La democracia de antes

Katya Morales Prado
Katya Morales Prado

En el México el siglo pasado no había democracia. Las elecciones eran simbólicas, meras simulaciones donde todos sabían lo que iba a pasar y participaban en menor o mayor grado, pero sin esperar ninguna sorpresa, la alternancia simplemente no existía.

En las elecciones presidenciales de 1976 José López Portillo fue solo en la contienda, no tenía candidato en contra. Hubo una participación del 67.94% del padrón electoral, de los cuales el 93.50% votó a favor de López Portillo, tuvo el apoyo de 16.4 millones de Mexicanos. Eran los tiempos de gloria del presidencialismo en México y capítulos muy oscuros para la democracia, sin alternativas, con un partido hegemónico en donde el peso del poder ejecutivo desdibujaba por completo a los otros dos poderes, legislativo y judicial. Las elecciones las organizaba la “Comisión Federal Electoral” que dependía de la Secretaría de Gobernación, y todos los mecanismos de decisión política dependían del Presidente de la República, incluidas obviamente las elecciones.

Muchas cosas han cambiado,  empezando porque ahora las elecciones las organiza el Instituto Nacional Electoral, el cual se esmera en combatir en todos los flancos las trampas y violaciones a la Ley, la gente ahora si cree en los resultados de las elecciones. A través de  grandes reformas el país ha ido siendo diseñado para ya no vivir bajo la voluntad de un solo hombre, podemos ver la oposición en las cámaras como lo que se está viviendo en la reforma eléctrica, existen organismos autónomos que custodian y garantizan los derechos de los ciudadanos y no se doblegan ante las autoridades.. Aquellos tiempos en que el presidente tenía facultades “metaconstitucionales” como las nombró Jorge Carpizo, donde su palabra era la ley,  han quedado muy atrás, le pese a quien le pese. Los cambios no han sido sencillos ni fáciles, cada avance representa grandes batallas buscando la manera de limitar el poder, de hacer una administración controlada y que encuentre límites institucionales.

Es importante conocer la historia para no repetir los errores del pasado. Los números de la elección de López Portillo me recuerdan a lo vivido la semana pasada en la llamada Revocación de Mandato de López Obrador, con la salvedad de que en aquellos tiempos el porcentaje de  participación que tuvieron o que simularon tener fue casi cuatro veces mayor al porcentaje actual;  veo en esas cifras  el apoyo de un número similar de mexicanos, veo que el porcentaje de votantes que le dio el si también es parecido, y de cualquier manera  todos sabemos como acabó esa historia, devaluación inflación, deuda externa, eran palabras muy repetidas en aquellos tiempos. Queremos un México plural, donde los debates se realicen en apego a la ley, no hay espacio ya para las arbitrariedades ni abusos de poder.

Los ciudadanos no extrañamos el México presidencialista, sin libertad, hegemónico, sin democracia, no se debe dar un paso atrás en los controles constitucionales al poder, hay quien sí añora esta forma de gobierno y busca repetirla, está en nosotros no permitirlo jamás.

Mtra. Katya Morales Prado
Abogada egresada de la Universidad Iberoamericana León. Maestra en Derecho Corporativo, por la Universidad Latinoamericana. Maestra en Derecho Constitucional y Amparo, por la Universidad Iberoamericana León, con un Máster en Políticas Anticorrupción Iberoamericanas por la Universidad de Salamanca, España, cursando actualmente Doctorado en Derecho.