La forma es fondo

Como todos sabemos la reforma al Poder Judicial de la Federación está prácticamente aprobada. Solamente le falta ser aprobada por 17 congresos locales que es cuestión de tiempo para que así sea.

En nuestra columna anterior, de alguna forma, lo anticipábamos y en esta ocasión, le dedicamos un espacio a la forma en la que se consiguió su aprobación que no es un aspecto menor. Se le atribuye al político y académico, Jesús Reyes Heroles la siguiente frase: “Seremos inflexibles en la defensa de las ideas, pero respetuosos en las formas, pues en política, frecuentemente, la forma es fondo”.  De esta manera, quien se asume como demócrata debe asumir formas o actitudes asociadas con la democracia.

En el caso de la reforma judicial es conveniente resaltar algunas formas que consideramos no apropiadas para una democracia ni para una reforma de gran calado.

Esta apreciación encuentra eco en analistas que simpatizan con la 4T como es el caso de Zepeda Patterson que señala en una entrevista en Radio Fórmula: “La moraleja va a ser un `Haiga como haiga sido´, que no deja ser irónico”.

Carlos A. Pérez Ricart posteó en X, lo siguiente: “Vamos a aprobar una reforma al poder judicial tras prometer impunidad a un criminal y su familia.

La regeneración de la vida pública era otra cosa”. Finalmente, Hernán Gómez publicó: “Es un día triste para la República y un mal final para un muy buen gobierno como lo fue el de López Obrador. El día que más necesitábamos una oposición capaz de ser un contrapeso útil, tuvimos un espectáculo lamentable en el senado. Al mismo tiempo, el mayor líder social y político que hayamos tenido en mucho tiempo decidió empañar su propio legado con una reforma judicial mal pensada, mal planteada y que puede tener un grave costo para estabilidad económica y política de México”.

A continuación, los siete puntos de la forma que han dejado un mal sabor de boca en esta reforma tan trascendental para la República:

  1. El parlamento abierto fue pura formalidad, pero no cumplió con su cometido de integrar propuestas que enriquecieran la reforma al Poder Judicial. Se dejó de lado la experiencia y la perspectiva de integrantes del Poder Judicial, agrupaciones de abogados y académicos expertos en la materia.
  2. Se aprobó rápidamente, como se dice comúnmente en los medios: “fast track”. Una reforma a uno de los poderes de la Unión, que tiene muchas implicaciones, que también ha tenido muchos cuestionamientos y que incorpora aspectos novedosos tuvo un proceso menor a 15 días.

Las prisas siempre responden a algo y en esta ocasión, parece indicar que se debió a la voluntad de presidente.

  1. Imposición de la mayoría. La reforma se aprobó porque la mayoría de la 4T: Morena, PVEM y PT se aplicó sin contemplaciones ni condescendencias: impusieron los tiempos, agilizaron el proceso, la aprobaron en lo general y no aceptaron ninguna modificación.

Lo hicieron porque pudieron y pudieron porque así quisieron. Los líderes de ambas cámaras: Monreal en diputados y Adán Augusto en senadores, encabezaron estos trabajos y lo consiguieron sin darle oportunidad a la oposición.

Ciertamente, las mayorías son para eso; sin embargo, una reforma con estas implicaciones hubiera merecido un consenso de todas las fuerzas políticas.  Se impuso solamente la visión de una persona.

  1. La mentira y el engaño fueron parte del proceso en la cámara de senadores. Se afirmó que el senador Daniel Barreda se encontraba en la Ciudad de México cuando no fue así, estaba en Campeche con su papá que había sido detenido por la Guardia Nacional durante la madrugada.

También, el senador Miguel Ángel Yunes Márquez solicitó licencia por motivos de salud y a las pocas horas apareció para dar los argumentos del sentido de su voto sin mostrar mayor inconveniente.

  1. Los recursos para conseguir su aprobación en el senado dejaron hechos lamentables en la historia política del país.

La 4T solamente necesitaba un voto para conseguir la mayoría calificada y nadie imaginó que provendría de Acción Nacional, de la familia Yunes. El senador Yunes Márquez días antes ya había señalado públicamente que votaría en contra de la reforma.

Las versiones de tan drástico giro señalaron que se debió a cambio de ofrecer impunidad en procesos penales en curso. Acusaciones graves que dejan mal parados a los implicados, al oficialismo y al propio partido blanquiazul.

Pruebas no tendremos en el corto plazo, pero los efectos de estas decisiones los veremos pronto.

  1. Como señala el periodista Hernán Gómez, la reforma está mal planteada y un ejemplo de eso es que no habrá ley secundaria por algún tiempo. En el segundo artículo transitorio de la iniciativa aprobada se señala que el Consejo General del INE podrá emitir los acuerdos que estime necesarios para la organización, desarrollo, cómputo, vigilancia y fiscalización, es decir, ante la ausencia de la ley secundaria será el propio Consejo General que se encargue de legislar de facto.

Son las prisas las que llevan a reformar la Constitución, pero los medios para implementarla no están presentes.

  1. Finalmente, la iniciativa se aprobó en los términos que el presidente señaló y los legisladores no pudieron modificarla ni mucho menos enriquecerla. Así que la forma fue: acatar la propuesta del presidencial sin moverle una coma.

Con todo lo anterior, la forma de la aprobación de la reforma del Poder Judicial de la Federación nos deja entrever el fondo del asunto y la intencionalidad política. Dejando de lado su contenido y sus repercusiones, la forma nos muestra una contradicción en el discurso cuando se habla de transparencia, inclusión y democracia.