Nos encontramos en la veda electoral, días antes de la elección del 2 de junio de 2024. Podemos decir, que por fin terminó la contienda electoral o en términos más legales, la competencia electoral.
Estamos a la espera del desarrollo de la jornada electoral y de los resultados que algo nos dirán de la democracia mexicana y de la situación política.
Antes de ello, se pone sobre la mesa un análisis, tal vez muy subjetivo, del actual proceso electoral, pero que trate de sintetizar lo que hemos vivido los mexicanos durante este tiempo, a manera de que alguien más adelante trate de entender lo que significó.
NACIONAL
Ha sido una pelea política muy extensa en el tiempo, que abarcó desde el año 2023. Superó por mucho los tiempos establecidos por la ley electoral. Los políticos torcieron la ley para su propio beneficio; mientras que, las autoridades electorales se quedaron atónitas realizando pequeñas acciones y dejando a las fuerzas políticas hacer lo que convenía a sus propósitos políticos. Por esa razón, la disputa política provocó cansancio entre la población que no muestra simpatía por una fuerza política o político.
El corazón de la contienda fue la continuidad o no de la 4T en el poder. Porque como se sabe en teoría política, el objetivo de todo político o partido es alcanzar el poder y una vez alcanzado, es mantenerse en el poder. Naturalmente, el presidente López Obrador busca, por todos los medios a su alcance, que su movimiento permanezca en el poder, mantenga la mayoría, gobierne la mayor cantidad posible de estados y ocupe todos los espacios de poder posibles.
Para eso, el presidente y la 4T ha construido una identidad cercana a los sectores populares, ha modificado las políticas públicas sociales y generado un medio de difusión de sus propias acciones. Todos los días el presidente busca establecer la agenda pública y contrarrestar a los grupos opositores. Su candidata, Claudia Sheinbaum aglutinó los sectores más duros del movimiento y desecharon a Marcelo Ebrard, que representaba un ala más moderada.
En el otro lado, están los partidos de oposición, los electores decepcionados de la 4T y los sectores antagónicos del movimiento por ideas políticas o por simple pragmatismo. Dado el predominio de la 4T, orilló a los partidos de oposición a tomar la opción de competir juntos para ser competitivos. Eso trajo consigo muchas reflexiones de la historia política del país.
Su proceso de integración tuvo muchos altibajos y no construyeron una candidatura para el proceso electoral; por esa razón, cuando llegó la contienda electoral diseñaron un proceso de selección que lo ganó Xóchitl Gálvez quien había despuntado en el escenario político por tratar de acudir a Palacio Nacional.
A pesar del interés de los principales partidos de oposición: PAN, PRI y PRD porque la competencia se centrará en dos grandes alianzas, el partido Movimiento Ciudadano decidió ir solo en la competencia con los liderazgos de Dante Delgado y Samuel García, gobernador de Nuevo León. Este partido tendría varios giros y situaciones durante esta elección. Primero, la renuncia de Samuel García a la candidatura, el desempeño de Álvarez Máinez como candidato y el accidente en un mitin político.
Durante el largo proceso de las precampañas, intercampañas y campañas electorales prevalecieron las acusaciones y los señalamientos entre partidos y candidatos. Todos se acusan de corruptos y de vínculos con delincuentes. Eso ha sostenido una percepción negativa sobre la clase política mexicana en donde prácticamente nadie se salva.
La polarización se vivió en todos los ámbitos. En todos lados encontramos simpatizantes de la 4T y detractores: en el trabajo y en la familia. Los simpatizantes defienden a ultranza a la 4T y se apoyan en los argumentos pronunciados desde la presidencia y los detractores, sostienen que son igual de corruptos y los acusan de todo tipo de cosas: comunistas, provenezolanos, satánicos, etc.
EN LOS ESTADOS
La contienda nacional permea en los procesos electorales locales, aunque mantienen también algunas características propias.
Tenemos el caso de Guanajuato, en donde ha existido en los años recientes un predominio panista. Es uno de los estados donde la evaluación del presidente es de las más bajas y, por lo tanto, en la competencia electoral se busca fortalecer la oposición.
En la entidad, la competencia se ha configurado de manera diferente a procesos anteriores. Para la gubernatura van en coalición el PAN, PRI y el PRD; mientras que, la oposición se presenta con Morena, PT y PVEM, también aparte Movimiento Ciudadano.
Y en los municipios la disputa se dio de muchas formas, en alianza o con los partidos por separado como ocurrió en León.
Una nota muy importante en las elecciones locales fue la violencia política que cobró la vida de candidatos, familiares y provocó la renuncia de varios aspirantes. De acuerdo con la Consultora Integralia en el proceso electoral se han registrado 749 víctimas de violencia política. Será uno de los grandes pendientes hacia adelante en la política mexicana porque pone en riesgo a la democracia.
Otro caso es Jalisco, que es la única entidad peleada fuertemente entre MC y la 4T. En esta situación, se trata de la continuidad de MC en la entidad después del gobierno de Enrique Alfaro que también presentó sus problemas.
La competencia es tan cerrada que políticos identificados como independientes decidieron aliarse con algunas de las principales fuerzas políticas, como fue la decisión de Pedro Kumamoto con Morena en Zapopan.
La diversidad política en esta entidad ofrece muchos escenarios políticos que se han vuelto una costumbre.
2 DE JUNIO
Los resultados electorales habrán de darle un cierre a esta contienda electoral y haremos una relectura de lo que arriba se ha señalado.
Este proceso electoral tiene su importancia para la política y la democracia mexicana, podremos constatar los cambios más recientes y sus continuidades.
Todo está en manos de los electores mexicanos, esperamos que sea una participación copiosa y transcurra en forma pacífica.
