Debido a que la inseguridad, la baja escolaridad y el bajo salario frenan el nivel de competitividad de nuestro estado, se vuelve indispensable la creación de un consejo consultivo en economía y desarrollo social, integrado principalmente por profesionales expertos de la sociedad civil.
En días recientes, cuando el Gobierno del Estado festejaba un pequeño avance en recuperación económica y en desarrollo social, el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) informó los resultados de sus estudios en el índice de competitividad estatal (ICE), en los que Guanajuato ocupó el lugar 17, del total de 32.
Los datos objetivos del IMCO se basan en 72 indicadores, entre los que se incluyen aspectos como seguridad pública (desde faltas administrativas hasta delitos de alto impacto, impartición de justicia y percepción de inseguridad).
Por supuesto que se toma en cuenta el producto interno bruto, ingreso per cápita, donde los niveles de remuneración son fundamentales y en donde se encontró que en Guanajuato no solo no hay un buen nivel de ingreso, sino que se ha deteriorado con la pandemia y los apoyos del gobierno no han sido suficientes, pese a que Estado y Municipio los presuman.
La realidad es esta: “Por ejemplo, en ingreso promedio mensual de trabajadores de tiempo completo Guanajuato tiene un valor de $7,171 cuando el promedio nacional es $7,456 y las cinco entidades más competitivas promedian $8,972 de ingreso mensual promedio”, indica el estudio.
Nuestro grado de competitividad sí mejoró, respecto del resultado del ICE de 2018, pero solo un punto porque antes estábamos en el lugar 18, mientras que otras 16 entidades mejoraron en mayor grado su competitividad.
Tanto el Estado como el Municipio de León ostentan finanzas sanas y buena calificación crediticia, porque hay un buen nivel de ingresos por impuestos y porque tienen recursos disponibles en el banco, sin embargo, no se refleja en la generación de mayor bienestar para su población.
Se gasta en temas de seguridad pública, pero los resultados son adversos porque no se sabe invertir de manera eficiente. Ahí están los indicadores conocidos a nivel nacional e internacional, que nos ubican con las ciudades más peligrosas a nivel mundial, aunque usted (Gobernador) no lo crea.
Dicen muchos que el poder se ejerce, no se comparte, pero nuestros gobiernos presumen la participación ciudadana representada en consejos consultivos, que finalmente la mayoría de los integrantes son actores sociales reciclados, que buscan posicionamiento social y político.
Hoy se requieren consejos ciudadanos con esquemas de participación y renovación eficientes y no solo de membrete.
Las empresas exitosas son las que cuentan con asesorías profesionales de alto nivel. Las entidades de gobierno deben hacer lo mismo.
Hay gobiernos de ciudades en el mundo, inclusive en México, que tienen la figura de consejos consultivos en economía y desarrollo social.
En nuestro caso, se tiene que hacer una reforma legal para que se incluyan estos cuerpos colegiados mixtos, pero confirmados en su mayoría por especialistas ciudadanos en economía y finanzas, así como en desarrollo social y por supuesto humano.
El uso de recursos económicos públicos no solo debe de estar auditados, sino que su aplicación debe ser guiada por ciudadanos expertos, a la par de funcionarios con los perfiles adecuados.
Es momento que la sociedad civil participe de manera activa y que sus opiniones sean tomadas en cuenta, bajo esquemas reglamentados, porque de hecho la participación ciudadana ya está contemplada en la ley.
Es tiempo de gobiernos capaces, pero sobre todo es momento de que los liderazgos sociales levanten la mano y que se pueda generar el interés y la participación de más sectores y de la sociedad en su conjunto.
No debemos tener miedo ni prejuicios para conformar agrupaciones, colectivos, asociaciones civiles y frentes sociales, como un posicionamiento ante los gobiernos y partidos políticos, para exigir trabajo y resultados para el bien social y no solo para beneficio de unos cuantos.
Guanajuato, León, nuestra capital y cada uno de nuestros municipios tienen un gran potencial y riquezas (de todo tipo) como para ser verdaderamente grandes de facto, y no solo como ardid publicitario.