Gobierno ciudadano

Maestra Katya Morales Prado, presidenta del Comité de Participación Ciudadana del Sistema Estatal Anticorrupción en Guanajuato

En 2018 mucha gente votó por AMLO para presidente porque les caía bien, porque le tenían cariño, se identificaban con él, lo vieron recorrer todo el país o porque creyeron sus promesas. A cada uno le dijo lo que quería escuchar, pero mucha gente más emitió su voto por AMLO por ir en contra de los partidos de siempre. El Voto de castigo para el PAN y el PRI sin lugar a dudas fue grande.

Los mexicanos estábamos cansados de las viejas formas de hacer política; de la corrupción, de los arreglos y amarres entre los partidos sin considerar a la ciudadanía y sobre todo de la terrible pobreza y desigualdad qué hay en nuestro país.

AMLO llegó al poder prometiéndole todo a todos, se llenó de compromisos, muchos de ellos irrealizables, como eliminar la corrupción en 45 minutos, creyendo que por decreto presidencial podía ordenar que las cosas se compusieran por arte de magia.

Tenía buenos diagnósticos de los problemas del país, pero no tenía realmente ninguna solución estudiada.

Ya siendo presidente no supo que hacer además de destruir todo lo que viniera del pasado, aunque más o menos funcionara. Con el pretexto de combatir la corrupción canceló el aeropuerto, las instancias infantiles, las compras de medicinas, la distribución de gasolina.

Colocó a sus cuates y a quienes les debía favores en puestos estratégicos donde pudieran robar a manos llenas y se empecinó en la realización de sus obras enormes las cuales, han consumido gran parte del presupuesto, causando daños ecológicos enormes. En este sexenio todo se hace a la ocurrencia, sin hacer estudios ni planes efectivos, todo al berrinche, y al cálculo mediático político electorero.

Los terribles problemas que AMLO señalaba en campaña siguen ahí, de hecho, ahora son peores. Prometió regresar al ejército a los cuarteles y a cambio les ha entregado todo el quehacer del país, nunca antes habíamos tenido un gobierno más militarizado, salió peor que Calderón. Prometió acabar con la corrupción y la elevó a niveles altísimos, la impunidad es ya de risa y el cinismo de las transas. impresionante, salió peor que Peña.

En el tema que pongamos la atención encontramos caos, en la salud, en la educación, en la inseguridad, el país entero es un polvorín, los muertos se cuentan por miles cada semana. El presidente se pelea con los medios, con las madres buscadoras, con la Corte, con la iglesia católica, con los padres de familia de las escuelas, con los empresarios; todos los días en la mañanera alguien nuevo es etiquetado como “Conservador, adversario, corrupto”

Y con todo este horror el voto anti-AMLO no alcanza para ganarle y empezar a tratar de recomponer las cosas. Lo primero e indispensable es un proyecto de gobierno que contemple como ejes prioritarios reducir la pobreza, controlar la corrupción y garantizar seguridad. La persona que lo encabece no puede ser un representante de la oligarquía de siempre, debe ser alguien fresco y cercano a la gente, debe ser una luchadora social emergida del pueblo, que haga empatía con todos los ciudadanos que no habían recibido antes nada del gobierno y ahora los tienen capturados con becas clientelares.

Los partidos políticos de oposición no son la salvación ante todo este desorden, son el mal necesario del que nos tenemos que valer los ciudadanos, para poder recuperar el país y empezar a reconstruir a México. No se les olvide que hace 6 años la gente votó en contra de ustedes y bien ganado se la tenían.

Los ciudadanos tenemos derecho a un México con salud, educación, transparencia, rendición de cuentas y sobre todo sin mentiras. Es la ciudadanía quien debe encabezar al gobierno de México, no ningún partido político.

Mtra. Katya Morales Prado
Abogada egresada de la Universidad Iberoamericana León. Maestra en Derecho Corporativo, por la Universidad Latinoamericana. Maestra en Derecho Constitucional y Amparo, por la Universidad Iberoamericana León, con un Máster en Políticas Anticorrupción Iberoamericanas por la Universidad de Salamanca, España, cursando actualmente Doctorado en Derecho.