La sola mención del Himno al Mutualismo (1948) encierra la idea primigenia de luchar por un fin común y un bien social, por ende, cultural: una verdadera escuela de la más pura democracia, a decir del licenciado Francisco Gómez en 1923.
Convocado por la Confederación Nacional de Sociedades Mutualistas, el concurso para componer el Himno que representaría a los suyos en América latina, distinguió al autor de la letra: José Ruiz Miranda poeta leonés y socio distinguido del Círculo Leonés Mutualista. La música, partitura de Alfonso Aguilar Fuentes autor excelso da entrada a quienes con múltiples registros dejaron huellas en su quehacer solidario y artístico.
La herencia del despliegue de los níveos pendones, como rezan las primeras palabras, obedece al amor de la más alta doctrina que propone la ayuda mutua: la unión, el amor al próximo (inmediato). Es decir, la alegría y el compromiso enlazado en beneficio del otro y que consienten (promueven) a nuestro ecosistema cultural.
De lo grato del Himno al Mutualismo queda todo un capítulo por resolver. Pero para fortuna de todos se logró recuperar la singular grabación a través de la transferencia de las revoluciones por minuto (RPM) a los nuevos formatos de alta tecnología.
Dicho disco fue localizado en el vasto Archivo José Ruiz Miranda que resguardaron sus hijas, Angélica Ruiz Miranda Villalobos de Navarro y su hermana Paloma, junto con su sobrino Rodolfo Ruiz Negrete.
En vida, las dos hermanas, tuvieron la fortuna y sobre todo la certeza de poseer un tesoro que merece ser, institucionalmente, mejor valorado por todos y más ahora que está disperso por quien sabe donde.
El hallazgo se dio a conocer en la mítica estación radial XERZ en 2010 (otrora propiedad de Grupo Radiorama) cuando quien esto narra conducía la emisión de noticias de la mañana. Luego se llevó la grabación inédita a la 21ª. Feria Nacional del Libro de León para homenajear al poeta del Barrio de Arriba.
En su momento los que escucharon la grabación reconocieron el valor del producto musical, así como el encanto del monasterio del ensueño para poder llegar a la Suave Paisana.
Así llegamos al final con cierto delicado tacto y no queda más que decir: hay que conocer los principios del arte más elevado, como es la literatura, puesto que significa conocer principios de todas las artes. Y si es con música a través de un himno, mejor.
