Juárez nuestro que estás en los cerros

Juancarlos Porras y Manrique
Juancarlos Porras y Manrique, analista, promotor cultural y columnista Platino.

Si en la patria nueva, hablamos del excelso poema “La Suave Patria” (1921) de Ramón López Velarde nadie ha presentado una visión del país más rica ni más sugerente (Felipe Garrido dixit). Es verdad que los lectores hemos hecho la tarea. Es decir, damos cuenta al gran coro de lectores y este nos juzga por la fascinación del poema de marras, junto con el desaliento y la esperanza que la encontramos pues sigue, a un siglo de distancia, siendo seductor.

En el caso de la poesía cívica, como bien apunta el autor referido en el libro La Patria en verso. Un paseo por la poesía cívica de México (2012): “Llamamos México a nuestra patria. Sabemos cuáles fueron las aspiraciones de quienes la fundaron, conocemos su historia, veneramos a los hombres y a las mujeres que le han ido dando forma. Sus tropiezos nos duelen en carne propia. Siempre la hemos querido libre, próspera y feliz”.

Por eso estudiamos su historia y aún más su literatura porque buscamos “en ella, más que el pasado, el futuro de la patria”. Tan solo mencionemos algunos de los versos de Francisco González Bocanegra en el Himno Nacional Mexicano: “Si el recuerdo de antiguas hazañas/ de tus hijos inflama la mente,/ los laureles del triunfo tu frente/ volverán inmortales a hornar.//”.

Entonces el torrente de los versos llega a un pueblo que despierta y hace que sus héroes, todos de carne y hueso, en esta patria encaminada al verdadero bienestar de los hombres que habitamos esta República mexicana, tengan vida plena.

Ya don Celestino González poeta leonés del Partido Liberal, hermano además de Rafael González quien murió como un héroe en el año de 1817, en el Fuerte del Sombrero, en la resistencia que hicieron a las fuerzas del Virrey los señores don Martín Xavier Mina y don Pedro Moreno, subía a la tribuna en casi todas las festividades cívicas para elogiar a los héroes de la Patria, exponiéndose con esto a la crítica, que él siempre despreció porque hombres como el señor González, jamás retrocedieron ante el peligro por inminente que haya sido.

Instalado en Lagos, Jalisco nuestro poeta coterráneo se autorretrata para la historia de la siguiente manera:

Juárez, yo te vengo a recordar:

Pues perteneces a la historia,

Pues has tenido la gloria

De no haber tenido rival.

Y si esto se llega a efectuar,

Triste será mi memoria,

Allí se dirá en la historia:

En Lagos hubo un héroe y un poeta liberal.

 

Como todos sabemos Benito Juárez hizo triunfar la causa del pueblo gracias a su recio carácter y, sobre todo, al heroísmo de su ejército. Llegó entonces la República y con la aplicación de las Leyes de Reforma y de la Constitución de 1857 nuestro país entró a una nueva fase de su historia. (Ermilo Abreu Gómez, Juárez. Su vida contada a los niños, (Ediciones de Cultura Popular, 1974; 3ª. Reimp. Marzo de 1977, p. 94).

 

Benito Juárez visto por Jesús Álvarez Amaya grabador mexicano.

 

En Al inmortal Juárez Celestino González pregunta de manera contundente y consecutiva: “¿Dónde estás Benito Juárez?”. Luego alude a su memoria y honra su muerte, para glorificar al héroe dentro de la historia:

 

Juárez no morirá.

              En su historia siempre está vivo

Y si a esa altura ha subido

Es buscando ese más allá.

             

Y si él prestó su voluntad,

Como hombre sabio y atrevido

Y si a esa altura ha subido

Es buscando ese más allá.

 

 

Por supuesto que aquel más allá que busca, se le dará gusto por encontrarlo en el Cristo crucificado que le señala Pedro, lleno de alegría, a las puertas del cielo, a decir del poema. Es por eso que los liberales, con valor, al grito de libertad han hecho suyo otro poema intitulado “Oración cívica” de Adolfo Castañón que reza como sigue:

 

Juárez nuestro

Que estás en los cerros

Benemérito sea tu nombre

Alimenta hoy el respeto ajeno

de cada soberanía

Hágase tu Constitución

Así en las iglesias como en los

Mercados

Y venga a nos tu República

Perdona nuestras deudas

Así como nosotros perdonamos

A nuestros deudores

No nos dejes caer en la Recesión

Y líbranos de la chatarra

Ahora y en la hora de los Tratados

Así sea.

 

Así pues, amigos todos, honor a vuestro presidente: quien tiene un laurel en la frente, de haber combatido al tirano.

¡Viva Juárez!

¡Viva México!

¡Viva la poesía!

Súpitos han quedado, esos conservadores.