El reto de la seguridad pública es un tema de ciudad, no solo de gobierno o de sociedad civil. En gran medida, el desarrollo económico, social y humano de un pueblo depende de que existan condiciones de tranquilidad y paz social, de que no se pierda la gobernabilidad.
La alcaldesa electa de León, Alejandra Gutiérrez Campos, tendrá en este rubro el más grande desafío, al gobernar a la tercera ciudad más poblada del país. Pero el reto no es solo de ella, es de toda la sociedad leonesa, en la que se incluyen organismos intermedios, empresarios, asociaciones civiles, colegios de profesionistas, el sector educativo, el sector salud, el sector cultural e incluso los partidos políticos.
Los partidos políticos, además de ser vigilantes del buen desarrollo del gobierno, deberán aportar ideas y no solo críticas bajo la premisa de que son oposición. Es momento de hacer una política diferente, propositiva, participativa. De esta manera, incluso, pueden posicionarse ante la sociedad.
Algunos de los contendientes por la alcaldía, de otros partidos políticos, ofrecieron y pidieron que sus propuestas fueran tomadas en cuenta y, en ese mismo sentido, lo aceptó la Alcaldesa electa.
Se ha dicho que la delincuencia y la criminalidad, en la que se incluye el tráfico de drogas y sus consecuentes homicidios dolosos, son un fenómeno multifactorial, por lo que su atención y ataque deben ser multifactoriales.
El gobierno municipal actual nos dice que se han disminuido los delitos patrimoniales y que cada vez se detiene a más presuntos delincuentes. Sin embargo, los asesinatos intencionales no se han podido bajar y son el pan amargo de cada día.
El hecho de que la mayor parte de esos homicidios se deriven del tráfico de drogas, no nos da un consuelo, porque se trata de leoneses que de alguna manera, por falta de oportunidades o no, se vieron involucrados en esos delitos.
Se debe contar con una política para desincentivar el consumo de las drogas y que más leonesas y leoneses entren al crimen, es decir al mundo del narco, porque tarde que temprano terminan muertos, si no por el grupo que los reclutó, sí por un grupo contrario que pelea la plaza.
Los grupos criminales están organizados, aunque el alcalde Santillana pida que no se les llame así, y que más bien se hable de autoridades organizadas, de una sociedad organizada. Muy bien, solo faltó concretarlo.
El Gobierno del Estado festeja que los homicidios dolosos han disminuido en otros municipios, pero en León no han podido lograrlo. El mes de marzo se llegó a una cifra histórica, a un récord deplorable: 71 casos.
Los delincuentes no se contuvieron a pesar de la presencia de más de mil elementos de la GN y de la Sedena, más de 300 de las FSPE, y de los más de mil 700 policías municipales con que cuenta la ciudad.
¿Qué pasó entonces? Que los grupos criminales tienen la ventaja del factor sorpresa, de la premeditación, de la planeación y literalmente pudieron cometer sus asesinatos en las narices de las autoridades.
Falta una coordinación de unidades de inteligencia, que premediten, que planeen las acciones a realizar en forma conjunta. La Policía Municipal y la del Estado detienen solo a narcomenudistas, a vendedores callejeros, pero junto con las fuerzas federales no capturan a los mayoristas, no han ido por los jefes de plaza.
El combate al crimen organizado es del ámbito federal; la procuración de justicia y persecución del delito de homicidios es del ámbito estatal; la prevención de los delitos es de los tres órdenes de gobierno, pero principalmente del Municipio.
Si estos tres niveles se coordinan, planean y actúan con inteligencia, pueden disminuir la incidencia de homicidios dolosos que provocan la peor percepción de inseguridad y violencia en el estado. Es momento de que alguien los ponga a trabajar juntos.
No porque lo haya dicho Álvar Cabeza de Vaca, secretario estatal de Seguridad Pública, sino porque es un tema de lógica, metodología y matemática: es momento de que a esos grupos se les ataque en su estructura económica a través de la Unidad de Inteligencia Financiera y, si es necesario, con la creación de una Unidad Estatal de Inteligencia Financiera.
Sabemos que Alejandra Gutiérrez es una activista auténtica en la defensa de los derechos de los animales y esa aptitud y actitud se deberán de traducir en activismo en todos los temas de nuestra ciudad.
Tendrá que ser la activista de los leoneses para tocar puertas, para hacer propuestas directas y francas. Con el respaldo de los leoneses, podrá hablar de tú a tú con los otros poderes del Estado y la Federación.
En el tema de seguridad pública, lo que funcione deberá no solo prevalecer, sino superarse. Se tendrá que cambiar lo que tenga que cambiar. La innovación es un cambio con causa y consecuencia, con resultados.
La Alcaldesa electa no tiene el beneficio de la duda, ella tiene el beneficio de la certidumbre, de la confianza y de la esperanza en un León más seguro, fuerte y próspero.