Las únicas pandemias que deberían de extenderse en el mundo son: la solidaridad, la unidad, el altruismo y la empatía. Hoy, un virus nos ha hecho ver que el mundo es uno solo, que el ser humano es una sola especie y que no tiene razas, ni religiones, ni posiciones sociales ni políticas, y nos demostró que no hay fronteras, que encima de nosotros hay un solo cielo, como lo imaginó John Lennon, como lo soñó Martin Luther King.
Aunque parecen sinónimos, los valores de los que hablo, no lo son, pero tienen un denominador común: el amor al prójimo, factor que unifica a la mayor parte de las creencias religiosas.
Aunque el mundo se ha vuelto uno solo, tenemos que centrarnos en lo que ocurre y podemos hacer en nuestros entornos más inmediatos como es nuestra ciudad, nuestro estado y nuestro país. Además del coronavirus, existen otras pandemias (por así llamarlas) que en México tienen especial impacto, y me refiero a enfermedades y fenómenos sociológicos como la violencia.
En la entidad la principal causa de muertes son las enfermedades del corazón con 7 mil 248 decesos (según datos de Inegi y Newsweek en español, en 2018), le siguió la diabetes mellitus con 5 mil 590 casos; en tercer lugar, los tumores malignos (cáncer) con 3 mil 283 casos; luego las enfermedades cerebrovasculares con mil 614 defunciones; en quinto sitio las enfermedades del hígado, con mil 219 muertes.
Entre líneas, estos números fríos nos indican que se trata de enfermedades prevenibles pues la obesidad está detrás de muchos males. Hoy es momento de reflexionar en el cambio de forma de vida por otra más saludable.
La activación física, una mejor alimentación y aquí se incluye buscar una mejor forma de vida espiritual, que no necesariamente religiosa: estar en armonía con nosotros mismos y en armonía con los demás.
Respecto al cáncer, ahora son más muertes por cáncer de próstata que por cáncer de mama. Las mujeres han tomado consciencia, mientras que los hombres no, por cuestiones culturales y prejuicios.
Me van a preguntar por qué no están incluidos los homicidios dolosos entre las principales causas de muerte en Guanajuato; tienen razón, cada vez más esta causa se posiciona cerca del primer lugar. Ni el Coronavirus detiene la escalada de violencia.
Un recuento de Milenio diario nos dice: 2019 cerró con un contero de dos mil 834 asesinatos dolosos; en 2018 la cifra fue de dos mil 609 y en 2017 había sido de mil 84.
Retomando la solidaridad y la empatía, el COVID-19 nos ha hecho voltear a ver estos valores, por eso es necesario expresarlos también a todas las víctimas de esas enfermedades y crímenes y a sus familias, a quienes quedan en el desamparo ante la pérdida de un miembro fundamental en la sobrevivencia.
Otro flagelo que se olvida, o que olvidan las autoridades impartidoras y procuradoras de justicia, son las personas desaparecidas y las no localizadas en Guanajuato; ¿cuántas son? ¿dos mil 100 según dato que obtuvo a través de Transparencia un colectivo de búsqueda? ¿o 600, como indica la Fiscalía General del Estado?
El Colegio de Abogados de Guanajuato ha ofrecido el apoyo de representación, incluso con mínimo costo o sin costo de honorarios, a familias de desaparecidos. En esta acción solidaria se han sumado muchos litigantes en la entidad y se están sumando más.
Lo mismo se está haciendo, por parte de abogados, en apoyo a trabajadores quienes, ante la crisis por el COVID-19, han sido despedidos o están por ser despedidos. Una definición de solidaridad es precisamente la de ayudar a quien lo necesita, sin esperar nada a cambio.
Si las pandemias de solidaridad, de altruismo, de unidad, de empatía, se extienden por todo el mundo, van a cesar las discusiones, las diferencias, las luchas, las polarizaciones ideológicas en los países y en México. Cuando se aporten ideas, conocimientos, cuando se comparta lo material y lo espiritual, creo que no habrá mal ni enfermedad que pueda vencer al ser humano.