Gobiernos van y vienen de todos los colores, pero no deja de sorprendernos la capacidad que tiene el crimen organizado de influir en la vida pública de nuestro país.
Con seguridad, algún lector nos puede llamar la atención señalando que no debe ser sorpresa porque así ha sido en nuestro país desde hace mucho tiempo o desde casi siempre.
Sin embargo, ante una nueva etapa política del país, en lo que prácticamente estamos todos de acuerdo con nuestras respectivas perspectivas, consideraríamos que las cosas podrían ser diferentes, pero los hechos nos dicen lo contrario. Veamos:
El día de hoy el CO ha terminado con la carrera política de unos de los principales personajes de la 4T: Adán Augusto López, cuyo exsecretario de Seguridad Pública, Hernán Bermúdez Requena, tiene una orden de aprehensión por asociación delictuosa, extorsión y secuestro. Adán Augusto lo nombró secretario de Seguridad como gobernador de Tabasco.
Si conocía o no la relación de Bermúdez Requena con La Barredora, será indiferente políticamente porque como ellos mismos sentenciaron se trataría de complicidad o incapacidad frente a unos de los principales problemas del país: la inseguridad.
La capacidad del crimen organizado también queda de manifiesto cuando después de un año de la detención de “El Mayo” Zambada, el estado de Sinaloa todavía continúa ardiendo y dejó al descubierto la implicación de las autoridades estatales.
No podemos olvidar la carta escrita de Ismael Zambada en donde narra cómo fue su captura, el involucramiento del gobernador Rocha Moya y el asesinato de Héctor Melesio Cuén que posteriormente confirmaría la Fiscalía de la República contradiciendo a la Fiscalía del Estado de Sinaloa.
Relacionado con lo anterior, tenemos el caso de Ovidio Guzmán que se declaró culpable de algunos delitos y decidió cooperar con las autoridades de Estados Unidos para obtener ciertos beneficios y en México se soltó una ola de especulaciones sobre lo que podría informar el hijo de “El Chapo” Guzmán.
Es decir, apenas se barajan sobornos y nombres concretos y se cimbra la clase política mexicana en su conjunto, cosa que no debía de ser.
El escándalo y la magnitud de lo que conocemos como el “huachicol” deja mal paradas a todas las autoridades de nuestro país: al expresidente Andrés Manuel que afirmó haber terminado con el robo de combustible, a Pemex porque las cantidades de combustible que se roban no salen de una perforación ni de una manguera y diversas autoridades que en sus propias narices transportan millones de huachicol en barcos y vías férreas y nadie se daba cuenta.
Solamente para que nos demos una idea, de acuerdo con el Observatorio Ciudadano de Energía, México ha perdido 30,000 millones de dólares por el robo de combustible en sus diferentes modalidades en los años recientes.
Por último, la misma presidenta ha reconocido como uno de los principales pendientes la extorsión y por esa razón, implementaron una estrategia especial para atacar este delito.
Hoy sabemos que a través de la extorsión el crimen organizado controla la economía de regiones del país, como: el sur del Estado de México, Michoacán, Guerrero, por mencionar algunos.
En esta semana nos conmocionamos por la impunidad con la que actúa el crimen organizado al secuestrar, exhibir en video y posteriormente asesinar a la maestra Irma Hernández en el estado de Veracruz.
Así que, a manera de conclusión todavía la influencia del crimen organizado en México es mucha, no ha cambiado con el nuevo régimen y nos seguiremos sorprendiendo de lo que se seguirá revelando.