando información de lo que hay que hacer y lo que no hay que hacer, ya con los enfermos o contagiados, ya con los asintomáticos o con los sanos.

Como luego lo decimos en broma, todos para adentro, todos para afuera o, todo lo contrario, siguen las restricciones y vemos lugares públicos muy cuidados y lugares públicos muy relajados, la autoridad, a los tres niveles, no acierta con medidas definitivas, pues la verdad no las hay.

Pero a niveles del ciudadano de a pie, sigue la incertidumbre. Si hacen como que nos cuidan, hacemos como que nos cuidamos.

Claro que todo esto afecta el equilibrio psicológico de todos y cada uno de los ciudadanos, en mayor o menor grado nos vemos afectados y en muchos esto hace más crisis, como aquellos que más se exponen a los contagios, que son los médicos, las enfermeras y en general el personal sanitario. Nadie va a los centros de salud y dice: estoy perfectamente bien y lo vengo a constatar, no, la gente que acude al médico va porque se siente mal y generalmente está ya enfermo.

Ellos, el personal de salud no es ajenos al estrés, la ansiedad, la depresión y les cuesta trabajo reconocerlo y aceptarlo y claro, más les cuesta atenderse.

El estrés, la ansiedad, la depresión, no es algo que se cure con buena voluntad, con buenas vibras, con un ya pasará. No existe la cura mágica.

El hecho de sufrir estrés, ansiedad, depresión no es estar loco, es un estado que hay que atender para evitar males mayores o consecuencias no deseadas ni por quien las sufre, ni por familiares o amistades.

Recuerda, los males hay que atenderlos pues no se curan solos.