“El amor no se manifiesta en el deseo de poseer a alguien, sino en el deseo de compartir su libertad “. Simone de Beauvoir
“Hay un tiempo de partir, aunque no tengas ni idea a dónde vas”. Tennesse Williams
“Dicen que no encajo en este mundo. Francamente, considero esos comentarios un halago. ¿Quién diablos quiere encajar en estos tiempos?”. Billy Wilder
“Tu libertad la has comprado con soledad.” Ursula K. Le Guin
“Cualquiera que pueda mantener la capacidad de ver la belleza nunca envejecerá.” Franz Kafka
“Nacemos no sólo para morir, sino para caminar largas distancias, con pies que no conocen hogar.” Alda Merini
“La vitalidad se revela no solamente en la capacidad de persistir sino en la de volver a empezar”. Francis Scott Fitzgerald
“Decía aquel poeta: “hace frío sin ti, pero se vive”. Y es curioso, porque lo he probado todo y nada me abriga; a mí, que siempre me ha sobrado la ropa…” Lig Anele
“Todo hombre, cuando se calla, cuando se vuelve desesperadamente honesto consigo mismo, es capaz de pronunciar verdades profundas”. Henry Miller
“No importa el cuándo, el dónde, mucho menos el cómo, lo esencial es mantener las llamas.” Miguel Gane
En eso de pensar en uno mismo, el tema de tener espacios para la reflexión, para interiorizar en uno, es un ejercicio por más difícil. No hay tiempo, no hacemos el tiempo y además hay muchos distractores, otro tanto de deberes y quehaceres que no dan el espacio de silencio, tranquilidad y soledad necesarios para darse tiempo de preguntarse sobre uno mismo. Preguntas sobre lo que uno va logrando y si tenemos posibilidad para agradecer lo alcanzado, o bien la posibilidad de la autocrítica sincera, que nos dice sin excusas que no hemos asumido el compromiso con nuestros deseos, intereses y necesidades.
Hoy hay miedo a la soledad, condición que pone demandas que nublan los sentidos y las emociones y hacen que se confundan el tipo de interacciones afectivas y sentimentales, por no entender la soledad y el saber estar solo, creando verdaderos conflictos y estructuras de dependencia que terminan dañando a las personas y creando verdaderos entuertos, conflictos y tragedias que vulneran la salud emocional y mental de las personas.
Saber estar con tu individualidad, desde tu identidad y con la ventaja de asumir tu soledad, por breve que sea esta, es una experiencia de vida, que es por demás necesaria, porque saber poner en perspectiva la vida misma, las circunstancias, los beneficios, la pena, el dolor, la amistad y el amor con todas las dinámicas en las que suceden las cosas de maneras vertiginosas , sorpresivas y aun delirantes y son tareas urgentes para pensar y para sentir en los tiempos actuales que nos ha tocado vivir.
Hoy tenemos que cuidar en este tiempo, en el actual momento civilizatorio que no da tregua, que nos quiere y nos obliga a ser productivos todo el tiempo, en donde el descanso desde la lógica del capital, debe ser poder tener un alivio de las obligaciones, pero, solo si es “haciendo adobes”. El ocio, la reflexión, el silencio, el descanso, aun el dormir, que es un de alguna manera saber estar con uno mismo sin hacer nada, es ventana de posibilidad para pensar, para preguntar, para la introspección, para el diálogo interpersonal y no hay nada más peligroso para los intereses del mercado, que tener personas libres, que piensan, y se van conociendo y van descubriendo que el ser es más relevante que el tener, y eso si es ser rebelde, porque tener un pensamiento crítico es en mucho la conquista de las consciencia, de la voluntad y por ende de la libertad.
Clarice Lispector escribió: “Estuve sola todo un domingo. No telefoneé a nadie ni nadie me telefoneó. Estaba totalmente sola. Me quedé sentada en un sofá con el pensamiento libre. Pero en el transcurso de ese día, hasta la hora de dormir, tuve tres veces un súbito reconocimiento de mí misma y del mundo que me asombró y me hizo sumergir en profundidades oscuras de donde salí hacia una luz de oro. Era el encuentro del yo con el yo. La soledad es un lujo.”
Tomar la rienda y asumir lo efímero de la existencia, es el verdadero desafío, que todas y todos tenemos porque el sentido de la vida se crea y se descubre viviendo. “Sé que este mundo está avanzando en todas las formas más rápidas, pero espero que todavía puedas encontrar significado y belleza en las cosas que se unen lenta e intencionalmente. Espero que encuentres la paz que necesitas en momentos sin prisa, donde te recuerden que está bien abrazar los días más tranquilos de tu vida…” plasmo Morgan Harper Nichols como un pequeño atisbo a la necesidad de estar con uno mismo sin prisa, porque la paz empieza y termina en uno mismo.
Lo cierto es que “Todos estamos cansados. Realmente, lo estamos. Es un camino duro, pero también hermoso. Quizás esperamos demasiado de nosotros mismos y de los demás. Tal vez la humanidad sólo pueda avanzar lentamente, como un gusano de pulgada. Tal vez necesitemos celebrar lo lejos que hemos llegado más a menudo. Y descansar más. Y disfrutar de los placeres simples. Y buscar el amor en todas partes. Hay un río cerca de donde vivo. Serpentea lentamente, en paz. No se pregunta por qué no es un océano, o un río embravecido, o alguna otra cosa. Simplemente se rinde a lo que es. Tal vez sólo necesitamos rendirnos más a lo que somos” plasmó Jeff Brown y esta es la posibilidad de saber ser uno, y poder estar en el mundo y también descansar, hacer un hechizo con el tiempo.
En esto de conocerse pasa por aceptar que “No se puede abrir una ventana en quien no reconoce que le falta el aire. Hay almas que caminan cerradas, tercas como muros sin grietas, y por más que uno se quede, si no buscan la luz, no hay sol que alcance. No se transforma quien no ve motivo. Querer sanar a quien no acepta sus heridas es como regar una piedra, esperando que un día florezca. A veces, amar también es aprender a dejar ir… lo que el otro no quiere ver”, dijo Francisco J. Zárate y uno quisiera desde a la otredad, desde la amistad, desde el amor que esas personas que no quieren abrir puertas y ventanas lo hicieran y pudieran entrar en ese proceso de conocer quiénes son y qué quieren hacer con la consciencia que da la libertad y con el valor de intentar comprender lo que vamos siendo desde el deseo y desde la falta.
Rainer María Rilke dijo: “Sé paciente con todo aquello que esté sin resolver en tu corazón e intenta amar las preguntas en sí mismas. No busques las respuestas, no se te pueden dar, pues no serías capaz de vivirlas. La clave está en vivirlo todo.” Pero vivirlo todo implica reflexionar lo hecho, aprender y tener la humildad de aceptar que no podemos saber todo y de que la duda es la única certeza que nos permite ejercer la voluntad de decidir, y que es en esencia lo que nos hace pensadores críticos y personas libres.
El hechizo del tiempo y su magia está en saber que “El tiempo existe para que no todo suceda a la vez… y el espacio existe para que no te pase todo a ti” sentenció Susan Sontag.
El hechizo del tiempo tiene sus conjuros y todos están asociados a la finitud de la vida y a la magia del amor. No solo es enamorarse, son los vínculos, son las interacciones profundas, son las miradas compartidas, es el saber descubierto, es la curiosidad hecha aprendizaje, es la fraternidad y la sororidad que acompañan la vida. Octavio Paz escribió:
“Sí, somos mortales, somos hijos del tiempo y nadie se salva de la muerte. No sólo sabemos que vamos a morir, sino que la persona que amamos también morirá. Somos juguetes del tiempo y sus accidentes: la enfermedad y la vejez, que desfiguran al cuerpo y extravían al alma. Pero el amor es una de las respuestas que el hombre ha inventado para mirar de frente a la muerte. Por el amor le robamos al tiempo unas cuantas horas que transformamos a veces en paraíso y otras en infierno. De ambas maneras el tiempo se distiende y deja de ser una medida.”
El hechizo del tiempo nos hace también buscar la eternidad en los recuerdos que dejaremos sin más pretensión que difuminarnos en el tiempo que es olvido y que es evocación al mismo tiempo.