Las siguientes líneas no las puedo dedicar a la grandiosa magia colonial de Guanajuato, a su pasado histórico con su emblemática Alhóndiga de Granaditas que fue tomada por el Pípila o el internacionalmente conocido como el Callejón del Beso o el Teatro Juárez, donde se encuentran las musas de las artes de la cultura y música que cobija al Festival Cervantino o de mi alma matter, la Universidad de Guanajuato, donde aprendí el libre pensamiento y la sana crítica, teniendo una educación gratuita, tampoco voy a hablar de que hace 30 años, en 1988, la UNESCO declaró a Guanajuato, Patrimonio Cultural de la Humanidad sino que desafortunadamente hablaré del Alcalde Arturo Navarro, que pasó por alto que Guanajuato es patrimonio de todos y no de unos cuántos, por lo que desde ahora le digo que se vaya despidiendo de cualquier posibilidad de que los guanajuatenses vayan a aceptar su reelección, puesto que ofendió en una forma inusitada a los turistas pobres que visitan esa ciudad.
No voy a entrar en mayores explicaciones porque sería tanto como publicitar la agresión que tuvo hacia el turismo nacional e internacional y lo que me queda claro, es que éste de una manera desfasada, incitó a la violencia en contra de los turistas que no contaran con recursos para gastarlos en una ciudad que pareciera ser de su propiedad, lo que es peor es que, con este tipo de declaraciones discriminó fomentando el odio, racismo, segregación, desprecio y repudio a las clases más vulnerables, señalando con el dedo a quienes no cuentan con dinero para visitar esa ciudad e inclusive esto puede dar pie a la comisión de delitos contra los pobres.
Voy a remembrar a San Martín de Porres, quien de una manera humilde defendía y estaba dedicado a los más pobres, pero éste “se volvería a morir” y lo digo con todo el respeto, si conociera el pensamiento y comentarios del Presidente de Guanajuato, a quien muy probablemente le traicionó el subconsciente y enseñó el cobre al desenmascararse y decir lo que verdaderamente piensa sobre las clases sociales.
Ahora bien, trataré de ser puntual, hemos visto cantidad de memes que lo parodian, se burlan y lo ridiculizan por su incapacidad para dirigirse a sus conciudadanos. En mi memoria no recuerdo a un político con tanta torpeza y esto solo dejó claro que este hombre hablaba por sí y defendía sus intereses porque no creo que el Ayuntamiento en pleno lo respalde, si quería luces y faroles, créanmelo que lo consiguió pero en su contra y logró unir a todo Guanajuato y ponerse alerta ante este tipo de depredadores.
En esta tesitura, sin duda alguna, debemos debatir este tema de una forma seria y profunda para visualizar este agravio a los mexicanos, por lo que consideré oportuno conocer la opinión de un ciudadano oriundo de la capital de Guanajuato y además ex Procurador de Derechos Humanos en nuestro Estado, el Dr. Manuel Vidaurri Aréchiga quien en una interlocución me adelantó que prepara un libro sobre el tema del derecho a la ciudad de todas las clases sociales, en suma “los ciudadanos tienen ese derecho y no es una concesión gratuita que cada mexicano pueda acceder conforme a políticas públicas a los lugares más hermosos y representativos de las ciudades urbanas e inclusive, se puede acotar que hay ciudadanos de León que no conocen Guanajuato y viceversa, es decir, que hay compatriotas que nacen, crecen y mueren sin conocer ni haber viajado a otros lugares, algunos de estos ni siquiera conocen el mar, cuando sabemos que hay miles de kilómetros de litorales mexicanos”.
El Dr. Vidaurri recordó que en el Jardín de la Unión en Guanajuato, hace apenas unos años, los visitantes asiduos al mismo habían sido violentados por pandillas que querían también estar en dicho lugar y que éstos en un momento dado, incluso se habían enfrentado, esto también se ha convertido en un problema urbano.
Así las cosas, volviendo al Alcalde, considero que los daños colaterales causados por sus comentarios son incalculables porque hagan de cuenta que a una piedra de las minas de Guanajuato, la pulverizó y la esparció en el mundo contra los pobres. Voy a traer a colación a la catedrática española, Adela Cortina, que, en el año 2017, la fundación FUNDEO la galardonó por su aportación e investigación por la palabra “aporofobia”, que viene del griego “á- poros” (pobre- desvalido) y significa rechazo o relego al pobre. Textualmente cita que: “el pobre, el mal situado, siempre ha sido dejado de la vida y despreciado”. También señala que: “los pobres sí que molestan, parece que no se sabe qué hacer con ellos”.
Hace una diferencia con la xenofobia, al decir que, a los extranjeros ricos o famosos se les recibe con agrado cuando llegan en avión o a gastar dinero y a otros extranjeros se les recibe con hostilidad si no traen dinero. En la especie, estamos hablando de mexicanos, hondureños, nicaragüenses que quieren emigrar a Estados Unidos. Por eso quiero decir concretamente, que me sumo a lo que dice esta autora, que si comprendemos este contenido de la aporofobia, tendremos la capacidad transformadora de la realidad.
Quiero terminar esta columna afirmando que no hemos visto que la clase política de Guanajuato se manifieste sobre este tema, por lo que, le pedimos al Procurador de Derechos Humanos de Guanajuato que de oficio inicie una queja que tenga como consecuencia una recomendación de una verdadera disculpa pública y una sanción para no volver a repetir esta historia y que no sea la pseudo disculpa que ha hecho hasta hoy.
Que imponga una medida la CONAPRED (Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación) en contra de este funcionario, también que el Gobernador del Estado Diego Sinhué se pronuncie y que los Alcaldes homólogos del Estado en Guanajuato manifiesten su opinión y de igual manera, el Secretario de Turismo se pronuncie al respecto, pero sobre todo con este aviso, se cambien las políticas públicas en el turismo social y cultural para beneficio de todos los guanajuatenses y todas las personas sin importar su edad, sexo, estado social, ideología o condición económica tengan acceso a esta joya nacional que es Patrimonio de la Humanidad.