Jorge Glas, el objeto de disputa entre México y Ecuador Jorge Marcelino Trejo Ortiz

Las palabras de Obrador en su Mañanera sobre el tema Ecuador no únicamente provocaron la reacción del presidente Daniel Noboa

Tras el asalto de fuerzas policiales de Ecuador en la Embajada de México en Quito y la ruptura de relaciones, declarada por López Obrador, lo que queda en claro es la controversia de que si el exvicepresidente Jorge Glas es un perseguido político o un presunto delincuente.

Durante la semana, las tensiones entre ambos países se derivaron supuestamente por los señalamientos de AMLO en el sentido de que el asesinato del entonces Candidato Fernando Villavicencio, cambió las intenciones de voto en favor del actual Presidente de Ecuador.

Eso provocó que la Canciller mexicana en ese país, Raquel Serur, fuera declarada ‘persona non grata’, por lo cual tuvo que regresar de inmediato a México.

Lo que me pregunto es que, si las declaraciones fueron por parte de Obrador, por qué a él no se le declaró persona non grata, en lugar de a la Canciller, pero bueno así es la antidiplomacia.

Las palabras de Obrador en su Mañanera sobre el tema Ecuador no únicamente provocaron la reacción del presidente Daniel Noboa, sino de la propia viuda de Villavicencio, quien exigió a Obrador “¡cállese!”.

La viuda pidió respeto a la memoria de su marido y silencio al Presidente de México, de quien, dijo ella, que no tiene calidad moral una persona que tiene vínculos con los grupos del crimen organizado que mataron a su esposo, y recordó la ocasión en que AMLO abrazó (sic) a la madre del Chapo Guzmán.

La ruptura de relaciones finalmente por parte de México hacia Ecuador deja en situación de incertidumbre principalmente a los mexicanos que viven aún en esa nación, que se estima actualmente en unos mil 400.

Muchos mexicanos regresaron a México luego de la declaración de guerra a los cárteles de ese país y el Estado de excepción que decretó el presidente Noboa.

Regresando al tema del exvicepresidente ecuatoriano Jorge Glas, para el Gobierno de México es un “perseguido político” y por lo cual se le había concedido asilo diplomático en la Embajada mexicana.

Sin embargo, para el Gobierno de Ecuador, Glas es un presunto delincuente, acusado en especial de peculado y asociación delictiva, de las que tuvo sentencias, pero en una chance, de libertado bajo caución, se metió a la Embajada y solicitó asilo.

Estamos en un debate nacional si se debe apoyar o no al Presidente de México ante la invasión armada a la Embajada mexicana y yo creo que primero tenemos que dejar en claro si una embajada se convierte en un territorio o espacio soberano.

Lo que nos indican los tratados internacionales como la Convención de Viena, es que se trata de “extraterritorialidad”, es decir que sí es como si fuera, en este caso, suelo mexicano, en cuyo interior se deben acatar las leyes mexicanas, sin menoscabo de las leyes del país en donde está esa embajada.

La policía o fuerzas armadas del país, sede de la embajada, no pueden entrar a ese espacio, si no es por acuerdo previo entre ambos países, entonces sí hubo una violación en este entendido y queramos o no se debe defender esa soberanía.

Existen normas para que una embajada no necesariamente sea refugio de transgresores de ley, o más bien delincuentes y, en ese caso, primero está la diplomacia antes que las acciones unilaterales por parte de uno de los países.

Al final del día, o a cualquier hora, solo podemos dejar como conclusión que este Gobierno ha sido no solo diplomático sino condescendiente y dadivoso, con unos países, mientras que con otros ha sido antidiplomático, grosero, entrometido e incluso insultante.

¿Por qué no emite su opinión México, como país, en torno a Venezuela, donde están próximas “elecciones presidenciales” y donde los posibles candidatos opositores al régimen han sido inhabilitados?