La Corte hizo bien

Maestra Katya Morales Prado, presidenta del Comité de Participación Ciudadana del Sistema Estatal Anticorrupción en Guanajuato

La Constitución es la ley suprema en nuestro país, no puede haber nada por encima de ella. Cuando los funcionarios públicos toman protesta de su cargo prometen cumplirla y hacerla cumplir. Una de sus funciones principales es la de contener al gobierno protegiendo los derechos de la gente. La constitución es la voz del pueblo de México.

Por su relevancia el modificar la constitución no es algo sencillo, se necesitan ¾ partes del Congreso a favor de la reforma, buscando así que de verdad la mayoría de las voluntades de la ciudadanía esté a favor del cambio propuesto.

Las leyes secundarias si se pueden modificar teniendo solamente la mayoría simple, sin embargo, ninguna ley puede estar en contra de lo establecido en la Constitución por lo que se debe cuidar siempre que lo que se modifique sea conforme con el texto constitucional.

Para la reforma electoral buscada por la 4T era necesario  una reforma constitucional, ese era el “Plan A”, pero no les alcanzaba la mayoría calificada para poder cambiar la constitución, entonces pasaron al “Plan B” que consistía en hacer leyes secundarias que si les alcanzaba para pasar, aunque fueran contrarias a la constitución.

La propia constitución establece la forma en que se evitará que las leyes secundarias la contravengan, siendo la acción de inconstitucionalidad una de ellas. La Suprema Corte de Justicia de la Nación hace un análisis de Constitucionalidad de forma y fondo de la reforma y protege así que los derechos del pueblo contenidos en la Constitución no sean pisoteados, incluso volviendo a hablar de mayorías, es tan delicado que el poder judicial detenga leyes que para poder lograrlo necesita también un voto calificado, no basta con la mayoría de 6 ministros, se necesitan al menos 8 que estén de acuerdo con anular la ley.

En el sexenio anterior cuando Peña quiso pasar la “Ley de Seguridad Interior” los partidos de oposición, entre ellos Morena, presentaron recurso ante la Corte, y obtuvieron una sentencia en la que se invalidó la Ley que proponían el Ejecutivo y la mayoría de los legisladores. La Corte cumplió sus funciones deteniendo una ley que era contraria a la Constitución.

Acabamos de vivir de nueva cuenta el actuar de la corte en la defensa de la constitución.  Los ministros analizaron la forma en que pasó el “Plan B” por el legislativo y resuelven por mayoría frenar esta reforma.

El Ejecutivo se molestó muchísimo, no le gustan los contrapesos, no le gusta nada que lo cuestione o les ponga frenos a sus determinaciones autoritarias. Se ha orquestado desde el gobierno una campaña en contra de la corte y los ministros, se han lanzado verdaderos linchamientos mediáticos que buscan aprovecharse de la falta de conocimiento del tema para confundir a la opinión pública.

Resulta chistoso que hace algunos años cuando la resolución contra la ley de seguridad interior fue favorable a sus pretensiones, los mismos que hoy se quejan y señalan como injusto e ilógico el actuar de la corte entonces lo celebraban, siendo el mismo procedimiento; al ser oposición lo alababan, al ser gobierno lo atacan.

Tenemos un gobierno que prefiere un pueblo que no conozca los temas legales para poder manipularlo con falsedades. Les estorba la Constitución, les estorban los derechos humanos, les estorba todo aquello que defienda al pueblo frente a la voluntad imperial del presidente.

Pero México, su Constitución y sus instituciones son más fuertes, que estos terribles embates, y nos permitirán con el apoyo ciudadano seguir al amparo de la Constitucionalidad, porque la Ley si es la Ley.

Mtra. Katya Morales Prado
Abogada egresada de la Universidad Iberoamericana León. Maestra en Derecho Corporativo, por la Universidad Latinoamericana. Maestra en Derecho Constitucional y Amparo, por la Universidad Iberoamericana León, con un Máster en Políticas Anticorrupción Iberoamericanas por la Universidad de Salamanca, España, cursando actualmente Doctorado en Derecho.