La degradación de la política

Psic. Juan José Alvarado
Psic. Juan José Alvarado

León Guanajuato a 26 de mayo de 2021.- Bastante contaminados hemos estado y por si faltara algo, la abuela está por parir, para completar el montón de calamidades de la familia.

Hay propiamente cuatro grandes partidos en México, a saber: A, B, C Y D (así los nombro para que nadie se sienta menos, o como se usa ahora, para que nadie se sienta más), así que esa es mi referencia.

Todos los partidos, los grandes y los chiquitos, se sienten poseedores de la verdad y critican las propuestas, los candidatos y en general a los que apoyan otras ideas que no sean las propias.

Vemos coaliciones que son un engendro, desde el punto de vista de los “Principios” de cada partido, pues como reza el refrán: no se junta el agua y el aceite, pero ahora se han traspasado las leyes de la física y de los modales políticos; cualquiera se puede ir “a la cama” con cualquiera.

No importa ganar para gobernar, importa ganar para imponer una ideología (si es que cabe el término) importa ganar a cualquier precio, aunque hoy se apoye lo que ayer se criticó; que hoy se pondere, lo que ayer se señaló como aberrante.

Está prohibida la mayoría abrumadora, pero sólo en los lugares en que no se tiene dicha mayoría. Hay un doble discurso de la aplicación de la ley, de la moral, de lo cívico. Las buenas maneras, son del tono, de la conveniencia, del contentillo de unos pocos.

Se aplica a rajatabla él: “Yo estoy bien, tú estás mal. Aunque ayer mi planteamiento era igual que lo que hoy tú planteas” así de acomodaticios son ahora los políticos, aunque ya no son tan sonrientes ni tan atentos como antes, pues tienen la certidumbre de que se les apoya. Pero tal conducta más que dar lástima da asco.

Seguramente, todo esto no pasará, al contrario, ha llegado para quedarse, ya que la dinámica social nos ha hecho una gran masa de apáticos, de incrédulos, de conformistas, que como bien se dice, “se lame la mano del verdugo”, pues se ha interiorizado que es mejor no hacer nada que hacer poco, “que ya las cosas no tienen solución”, “que quien tiene el poder todo lo puede”

Quizá valga la pena reflexionar un poco y actuar, analizar, participar. Siempre podemos aspirar a un mundo mejor, no a lo que nos deparen los políticos, los gobiernos, los poderosos. Siempre puede haber un mejor mañana si estamos dispuestos a construirlo.