La poesía devocional de Policarpo S. y Santoyo

Juancarlos Porras y Manrique
Juancarlos Porras y Manrique, analista, promotor cultural y columnista Platino.

León Guanajuato a 8 de febreror de 2021.- Como parte del mostrativo poético que nos ocupa en la difusión del corpus leonés, existe una curiosa Deprecación al glorioso siervo de Dios Santo Tomás de Villanueva de Policarpo S. y Santoyo que no en más un ruego o súplica ferviente al personaje de marras para solicitar “el socorro de nuestras miserias” que nos agobian. Allí aparecen las certezas literarias por medio de las figuras del diálogo como veremos a continuación.

Esto significa que: “La poesía devocional —tan cerca a veces del teatro— reproduce, a la perfección, los cristales poliédricos a través de los cuales se publica lo sagrado o se sacraliza lo profano. La hiperdulía es una suplantación del diálogo con lo divino, que ya se da en el rito de la fiesta como máscara del sacrificio, pero que a veces permanece en los muros de la institución mistérica o en los castillos interiores del oficiante.

Cuando se rompe el equilibrio entre los poderes de la sociedad civil y de la Iglesia, tanto la expresión religiosa como la artística se hiperdulizan; esto es, se privatizan en la conciencia o se refugian en un simbolismo exterior del diálogo encubierto: el símbolo es lo que está en el lugar de la cosa (Juan de Santo Tomás); el objeto referencial tuerce los significados directos del lenguaje y se hace adyuvante de mitemas superpuestos. Por ello, a Dios se le pide la intercesión de los santos, de las vírgenes, de los mártires y de las reliquias, y los suplicantes lo cubren con metáforas de indirecta adoración, o de reclamo (otra forma de ruego) por interpósitas personas. Es la forma oblicua del rito en la que se superpone el símbolo a la liturgia; un rompimiento sin rompimiento”. (Raymundo Ramos, Deíctico de poesía religiosa mexicana, Lumen, 2003, pp. 14-15).

Publicado por la Imprenta “El Libro Mayor” bajo petición del Pbro. Bernardo Chávez, el singular folleto de ocho páginas incluye una carta de la Secretaría del Gobierno Eclesiástico de León (31 de agosto de 1918) donde, Guillermo Alba secretario, le comunica al sacerdote lo siguiente: “Con esta fecha el Sr. Gobernador de la Sagrada Mitra ha tenido a bien conceder su superior licencia para que usted pueda reimprimir la “Deprecación…”, por Policarpo S. y Santoyo, con los versos originales que usted acompaña. Dios guarde a usted muchos años”.

Entonces brotan cuatro oraciones (ruegos para que haya concesión de lo pedido) aludiendo al monje agustino, “santo de los milagros, protector especialísimo de los pobres, adeudados y desvalidos”, que se compadezca de nuestros infortunios.  Al final se incluyen los versos señalados que ahora reproduzco para ustedes y fueron dados a conocer en la Iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles de León en septiembre de 1918.

Ante el trono de piedades

De la eterna Majestad,

Intercede por nosotros

Caritativo Tomás.

Como siervo fiel y bueno

Muy cerca de Dios estás,

Que complacido tus ruegos

Se apresta luego a escuchar

Intercede por nosotros

Caritativo Tomás.

Si te conmovía en el mundo

De los pobres el pesar,

Hoy que en el cielo disfrutas

De valimiento especial,

Intercede por nosotros,

Caritativo Tomás.

Al descubrirte llorosos

Nuestra pena y nuestro mal,

Conmuévanse tus entrañas

De compasión y piedad:

Intercede por nosotros,

Caritativo Tomás.

En medio de nuestra amarga

Y urgente necesidad

Remedio de Dios queremos

Por tus ruegos alcanzar.

Intercede por nosotros,

Caritativo Tomás.

Ante el trono de piedades

De la eterna Majestad,

Intercede por nosotros,

Caritativo Tomás.

 

Así la poesía devocional alcanza compasión y piedad.