La fractura entre el gobierno de AMLO y los empresarios.

Emmanuel Bañuelos
Emmanuel Bañuelos pluma Platino News

León Guanajuato a 18 de Junio.- A principios de este mes se dio a conocer que el Gobierno Federal solicitó un crédito por parte del Banco Mundial por 1,000 MDD, y aunque en mi opinión el hecho de adquirir deuda por si solo no representa un problema, si es importante entender el contexto de la situación y sus implicaciones.

Vamos a pensar que decides emprender tu propio negocio y no tienes dinero suficiente para obtener de contado el equipo necesario para trabajar, entonces decides solicitar un crédito, pensando que con el ingreso que generarás de tu negocio podrás cubrir los abonos requeridos, lo cual es perfectamente válido y razonable.

De entrada si te autorizan el crédito ya es una muy buena señal de la confianza que existe en tu proyecto.

Sin embargo, lo que realmente es importante evaluar son las condiciones del crédito, los intereses, las formas de pago, las garantías, etc.

¿Qué pasará con tu deuda en caso de una pandemia mundial donde el Gobierno te obliga a cerrar tu negocio, negándote la oportunidad de generar el ingreso necesario para cubrir tus compromisos?

El préstamo otorgado al Gobierno Federal es un instrumento desarrollado por el Banco Mundial para apoyar a los países en la administración de la crisis derivada de la pandemia por COVID-19.

El programa del Banco Mundial llamado “COVID-19 Financial Access” señala nueve puntos estratégicos, en los que destaca en particular uno que indica la importancia de desarrollar programas para apoyar a las empresas en la generación y mantenimiento de los empleos.

Sin embargo la Secretaría de Hacienda, a través del Sub Secretario Gabriel Yorio, señaló que este recurso no se utilizará para financiar la crisis actual, ya que, a decir por el mismo Presidente de la República, ésta es una “operación de rutina” y ya estaba considerada con anterioridad para proyectos de infraestructura, aunque no se ha especificado exactamente en donde se invertirá.

Esto reafirma la postura de AMLO sobre que no otorgará ninguna clase de apoyo a los empresarios y hace más grande y evidente la fractura entre gobierno y el sector empresarial, principalmente si consideramos que el problema no es una falta de recursos, ya que el Banco Mundial ha prestado a México 2,130 MDD en lo que va de este sexenio, y eso sin considerar otros instrumentos de deuda como la colocación de bonos realizada en abril de este mismo año.

Estamos hablando que en poco menos de 18 meses, el Gobierno de López Obrador se ha endeudado con el Banco Mundial prácticamente por la misma cantidad que el Gobierno de Peña Nieto en todo su sexenio (2,331 MDD)

Pero entonces surgen varias dudas ¿dónde se están ocupando todos estos recursos? ¿Qué beneficios tangibles podremos ver la población en general sobre la inversión que se haga? ¿Cómo pagaremos los mexicanos esa deuda? ¿Los proyectos de infraestructura a los que se refieren son el Tren Maya, la refinería de Dos Bocas y el aeropuerto de Santa Lucía? ¿O se están guardando el presupuesto para ocuparlo en “apoyos” en temporada electoral?

Si a todos estos elementos le agregamos los señalamientos que ha hecho el presidente contra figuras públicas y empresarios, principalmente originarios de Monterrey, con el supuesto “Bloque de Oposición Amplio”, no puedo evitar recordar la época de Luis Echeverría, cuando en 1973 fue asesinado Eugenio Garza Sada por la Liga Comunista 23 de septiembre.

En ese entonces la comunidad empresarial responsabilizó al Gobierno Federal en turno, lo que eventualmente derivó en una crisis económica grave y marcó el fracaso del modelo impulsado por Echeverría llamado “Desarrollo Estabilizador”. Sí, ese mismo que ha mencionado AMLO como su inspiración para su modelo económico actual, aquel que nos permitiría crecer entre un 4% y 6%, de acuerdo a lo que señalaba el mismo López Obrador durante su campaña presidencial.

En aquella época de los 70’s los empresarios acusaban al presidente Echeverría de tener políticas comunistas que deterioraban la estabilidad del país, por lo que decidieron unir esfuerzos y reunirse para establecer un plan de acción para formar una oposición que estableciera un contrapeso al poder ejecutivo, lo cual, tanto antes como ahora, no representa ninguna ilegalidad.

No es difícil imaginar la reacción del entonces presidente Luis Echeverría, que inmediatamente señaló que era una conspiración golpista en su contra orquestada por las altas esferas empresariales y emprendió una fuerte campaña con el objetivo de desarticular ese complot golpeándolos principalmente por el lado económico, generando una espiral autodestructiva del país que llegó a su punto máximo en 1976 con una devaluación histórica del peso mexicano, al igual que una crisis social y económica lamentable.

Lo que nos lleva al día de hoy, en lo que pareciera un bucle en la historia, ya que el supuesto movimiento llamado B.O.A. coloca en uno de los papeles principales de la trama al empresario José Antonio “El Diablo” Fernández, presidente de Grupo FEMSA, que precisamente está casado con una nieta del fallecido Eugenio Garza Sada.

Ahora comienza a tener más sentido ese viejo proverbio que dice “aquel que no conoce su historia, está condenado a repetirla”

¿Ustedes que opinan?