ALEJANDRO GÓMEZ TAMEZ (*)
Hay un tema en materia de comercio exterior que de no atenderse correctamente, afectará negativamente la planta productiva y el empleo manufacturero de México y es el de la eventual aprobación del Acuerdo Integral y Progresivo para la Asociación Transpacífica (CPTPP) en el Senado de la República.
En cuanto a este acuerdo comercial, hemos dicho desde este espacio que es un tratado de libre comercio entre 11 naciones, y del que México forma parte. Las autoridades del gobierno federal, citando un estudio del Instituto Peterson, han dicho que esté tratado se traducirá en un incremento de nuestro Producto Interno Bruto (PIB) de 1% en el periodo desde su entrada en vigor hasta el año 2030. Sin embargo, no se conoce el detalle de dicho documento, y por parte de nuestro país no se han realizado estudios detallados a nivel de rama de actividad económica que sustenten o rebatan lo dicho por el Instituto Peterson.
Después de su firma por parte de los ministros de economía de los 11 países que conforman el CPTPP, el Senado de la República recibió el texto del CPTPP el martes 3 de abril, y éste fue turnado a las Comisiones Unidas de Relaciones Exteriores; de Relaciones Exteriores, Asía – Pacífico; de Comercio y Fomento Industrial; de Relaciones Exteriores, América Latina y el Caribe; de Desarrollo Rural; de Hacienda y Crédito Público; de Autosuficiencia Alimentaria; y de Agricultura y Ganadería.
En este proceso legislativo, el 11 de abril se llevará a cabo una sesión de Análisis y discusión del CPTPP, en el que se contará con presencia de presidentes de Comisiones legislativas, funcionarios del gobierno federal, representantes de la academia y del sector privado como presidentes de cámaras empresariales y asociaciones, así como del Presidente de la Confederación de Cámaras Industriales de la República Mexicana, Francisco Cervantes Díaz.
En principio, se tiene contemplado una exposición para cada uno de los invitados a este evento y posteriormente se abrirá un espacio para un diálogo con los legisladores. Pero para que todo esto tenga sentido es muy importante que los Senadores que acudan a este análisis lo hagan con una actitud abierta para verdaderamente escuchar los riesgos que plantea el CPTPP a diversos sectores industriales como lo son textil, vestido, calzado y lácteos. Lo peor que puede suceder es que este importante ejercicio se lleve a cabo sólo para cumplir con la solicitud de los sectores de ser escuchados y que no se preste la debida atención a sus demandas, sobre todo porque el ignorarlos y aprobar el texto del CPTPP así como fue enviado al Senado, implicaría la pérdida del 40% de los empleos de los sectores arriba mencionados en un periodo de cinco años, lo que representa algo así como 600 mil empleos directos e indirectos.
Los sectores textil, vestido y calzado han sido claros en sus posicionamientos y han dicho que están a favor de la apertura comercial, pero que se oponen a la competencia desleal que representa Vietnam. Para ilustrar esta situación, tenemos que en el sector calzado, esta nación comunista presenta las siguientes diferencias respecto a la industria mexicana del calzado:
1. En México la industria del calzado tiene 250 mil empleos directos, mientras que en Vietnam hay más de 850 mil. Esto nos lleva a que la fábrica de calzado promedio en Vietnam es 37 veces más grande que la fábrica promedio en México.
2. En México se producen 260 millones de pares de calzado al año y el 10% de su producción es exportada. Por su parte, Vietnam produce casi 1,200 millones de pares de zapatos al año, y destina a la exportación el 86% de su producción.
3. Vietnam es el segundo mayor exportador de calzado del mundo y en 2017 le vendió a México 26.3 millones de pares, el 30% del total importado por nuestro país. La participación de mercado del calzado de Vietnam en México crece rápidamente, y muestra de ello es que sin CPTPP las importaciones de calzado vietnamita por parte de México crecieron 11.09% en 2017, tasa superior al incremento del Consumo Nacional Aparente de calzado en nuestro país en dicho año, el cual se elevó 3.8%.
4. Están documentados los diversos incentivos que brinda el gobierno vietnamita a sus fabricantes de calzado. Se les permite reducir o incluso eliminar por completo el impuesto al valor agregado. Además, las empresas pequeñas, por cinco años desde el 2016, pagan una tasa de impuesto sobre la renta de apenas 20%. En México la tasa de ISR es de 30%, pero si eres persona física hay que sumarle el gravamen de 10% a los dividendos o utilidades pagados.
5. Una enorme cantidad de fábricas de calzado en Vietnam son de propiedad, control y participación de Inversión Extranjera Directa de capital chino y de Hong Kong. Por lo que en realidad son fábricas chinas instaladas en Vietnam, aprovechando su bajo costo de mano de obra.
6. China es el principal proveedor de insumos y materias primas de las fábricas de calzado en Vietnam. De acuerdo a Lefaso, la Asociación de Cuero, Calzado y Bolsas de Mano de Vietnam, el 55% de los insumos totales de su cadena de producción son importados, y en su mayoría son de China. Esto es muy importante por la forma como quedó redactada la regla de origen de calzado, la cual explicaré más adelante.
7. El financiamiento a tasas competitivas. Si una empresa de calzado pidiera financiamiento en Vietnam pagaría una tasa de 6.96% aproximadamente, pero si es un maquilador con capital chino o de Hong Kong, pues entonces el costo del financiamiento que recibe es prácticamente cero, porque allá lo que sobra es dinero para prestar.
8. El costo promedio de la mano de obra en Vietnam es 50% más económica que el sueldo promedio pagado por el sector calzado mexicano.
Estos ocho elementos son sólo una muestra de las enormes diferencias entre México y Vietnam, y desde luego que existen muchos más que dan muestra de cómo en Vietnam las empresas de calzado, textil y vestido gozan de apoyos mediante docenas de instrumentos públicos; además de que existe una masiva injerencia del sector público en la actividad “privada” en Vietnam, lo cual no permite una comparación con los apoyos e instrumentos existentes en México.
Para complicar las cosas aún más, tenemos el tema de cómo quedó redactada la regla de origen específica para el sector calzado en el CPTPP. La regla de origen determina el porcentaje del valor de un producto que debe provenir de los países miembros del acuerdo, para poder gozar de las preferencias arancelarias (menores aranceles o en su caso no pagar aranceles del todo). En el sector calzado quedó una regla que permite que cualquier país pueda importar el 100% de sus materias primas desde otro país no miembro del CPTPP, realizar una transformación simple de estos insumos y con eso basta para ser considerado producto originario. Esto significa que Vietnam podrá obtener el 100% de sus insumos de China (elásticos, sintéticos, pieles, telas, etc.), los procesa en Vietnam para convertirlos en zapatos y ya se considerará un zapato hecho en Vietnam. Esto representa la peor de las combinaciones para México porque entonces las fábricas mexicanas competirán con fábricas que trabajan con las materias primas más baratas del mundo (provenientes de China) y fabricarán zapatos con una mano de obra a la que se le pagan sueldos de miseria.
Por otra parte la autoridad federal ha querido minimizar las preocupaciones del sector privado argumentando que en el caso de calzado y vestido algunas fracciones quedaron con plazos de desgravación de 13 y 16 años respectivamente. Esto no resuelve dos importantes riesgos: el de la triangulación de mercancías vía Vietnam y en de la incorrecta clasificación arancelaria para evadir el pago de aranceles. En cuanto al primer punto, es de esperarse que conforme avanza el proceso de desgravación arancelaria, se realizarán importaciones de producto “hecho en Vietnam” que en realidad será producto “hecho en China”. Dado que no existe un mecanismo efectivo de intercambio de información entre las aduanas de México y Vietnam, no será posible cotejar que lo que sale de Vietnam sea lo que efectivamente lo que entra a México. Respecto al segundo punto, se debe señalar que en el caso del sector calzado hay 15 de 59 fracciones arancelarias negociadas que quedaron con desgravación inmediata, es decir con un arancel de 0%. Esto sin duda dará un incentivo perverso para que exportadores e importadores realicen una incorrecta clasificación arancelaria (que digan que un producto “x” es en realidad un producto “y”) buscando evadir aranceles, abusando de que en las aduanas mexicanas no hay una adecuada revisión de los contenedores que ingresan al país.
Es por todo lo anterior, que los sectores textil, vestido y calzado están actuando para evitar que los grandes ganadores del CPTPP, a costa del empleo en México, sean China y Vietnam. Y en este sentido, se debe señalar que hay estudios que muestran que en 5 años se perdería el 40% del mercado interno, y con ello empresas de capital nacional, miles de empleos, y la estabilidad y desarrollo de importantes regiones del país.
Dado todos los riesgos que implica el CPTPP, es que los sectores textil, vestido y calzado le han externado al Senado de la República tres peticiones antes de aprobar la entrada en vigor de este acuerdo comercial:
1. Abrir y promover un amplio mecanismo de consulta con el sector empresarial, específicamente con los sectores textil, vestido y calzado, a fin de discutir y definir los impactos negativos que este Tratado podría generar en la industria en México, así como consensar estrategias para la defensa de la industria manufacturera de los tres sectores antes mencionados.
2. Negociar cartas paralelas, dentro del CPTPP, con Vietnam y Malasia con el fin de resolver los aspectos de cómo quedó redactado el texto de este acuerdo y que le preocupan a cada sector en lo específico. Por ejemplo, en el caso de calzado está el tema de la regla de origen, que ya expliqué líneas arriba; o bien, el establecimiento de cupos que contengan la avalancha de importaciones que ocurrirá.
3. Establecer la mesa de trabajo para la implementación de la agenda de las industrias Textil, Vestido y Calzado en materia de combate a la ilegalidad, reconversión de la industria, facilitación en el armado de casos ante la Unidad de Prácticas Comerciales Internacionales (UPCI), entre otros.
Como puede verse, las preocupaciones por parte de estos tres sectores son bastante razonables y están debidamente fundadas en riesgos reales. Debe quedar bien claro que no se busca un proteccionismo, ni que México quede aislado en materia comercial. Lo que se necesita es que el Senado de la República apruebe el CPTPP condicionado a que se atiendan los tres puntos arriba mencionados, ya que de lo contrario, los costos de este tratado comercial excederán por mucho sus ganancias, aunque la autoridad nos quiera convencer de lo contrario a través de simples discursos y posicionamientos en medios de comunicación.
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